Por Elena Mayor Lozano, CEO en EmotionHR y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Felicidad de Personas y Organizaciones, Conciencia y Compasión.
Como prometí en el artículo de enero, dedicaré cada mes de este año a transmitir una estrategia mensual que te ayude a conseguir que tu vida tenga la armonía que buscas.
Ser feliz es una decisión personal, esta es mi frase insignia.
«Creo firmemente que te relacionas con el mundo y él se relaciona contigo en función de las decisiones que tomas dentro de ti en relación con él. Si decides estar en guerra con el mundo, vivirás dentro de una batalla constante y si crees que el mundo es un lugar al que venimos a sufrir, vivirás siendo víctima».
Por eso, entiende esto: el mundo cambia si tú cambias.
El mecanismo de la proyección
Para cambiar tu mundo debes entender cómo funciona el mecanismo de la proyección.
Las personas proyectamos hacia el exterior nuestra calma interior o nuestros conflictos internos. Si proyectamos conflicto, viviremos dentro de él. Veremos siempre ahí fuera lo que está ocurriendo dentro de nosotros. El mundo refleja lo que nos pasa por dentro.
Para que entiendas como funciona en la práctica el mecanismo de la proyección, recuerda ejemplos de tu vida cotidiana. Aquellas ocasiones en las que te has mostrado compresivo y has reprendido con calma el mal comportamiento de tus hijos, seguramente ellos han reaccionado de manera positiva. Cuando nos mostramos agresivos, castigadores y combativos, ellos se pusieron a la defensiva e imitaron nuestra agresividad. Finalmente han reaccionado a nuestro mal humor y han sido nuestro reflejo.
Si quieres que tu mundo esté en calma, debes empezar por trabajar la calma dentro de ti.
Qué debo cambiar para entrar en armonía
Nada de lo que voy a contarte tiene sentido si no entiendes lo importancia de pasar a la acción.
«Es fundamental entender que cuando nos sentimos atrapados en una vida que no funciona, no es útil permanecer inactivos esperando que algo ocurra para que todo cambie y tampoco lo es continuar insistiendo en hacer las cosas de la misma manera. Las cosas no cambiarán, si no haces algo distinto».
La queja es el recurso de quien no se mueve. Las personas que se quejan no suelen ayudarse a si mismas a dar solución a lo que les pasa, se limitan a lamentarse sin entender por qué alguien se comporta así, o por qué ha ocurrido algo.
Pasar a la acción significa hacer cambios interiores para proyectar fuera los cambios que hayas conseguido realizar en tu interior.
Sorprendentemente lo habitual es actuar justo al contrario. Solemos tratar de cambiar lo externo. Si tenemos un conflicto con una persona intentamos que la persona cambie, nunca pensamos en cambiar nosotros. Cambiar a los otros no funciona, eso es manipulación. Un cambio real, profundo y satisfactorio sólo puede partir de un cambio interior.
«Creo firmemente que proyectamos al exterior lo que ocurre dentro de nosotros a través del mecanismo de la proyección y que cambiando nuestro interior podemos cambiar nuestra realidad. Si no me crees, no pretendo convencerte, sólo pretendo que lo compruebes a través de tu experiencia personal».
Voy a explicarte en la práctica cómo puedes hacerlo.
Escribe en un papel qué es lo que no funciona. Puedes hacer una lista con todo aquello que consideras que está generando insatisfacción en tu vida.
Cada uno de esos tips de tu lista deben posteriormente ser desarrollados.
Por ejemplo, imaginemos que has colocado como número uno de tu lista la frase “Me llevo mal con mis compañeros de trabajo”. Para ti es muy importante porque dedicas al trabajo gran parte de tu tiempo. Bien, ahora debes desarrollarlo un poco para detallar exactamente lo que pasa. Podría quedar así:
Me llevo mal con mis compañeros de trabajo:
-Son muy competitivos
-Intentan ponerme en evidencia cada vez que tienen ocasión
-A veces me acusan de cosas que no he hecho
-Suelen mentir para evitar tener responsabilidad sobre sus equivocaciones.
-Se apuntan tantos que no son suyos.
-Juegan sucio en general.
Puedes desarrollar de la misma manera los otros elementos de la lista.
Este ejercicio en si mismo es bastante potente porque te hace consciente, una palabra extremadamente importante. Ser consciente es el punto de partida para cualquier cambio que quieras realizar. Si no sabes qué es exactamente lo que anda mal, es difícil darle solución, quizá esta sea la causa por la que mucha gente es incapaz de hacerse con el control de su vida.
«Ser consciente nos permite saber dónde está el problema y es el primer paso para movilizarnos hacia su solución. Permanecer inconsciente nos conduce inevitablemente a la queja y al victimismo».
Una vez que sabes qué funciona mal estás en condiciones de moverte hacia la solución.
Cómo darle solución a lo que no funciona: pasar a la acción
Cuando has reflexionado y te has hecho consciente de lo que va mal, sabes donde tienes que hacer cambios.
Hemos comentado que esos escenarios exteriores no son mas que reflejos de otros escenarios interiores y que hacer cambios en ti producirán cambios ahí fuera. Esta idea es muy poderosa porque te hace caer en la cuenta de que TU TIENES EL PODER para cambiar tu vida.
Y la acción comienza con admitir algo muy difícil: lo que veo en los demás es algo que proyecto desde mi interior. De alguna manera, yo soy quien hace que pase.
«Aunque sea duro tener que admitir algo así, si eres tu quien lo provoca, está en ti la solución, tu puedes hacer que desaparezca. Recuerda que no te pido que me creas, sólo te pido que compruebes que es cierto en tu experiencia personal».
Para seguir con el ejemplo de antes, tendrás que admitir que todo eso que ves en tus compañeros de trabajo es algo que tienes tu, que está dentro de ti, aunque tu no lo creas. Este es un trabajo interior profundo.
Tienes que buscar todo eso dentro de ti y llegar a darte cuenta de que de alguna manera ahí está. Se trata de que admitas que tu eres competitiva y que en algún momento has jugado sucio como reconoces en tus compañeros de trabajo. Puede que te cueste varios días encontrar en tus pensamientos y acciones pasadas eso que juzgas en los otros, pero cuando llegues a encontrarlo y puedas reconocerlo con humildad, estarás preparada para hacer los cambios.
Evidentemente, tendrás que romper la dinámica competitiva. Al ser consciente y reconocer en ti esas acciones y pensamientos que antes atribuías a los otros, serás capaz de evitarlos. Como resultado, tu comportamiento será distinto. Al comportarte de otro modo, ellos no se verán obligados a reaccionar, no necesitarán pasar a la defensiva, y también se operarán cambios en su comportamiento hacia ti.
Esto no es automático, el cambio requiere de algún tiempo. Cada vez serás más consciente de ese interior competitivo y elegirás dejar de hacer y pensar de cierta manera. A medida que consolidas esta nueva forma de relacionarte con tu entorno, el entorno irá cambiando.
Ellos cambiarán simplemente como respuesta a tus nuevas acciones. De esa manera, modificando tu interior verás reflejado este nuevo estado fuera y así conseguirás la armonía que buscas en esa o en cualquier otra área de tu vida.
Esto no es un cuento con final feliz a corto plazo. En muchas ocasiones la vida con sus desafíos te pondrá de nuevo en estados negativos interiores de desánimo, tristeza o ira y volverás al punto inicial. En ese caso, recuerda que debes mirar de nuevo hacia adentro.
¡¡Espero que decidas probarlo!!
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