Por Anna de Quirós, socia directora de Cobertis Correduría de Seguros. Fundadora del blog: https://annadequiros.com/.
Llevamos más de un año hablando del teletrabajo cuando hace ya 15 meses que nos vimos obligados a imponerlo con urgencia a toda la plantilla, como mínimo en nuestro sector.
Somos servicio esencial, sí, pero también somos unos privilegiados que podemos trabajar desde casa y dar servicio a nuestros clientes. Tenemos herramientas internas en las corredurías para poder seguir conectados en nuestras plataformas y hacer reuniones con proveedores y clientes.
Todo parece idílico y sabemos que no lo es.
Para empezar, porque eso que nos vimos obligados hacer no es teletrabajo, es trabajo desde casa que se parece mucho pero no es lo mismo.
«Trabajar desde casa por obligación y encerrados con la pareja, los compañeros de piso o los niños no es un ambiente de trabajo idóneo para nadie ni para el trabajador, ni para la familia, ni para la empresa».
¡Tuvimos que hacerlo, lo hicimos y nos salimos airosos…felicidades!
¿Pero ahora qué? Ahora algunos han vuelto ya a las oficinas, otros hacen turnos y otros siguen teletrabajando, los menos.
Los que me conocéis sabéis que soy una firme defensora de la conciliación. Para que la vida personal y la profesional tengan equilibrio hace falta corresponsabilidad de todas las partes.
«Como empresaria me planteo qué es mejor para nuestro equipo y para nuestra empresa. Hace falta un equipo comprometido y confianza para establecer nuevas normas de juego, y el teletrabajo lo es».
Los empresarios no podemos ver el teletrabajo como un premio al trabajador, y el trabajador no puede verlo como una forma de quedarse en casa tan cómodo. Hay que tener cierto grado de madurez empresarial por ambas partes para integrar este sistema de trabajo dentro de la normalidad
La pregunta ahora seria ¿estamos maduros para ello? Yo creo que la empresa puede poner de su parte facilitando equipos, sistemas de conexión, y dando la oportunidad concreta y concisa de cuándo disfrutar del teletrabajo; que puede ser dos tardes a la semana, un día a la semana, cuando tengamos un niño enfermo o no nos encontremos muy bien.
Que cada empresa encuentre su formula y analice los resultados. Difícil, por otro lado, en según qué departamento, y las formulas de control a distancia todos sabemos que no son igual de fiables.
«El teletrabajo es, pues, un voto de gran confianza y un nuevo enfoque de empresa donde el control deja de tener sentido. Una nueva formula de empresa donde el equipo entero se comprometa con el resultado global por convencimiento, un enfoque holístico de empresa. La responsabilidad compartida es el compromiso de cada uno».
Eso si, el equipo necesita convivir junto porque el roce no sólo hace el cariño, facilita la comunicación el encuentro casual en la cafetera, los comentarios de pasillo y el apretón de manos. Necesitamos contacto visual sin pantalla para percibir emociones y compartir miradas. A mí me gustan las reuniones alrededor de una mesa donde la conversación fluye y acabamos en un almuerzo distendido.
¡Encontremos el equilibrio y tendremos el camino!