Las consecuencias emocionales, el futuro incierto, la pérdida de candidatos en el examen del MIR, las vacunas o los desbordamientos en la Atención Primaria son algunos de los rastros que seguirá dejando el COVID-19 en este año 2022.
La pandemia continúa causando estragos en todos nosotros. La enfermedad acecha sin demora a la población mundial y parece quedarse, sin tiempo definido, a consecuencia del conocido “covid persistente”, de las olas de contagios o de la saturación en los hospitales, entre otros motivos.
Lo cierto de todo esto es que los profesionales también están siendo afectados por esta situación en el terreno de la salud mental, como muestran algunos artículos científicos. Uno de los últimos estudios realizados por EFE Salud confirma que el 33% de los sanitarios presentan problemas para conciliar el sueño, y uno de cada cuatro médicos se ha visto con la necesidad de pedir ayuda psicológica. Según el Journal of Affective Dissorders, del 62,5% de los sanitarios analizados con problemas psicológicos: el 26,3% experimentaron ansiedad, el 20,7% estrés, el 37,8% presentaron signos de angustia y el 34,4% sufrieron el trastorno del trabajador quemado.
En los últimos resquicios del pasado año cabía la posibilidad de que una parte de la población empezara a ver el fin de esta pesadilla, pero en poco tiempo la situación cambió con la sexta ola. El miedo a ser infectados y la falta de materiales para hacer frente a la enfermedad siguen volviendo a los sanitarios frágiles. Los constantes cambios en el protocolo y el comportamiento del virus desorientan a nuestros profesionales. Las guardias de casi 24 horas, el elevado número de pacientes que pierden la vida en los hospitales, las complicadas decisiones, el agotamiento, y el desconocimiento en muchas situaciones siguen causando en ellos mucha impotencia.
«La energía de los médicos seguirá al límite. Una gran parte de ellos se sienten sobrepasados y casi un tercio de los profesionales han tenido que enfrentarse a graves y delicadas decisiones éticas poco frecuentes en su profesión hasta la llegada de la pandemia. Su cometido supone la toma de decisiones que, en ocasiones, pueden ser erróneas y cabe la posibilidad de que, junto a ellas, la ética social se muestre inconformista con lo decretado».
Tras la publicación del listado definitivo de los aspirantes admitidos para la convocatoria del examen MIR 2022, se confirma la cifra reducida de 12.477 aspirantes frente a los 15.475 de la convocatoria del 2018-2019. El principal culpable sigue siendo el mismo: las complicadas condiciones laborales a las que se enfrentan diariamente en los hospitales, las cuales provocan su marcha al extranjero.
La semana pasada se cumplió un año desde el pinchazo de la primera vacuna contra el COVID en España. Cuando este gran hecho se produjo, todos pensábamos que el desastre sanitario terminaría a final de año, desafortunadamente la realidad es mucho más dura de lo que en aquel momento pensábamos y, desde luego, deseábamos. Las últimas mutaciones que se han sumado al listado evidencian las dificultades que tiene la vacuna. Por tanto, los grupos de investigación deberán seguir trabajando sin descanso este año, así como nuestros sanitarios en los hospitales.
«Algunos médicos optimistas, creen que la última variante conocida hasta el momento, ómicron, es la responsable de la última ola que manifiesta el virus, sin embargo, los expertos expresan que es pronto para confirmarlo. El futuro sigue siendo incierto».
No obstante, muchos profesionales de diferentes sectores, diversas ramas de investigación y grupos científicos están enfocados en encontrar la mejor solución de cara a garantizar la salud global. Partiendo de la difícil situación que vivimos, de cara a esta arma biológica, cuidarnos seguirá siendo una tarea de todos en este año.