Tras una profunda recesión en 2020, Grecia recuperó sus niveles de PIB prepandémicos en 2022 y mantendrá un crecimiento por encima de la eurozona en 2023 y 2024.
Redacción ‘MS’- Tras atravesar una profunda recesión en 2020, Grecia recuperó sus niveles de PIB prepandémico en 2022. De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, el país mantendrá el dinamismo de su recuperación con crecimientos del PIB del 1,5% y del 1,4% en 2023 y 2024, respectivamente, ambos por encima de la media de la eurozona. Esta estimación se basa en varios factores. En primer lugar, se prevé que la evolución de la inflación registre una caída gradual hasta cerrar 2023 al 3,5% y 2024 al 2,2%. En segundo lugar, la dinámica del mercado laboral griego es sólida, aunque los salarios reales se han resentido, disminuyendo un 4,7% en 2022 debido a la inflación. En tercer lugar, aunque la balanza por cuenta corriente se ha deteriorado considerablemente en los dos últimos años, está ahora en vías de recuperación debido al abaratamiento de la energía y la recuperación del turismo.
Grecia tiene un ambicioso programa de reforma económica para impulsar el PIB potencial hacia el 2% hasta 2030, en estrecha colaboración con la Unión Europea. El país ya ha reformado su legislación laboral y modernizado sus servicios públicos de empleo y aprendizaje permanente. También se han puesto en marcha reformas clave para fomentar la inversión privada, que sigue estando muy por debajo de la media de la Unión Europea. La inversión extranjera directa es un elemento importante para reforzar la competitividad de la economía. Grecia está también abordando la atomización de su tejido empresarial.
La prudencia fiscal está mejorando las finanzas públicas. El informe prevé que la deuda en relación con el PIB en 2023 y 2024 caiga hasta el 165% y el 161%, respectivamente. En este contexto, las necesidades de financiación seguirán siendo manejables en los próximos ejercicios debido a la gran proporción de deuda griega en manos de acreedores oficiales. La Administración dispone de una amplia liquidez, con un 15% del PIB en efectivo. Aunque las principales agencias de calificación mantienen la deuda pública griega por debajo del grado de inversión, el informe de la aseguradora de crédito prevé que esto cambie en el horizonte de previsión.
El panorama del sector bancario es heterogéneo. Su rentabilidad ha aumentado gracias a la reducción de las provisiones para posibles pérdidas, a la concesión de nuevos préstamos y a los beneficios comerciales puntuales, ayudando a restaurar las posiciones de capital de los bancos sistémicos. Aun así, la calidad del capital del sector en su conjunto sigue siendo relativamente débil. El crecimiento del crédito griego comenzó a moderarse en la segunda mitad de 2022 y se ha deslizado hacia cero en 2023. La demanda de las empresas no financieras ya no es suficiente para compensar la caída de la demanda de los hogares. Ambos sectores sufren las consecuencias del aumento de los tipos de interés.