Albert Olcina, abogado de ARAG

¿A qué ciberpeligros se exponen los niños y niñas en la escuela?

Albert Olcina, abogado de ARAG, nos explica de qué formas podemos proteger a los menores de los delitos en la red.

Es el momento de la vuelta al cole y, dado que cada vez es más común la utilización de medios informáticos en el aula, cabe recordar de qué formas podemos proteger a los menores de los delitos en la red.

La ciberdelincuencia consiste en cualquier actividad ilícita que se cometa a partir del uso de medios informáticos, utilizando las redes e internet. De la misma forma que cerramos la puerta de casa con una o varias cerraduras, también debemos cerrar nuestros accesos a internet ante incursiones externas. Por desgracia, los ciberdelincuentes van siempre por delante y, por este motivo, se hace más necesario que nunca adoptar cuantas medidas protectoras posibles en todas las actividades que realizamos en las que Internet tiene cabida, incluso en el ámbito escolar.

Hoy en día, la manipulación de archivos digitales forma parte de la realidad. Nos pueden manipular un archivo que enviamos a nuestro director o hacerse pasar por nuestro hijo y enviar un trabajo a nuestro profesor con el interés de perjudicarlo.

  • Suplantación de identidad. Uno de los peligros más comunes a los que están expuestos nuestros hijos es a la suplantación de su identidad, ya sea por parte de un compañero o por parte de cualquier adulto que se cuele en su cuenta sin permiso.
  • Robo de contraseñas. Debemos tomar conciencia que las contraseñas que utilizamos deben tener las máximas garantías y que los datos que facilitamos a extraños deben ser los mínimos indispensables.

Para poner un poco de luz y defendernos ante estos delitos, tenemos lógicamente los Juzgados y Tribunales donde podremos intentar aportar pruebas, mediante los peritos habilitados, conforme nuestros aparatos han sido manipulados internamente o que nuestros documentos han sido modificados por un tercero.

Hay que cuidar la forma en que se obtienen estas pruebas, dado que el Código Penal castiga también la obtención de pruebas indebidamente, pudiendo incurrir el delito de violación del Derecho al secreto de las comunicaciones.

En definitiva, estemos alerta cuando accedemos a internet en proporcionar el mínimo de pistas posibles para evitar ser suplantados, estafados o que dañen nuestros aparatos.