Redacción ‘MS’- Los primeros meses del año están siempre marcados por las bajas temperaturas, que suelen acarrear una oleada de catarros y resfriados. Sin embargo, enero, febrero e incluso marzo también traen consigo las comúnmente conocidas como alergias de invierno. Aunque la alergia provocada por los pólenes está muy presente durante la primavera, este tipo de reacciones no solo ocurren durante esta época, sino también en los meses invernales. En concreto, para la aparición de estas alergias de tipo respiratorio influyen múltiples factores. Así lo explica Aegon a través de un reciente comunicado.
Por un lado, el frío del invierno afecta a las vías respiratorias, haciéndolas más sensibles para experimentar los síntomas más habituales de este tipo de alergias, como son la congestión nasal, los estornudos o el lagrimeo.
“En esta época del año pasamos más tiempo en espacios cerrados, con peor ventilación y más humedad ambiental. Por ello, algunos alérgenos como los ácaros, el moho o los antígenos de animales domésticos aumentan su concentración, traspasando el umbral alérgico y provocando que aparezcan los síntomas”.
Álvaro Cano, gerente médico de Aegon.
Asimismo, conviene destacar que, como la nueva variante del COVID está manifestándose de manera generalizada con síntomas más leves, se está observando una tendencia a confundir estos síntomas de Ómicron con los de la alergia o un catarro.
En este contexto, si bien es cierto que los principales síntomas de la alergia anteriormente señalados (la congestión nasal, los estornudos o el lagrimeo) sí coinciden con los síntomas más habituales que está registrando Ómicron, Álvaro Cano aclara que: “En el caso de las alergias, la mucosidad nasal es más clara y líquida, además de apreciar picor en la nariz. Además, en el caso de las alergias no suele haber ni fiebre, malestar general, ni dolor de garganta o cefalea, como sí ocurre con ómicron. Por tanto, no parece existir una mayor propensión a contraer el COVID por parte de las personas alérgicas”.
Por otro lado, no todas las plantas polinizan en primavera, sino que hay algunas que pasan por este proceso en invierno, como es el caso de los fresnos, avellanos o sauces, siendo la más frecuente la planta arizónica o ciprés (Cupressus Arizónica). En este sentido, Álvaro Cano, añade que las arizónicas están cada vez más presentes en las urbanizaciones y jardines de las ciudades: “Se estima que en ciudades como Madrid o Barcelona, el 50% de los alérgicos están sensibilizados a Cipreses, que dan la mayor cantidad de polen entre enero y marzo, sobre todo en los días secos y soleados. De esta manera, hay datos de un aumento de la concentración de polen de cupresáceas en España, llegando a multiplicarse por cinco respecto a los niveles de la década de los 80”.
¿A qué se debe este notable aumento de concentración de polen en las últimas décadas? En primer lugar, el cambio climático está provocando un incremento generalizado de las temperaturas incluso en los meses de invierno, algo que se ha evidenciado recientemente en las últimas navidades con un aumento de las temperaturas en muchas zonas de España. En definitiva, el calentamiento global está dando lugar a inviernos más suaves, lo que conlleva una polinización más prolongada y de ahí que el número de personas alérgicas aumente en estos meses. Otro factor importante a tener en cuenta es la contaminación, algo que también potencia un incremento en las alergias.
“Está demostrado que los años con mayores niveles de contaminación coinciden con síntomas de alergia extremadamente altos”.
Álvaro Cano, gerente médico de Aegon.
Ante este panorama, es conveniente estar prevenidos para así evitar reacciones alérgicas fuertes en esta época del año. Por ello, desde Aegon recomiendan implementar en nuestra rutina acciones tan sencillas como las siguientes:
- Ventilar diariamente las casas para así renovar el aire.
- Evitar los lugares cerrados lo máximo posible.
- Pasar habitualmente la aspiradora, especialmente donde se acumule el polvo.
- Recurrir a deshumidificadores para así deshidratar el aire, reduciendo en lo posible la humedad dentro de casa.
- Mantener el cuarto de baño lo más seco posible (duchas, toallas, mamparas, etc).
- Revisar los filtros de aire acondicionado o calefacción.
- Si hay plantas en el hogar, controlar la formación de hongos vigilando el estado de las hojas y de la tierra.
- Evitar paseos por parques, jardines y zonas donde haya alta densidad de arizónicas.
De manera añadida, Álvaro Cano recuerda que además hay reactividad cruzada entre las proteínas de los pólenes y los alimentos vegetales, lo que significa una doble vía de entrada. Por ejemplo, en el caso de los cupressus hay reactividad cruzada con melocotón y cítricos.
En definitiva, desde Aegon recomiendan incorporar este tipo de hábitos para así evitar niveles altos de alergia durante estos meses, así como para saber diferenciar sus síntomas con los de Ómicron.