Por Nuria Domínguez Cuenca, Coach de Coaching On Focus y Experta en Mindfulness por la UCJC
En el mes en el que se celebra el Día Mundial del Bienestar, nos gustaría hacer hincapié en qué podemos hacer cada uno de nosotros por cuidar nuestro bienestar. Todos tenemos nuestro círculo de acción donde tenemos el control para decidir con nuestra actitud cómo son nuestros pensamientos y, por lo tanto nuestro comportamiento.
Así que, ahora que estamos en el ecuador del año, ¿crees que es el momento de comenzar a cuidarte? Siempre es buen momento para empezar a mejorar tu bienestar, aquí te ofrecemos un serie de pequeños pasos que puedes dar a la hora de diseñar tu propia hoja de ruta.
- Cuida tu alimentación. Es cierto que somos lo que comemos y, por eso es importante mantener una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras que nos aporten vitaminas y nutrientes para tener energía suficiente para afrontar nuestro día a día. Como decía Aristóteles “en el centro está la virtud”, así que intenta llevar una alimentación equilibrada, eso te ayudará, sobre todo, a estar bien contigo mismo.
- Incorpora la actividad física a diario. Es fundamental mantener nuestro cuerpo activo y en forma. Solo salir a caminar o hacer una actividad que nos guste y que requiera movimiento, como por ejemplo bailar, genera endorfinas, lo que nos hará sentir bien, así que ¡a mover el esqueleto!
- Entrena tu cerebro. Al igual que debemos mantener nuestro cuerpo en forma, también es muy importante entrenar nuestra mente, mantenerla activa, cultivada y ejercitar la memoria. Además, si es haciendo algo que te gusta, mucho mejor, como puede ser tocar un instrumento, pintar, leer, escribir, etc. o simplemente echar una partida a las cartas o al dominó.
- Es tan importante como respirar, el descanso es necesario para resetear nuestro cuerpo, para recuperar la energía que hemos gastado durante el día, nos restaura y nos estabiliza. Si no descansas bien, hay que encontrar el origen de esa falta de sueño para ponerle remedio, porque dormir bien es sinónimo de bienestar.
- Hidrátate. Es necesario beber agua durante todo el día porque nuestros músculos necesitan hidratarse y también nuestro cerebro, ¿a quién no le ha pasado estar muy cansado, bebes un vaso de agua y ya empiezas a funcionar? Así que hidrátate todo lo que puedas durante la jornada laboral, eso te ayudará a mantenerte activo.
- Siempre positiva. Con una sonrisa todo se ve mejor, porque ver el vaso medio lleno siempre es mejor que verlo medio vacío, eso sí siendo realistas. De esta manera, se afrontan los problemas con más eficacia y siempre enfocándolo hacia la solución.
- Socializa, siempre que tengas ocasión. Hay dos premisas que todos deberíamos tener en la vida, intentar ser nuestra mejor versión y ayudar a todos los que lo necesiten. Como también decía el filósofo Aristóteles “el hombre es un ser social por naturaleza”, nos necesitamos los unos a los otros para sobrevivir, así que hagamos que nuestra convivencia sea lo más agradable posible para todos.
- Conecta con la naturaleza. Tan solo un paseo por el campo, ver el mar o subir a una montaña nos hace sentirnos vivos y nos transmite paz. Varios estudios han demostrado que la interacción con la naturaleza reduce los niveles de estrés, así que anímate y planifica una ruta de senderismo y así descubrirás otra manera de sentirte bien.
- Ordena tu espacio de trabajo. Es fundamental tener orden porque no solo ayuda a tener más claridad mental a la hora de afrontar nuestra jornada laboral sino que también te aporta calma mental y te deja más espacio para abordar lo que realmente es importante y que muchas veces lo ocupa el tener que buscar aquello que no encontramos por el desorden.
- Vive desde la calma, vive en el presente. Si practicas Mindfulness, ya habrás experimentado los grandes beneficios que tiene esta práctica en nuestra vida diaria pero si no es así, simplemente intenta hacer pausas durante el día para chequear cómo estás, cómo te sientes y cómo es tu respiración. De una manera consciente, estarás aterrizando en el aquí y el ahora y esto te permitirá estar más en calma contigo mismo y con los demás.
En definitiva, hay que escuchar más al cuerpo porque el cuerpo nos habla, solo hay que saber escuchar, estar atentos a sus señales y poner remedio antes de que nos grite. Si sigues estas pautas, verás como poco a poco tu vida se llena de bienestar. Vive y disfruta hoy de la vida porque el ayer ya se ha ido y el mañana puede que nunca llegue.