Redacción ‘MS’- El Observatorio Español de Seguros de Alquiler (OESA) asegura que la contratación de estas pólizas ha aumentado un 35% el primer semestre de 2019.
Aunque tener un piso en alquiler representa una importante fuente de ingresos para muchas familias, también puede llegar a ser un foco de problemas. El más temido es el impago, pero no es la única posibilidad: los inquilinos pueden causar destrozos en el piso o tener algún contratiempo con un vecino. En estos casos, si no hay seguro, es el propietario el que se ve obligado a mediar con los arrendatarios para resolver el problema y esto no siempre es fácil ya que las negociaciones pueden ser duras.
Desde ARAG detallan que las pólizas de alquiler pueden llegar a cubrir hasta 18 meses de renta si el inquilino no paga y se hacen cargo de todos los trámites legales necesarios hasta regularizar la situación.
Para no correr riesgos, la mayoría de propietarios contratan seguros que se ocupan de resolver todos los contratiempos relacionados con el piso. Lo dicen las cifras: según el Observatorio Español de Seguros de Alquiler (OESA), la contratación de este tipo de pólizas no para de crecer. Durante el primer semestre de 2019 aumentó un 35% respecto al año anterior y todo parece indicar que la tendencia alcista se va a mantener durante todo este año y el 2020. OESA atribuye parte de este aumento a los últimos cambios en la legislación sobre arrendamientos que han hecho aumentar de tres a cinco años la duración de los contratos y han limitado las fianzas a dos meses. Aunque lo cierto es que hace una década que las pólizas de alquiler son cada vez más habituales y se han convertido en la única manera de estar protegido ante un impago. Con la nueva norma los arrendadores no podrán subir las rentas más allá de lo que indique el IPC durante los años en los que esté vigente el contrato. Estas medidas han generado suspicacias entre los arrendadores ya que, por ejemplo, la solvencia de los inquilinos puede variar en periodos más largos de tiempo.
Desde ARAG detallan que las pólizas de alquiler pueden llegar a cubrir hasta 18 meses de renta si el inquilino no paga y se hacen cargo de todos los trámites legales necesarios hasta regularizar la situación. El primer paso que realizan las aseguradoras es reclamar amistosamente las rentas a los inquilinos morosos y, si esto no funciona, se inician los trámites judiciales, que pueden llegar a acabar con el desahucio del inquilino. Las aseguradoras también indemnizan a los propietarios si los inquilinos provocan desperfectos en el piso. Además, los propietarios que tienen un seguro en regla pueden consultar en todo momento las dudas que tengan con el departamento de Asistencia Jurídica Telefónica de ARAG.