Arancha de las Heras (CEF-UDIMA): «Ser directiva implica renuncias»

Arancha de las Heras (CEF-UDIMA): «Ser directiva implica renuncias»

La Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid, ASEME, colabora en esta sección con ‘Muy Segura’ con el objetivo de dar a conocer a nuestra audiencia los diversos y valiosos perfiles de sus empresarias que constituyen, sin duda, un claro ejemplo para tod@s nosotr@s.

Este mes entrevistamos a Arancha de las Heras García, presidenta del Grupo Educativo CEFUDIMA.

¿Qué etapas más significativas ha atravesado en el transcurso de su trayectoria laboral?

La historia de la empresa es la historia de mi vida. El CEF- Centro de Estudios Financieros, es una escuela de negocios que nace en 1977 con la preparación de oposiciones. Es una empresa familiar con lo que, como tantas otras, cuando tenemos edad laboral, comenzamos a colaborar. En nuestro caso, trabajando en el almacén los veranos. Cuando somos un poco más mayores y tenemos posibilidades de estar cara al público, trabajamos en el mostrador, también de comerciales y, paralelamente, hemos ido estudiando.

Yo estudié Derecho e hice un Máster de Recursos Humanos. A continuación, realicé un Máster en Edición, porque compramos un nuevo edificio donde íbamos a trasladar la editorial, y ésta necesitaba un responsable.Yo en ese momento tenía experiencia de empresa y quedé al frente de la editorial. Allí permanezco 15 años aproximadamente; después hacemos una obra en el edificio y mi padre alcanza una edad de 68 años y queremos estar juntos. Nuestro objetivo era compartir conocimiento; en ese momento solo trabajaba mi hermano con él y yo me uno a ellos. Antes, dejo a una persona como responsable en la editorial, pese a que yo mantengo la responsabilidad última en los temas relacionados con personal, tiradas, cambios de materiales y otras cosas más específicas.

Más adelante damos el salto de Escuela de Negocios a Universidad. Se trata de un paso necesario que hemos atravesado todas las Escuelas que hemos querido ofertar másteres oficiales. Para ello, existen dos opciones: asociarse con una Universidad existente, o crear una propia. Nosotros apostamos por nuestro propio proyecto y entre 2002 y hasta 2006 gestionamos todo tipo de papeles hasta conseguir nuestro reconocimiento como Universidad.

«Nosotros apostamos por nuestro propio proyecto y entre 2002 y hasta 2006 gestionamos todo tipo de papeles hasta conseguir nuestro reconocimiento como Universidad».

Empezamos a funcionar en 2008, cuando entran los primeros Planes de Bolonia. En ese proyecto, de carácter familiar, he estado trabajando en la sombra, porque el que figuraba como presidente era mi padre. Mi hermano y yo hemos ido detrás prestando todo el apoyo posible y adquiriendo experiencia en la gestión.

En paralelo, me doctoro, con el fin de obtener los conocimientos académicos correspondientes con el nivel de estudios superiores de una Universidad como la nuestra. Ya al frente de la UDIMA, asumí el área de Relaciones Institucionales, esto es la cara visible de la institución.

En el mes de mayo de 2018 se jubila mi padre, aunque sigue colaborando y prestándonos asesoramiento tanto a mi hermano, Arturo, como a mí. Y es en ese momento cuando asumo la presidencia.

«Me doctoro con el fin de conseguir los conocimientos académicos correspondientes con el nivel de estudios superiores de una Universidad como la nuestra. Ya al frente de la UDIMA, asumí el área de Relaciones Institucionales, esto es la cara visible de la institución».

¿Cómo ha sido el funcionamiento de la Universidad a lo largo de estos años? ¿Qué trayectoria ha seguido? ¿Qué valoración realiza del proyecto?

Realmente es un proyecto complicado, como toda empresa que nace, en el que te encuentras obstáculos que pensabas que tu experiencia anterior te iba a hacer superarlos fácilmente, pero no es así. El mundo académico oficial no tiene nada que ver con el profesional. Los requisitos que conlleva una Universidad exigen una serie de garantías diferentes a la Escuela de Negocios, en cuanto a los perfiles de los candidatos, la documentación requerida ha de tener una compulsa, etc… En la Universidad también has de venir tú personalmente a recoger el título, o traer un poder notarial que indique que otra persona va a venir en tu nombre. Son una serie de garantías completamente diferentes y en prácticamente todo. El seguimiento que realizas a los profesores es exhaustivo, porque es la Administración la que viene a comprobar todo. En la parte de la Escuela de Negocios, nosotros tenemos a AENOR, pero como una decisión personal que hemos tomado para darle un plus a nuestra formación.

Desarrollar este modelo, a nivel empresa nos ha supuesto más esfuerzo, más recursos y más personal. Pensábamos que era un poco más de lo mismo durante nuestra trayectoria, pero no es así.

«El mundo académico oficial no tiene nada que ver con el profesional. Los requisitos que conlleva una Universidad exigen una serie de garantías diferentes a la Escuela de Negocios».

No obstante, la parte que lleva mi hermano tampoco es nada fácil. Se encarga de abrirnos a nuevos mercados, gestionando la parte internacional. Hay que abrirse a nuevos mercados. Además, en formación a distancia los límites te los vas poniendo tú y tienes grandes oportunidades de expandirte.

«Hay que abrirse a nuevos mercados. Además, en formación a distancia los límites te los vas poniendo tú y tienes grandes oportunidades de expandirte».

¿Cuáles son sus principales responsabilidades ahora mismo como presidenta? ¿Qué destacaría?

Cuando te preguntan a qué te dedicas y eres comercial, nadie te pregunta más; lo mismo pasa cuando eres administrativo, etc. Pero cuando tienes el cargo de directora general o de presidenta como ahora, la gente te pregunta: ‘¿qué haces?’. Realmente un poco de todo, desde estar pendiente de la señora de la limpieza para que las instalaciones estén correctamente, hasta supervisar al personal de mantenimiento, al de administración, seleccionar al profesorado, etc. También desarrollamos nuevos programas que, muchas veces, vienen pensados por otros profesionales: jefes de estudios, decanos, directores de distintas áreas, etc. Son realmente ellos quienes tienen que pensar en nuevos programas. Hemos de estar muy alerta de las novedades que traen las nuevas leyes, ya que dependemos mucho de la normativa. Se trata de estar alerta y de ir informando a todos los departamentos de lo que es preciso para mantenerse al día. Y de hacer un seguimiento calendarizado.

«Hemos de estar muy alerta de las novedades que traen las nuevas leyes, ya que dependemos mucho de la normativa».

En general, hay partes que no te queda más remedio que hacer sola, como es el caso de tomar la decisión de abrir nuevas líneas de negocio. Pero en el día a día, dependes mucho de la buena gestión del resto.

¿Cuál es su hoja de ruta de cara al próximo año?

Para nosotros, lo más importante es que queremos ser la Universidad cercana; es nuestro eslogan. Para ello, hay que estar constantemente pendiente de que el profesorado y el departamento de administración también tengan esa máxima, y hemos de formarles en esa línea. También es muy importante estar pendientes de las nuevas tecnologías, pues son las herramientas que te permiten conseguir una cercanía cuando das una formación a distancia. Nosotros somos del modelo de educación a distancia en el que mandábamos la caja con toda la documentación y quien tuviera dudas podía llamarte por teléfono. Ese modelo ha ido evolucionando gracias a las nuevas tecnologías, y ahora también mandamos la caja con los materiales (porque nuestro alumno sigue queriendo estudiar en papel), pero ese mismo material también está disponible en el aula virtual para mirarlo desde el móvil, el ordenador o la tableta. Los profesores te atienden por teléfono continuamente, los alumnos pueden hacer sesiones de skype, sesiones de blackboard, les hacen podcasts, vídeos, etc.

«Es muy importante estar pendientes de las nuevas tecnologías, pues son las herramientas que te permiten conseguir una cercanía cuando das una formación a distancia».

Se trata de adaptarse a las necesidades del nuevo alumno y, a día de hoy, el alumno lo que necesita es todo. Hemos descubierto que es un modelo que quiere tener acceso a la documentación en distintos formatos en función de su estilo de vida. Por eso mi hoja de ruta de cara al año que viene es esa: ver con el equipo de innovación nuevas herramientas para poder implantarlas de cara a los alumnos y que los profesores respondan a los alumnos con agilidad. Nuestro modelo es que a las 24-48 horas (por el fin de semana), se haya contestado al alumno. Esto es así porque el alumno a distancia estudia en cualquier momento y hay un compromiso por nuestra parte para que pueda mantener su estudio constante.

«Se trata de adaptarse a las necesidades del nuevo alumno y, a día de hoy, el alumno lo que necesita es todo».

¿Cuál es su vínculo con ASEME? ¿Qué le aporta la Asociación desde su posición actual?

Conocí ASEME de forma fortuita, a través de su presidenta y vicepresidenta, con quienes coincidí en un evento. Considero que cualquier profesional siempre debe estar asociado a algo, porque es el espacio donde se comparten cosas. Nosotros siempre hemos dicho que creemos en el asociacionismo porque aporta conocimiento del sector, tanto desde el punto de vista de asociaciones sectoriales, como en lo que se refiere a las asociaciones de empresa o de mujeres. Yo soy socia de ASEME y pertenezco a su Junta Directiva porque he encontrado un sitio donde puedo compartir problemas que puedo tener como directiva.

A nivel sector estoy dada de alta en otras asociaciones. Como empresa familiar estoy en ADEFAM, donde aprendo cómo gestionar como hija, como hermana, etc. Y en ASEME encuentro más apoyo en materia de conciliación con la empresa. Todas las mujeres de la Asociación son emprendedoras porque la mayoría de ella son de primera generación y tienen empresas propias; aprendo acerca de su modo de afrontar los distintos riesgos.

Es una Asociación en la que se comparten buenas prácticas sobre cualquier cosa, por ejemplo, cómo realizar la contratación de mujeres que tienen niños y necesitan mejores horarios; o cómo posicionarnos mejor en el sector; en ocasiones, incluso, compartimos problemas que surgen con las aseguradoras e intentamos buscar y proponer soluciones. Al final es un grupo de gente que puede tener los mismos problemas que tú, donde compartes desde cosas tanto de empresa como del día a día. Tanto recibimos como aportamos ayuda bajo nuestra experiencia y sector.

«Yo soy socia de ASEME y pertenezco a su Junta Directiva porque he encontrado un sitio donde puedo compartir problemas que puedo tener como directiva. Es una Asociación en la que se comparten buenas prácticas sobre cualquier cosa».

Como Junta, nos reunimos una vez al mes para consensuar acciones. De cara a las socias, celebramos dos eventos mensuales que abarcan distintas temáticas: conócete a ti mismo; finanzas para profesionales; redes sociales; etc. Se averiguan qué necesidades pueden tener estas empresarias y se busca la formación más precisa para ellas. En ocasiones, es una socia quien imparte la propia formación para dar ejemplo, ya que otro de los objetivos que tienen las asociaciones es ampliar el círculo de contactos.

También se hacen al menos dos fiestas, una en verano y otra en Navidad, para que haya un contacto diferente con las socias. Y un premio que se fallará el próximo día 16 de octubre, a la Mujer Empresaria. Hay una categoría a la Trayectoria, otra al Empredimiento, otra que pone el foco en el valor de la mujer a través de los medios de comunicación; en definitiva, se van premiando modelos que son interesantes en el mundo de la mujer.

«Se averiguan qué necesidades pueden tener estas empresarias y se busca la formación más precisa para ellas».

¿Cuál es su visión acerca del mercado asegurador en España? ¿Qué le aporta el sector seguros a un sector como el suyo, centrado en la formación?

El seguro es un mal necesario, algo que normalmente tenemos como una obligación y esperamos no tener que utilizarlo nunca. Lo mejor que te puede pasar es que lo tengas y no lo uses. En el sector formación, nosotros como instalaciones tenemos el seguro de inmueble. También tenemos el de responsabilidad civil. Además, en la parte más formativa, de la Universidad, tenemos el seguro escolar, obligatorio cuando eres menor de 28 años; y otro para las prácticas, orientado a aquellos alumnos nuestros que van a realizar unas prácticas en una empresa, para que estén cubiertos a través de nuestro seguro.

Como el seguro no es ilimitado, nosotros siempre hacemos las consultas precisas para ver qué aspectos son los que cubre en cada situación y cuáles no. Estamos descubriendo, ante cosas que pasan en un momento dado en nuestro entorno, de qué manera hay que actuar, y no por inercia responsabilizar al seguro del lugar donde sucede.

«El seguro es un mal necesario, algo que normalmente tenemos como una obligación y esperamos no tener que utilizarlo nunca. Lo mejor que te puede pasar es que lo tengas y no lo uses».

¿Cree que está lo suficientemente extendido en la sociedad cuál es el valor que puede aportar el seguro?

Creo que no. Mi padre fue corredor de seguros. Una de las cosas que creo que puede ser un problema del sector es que se hacen corredores de seguros vendedores, no expertos en seguros. Aparte de ser expertos en seguros, una de las cosas que mi padre decía era que él conseguía vender más seguros que sus compañeros porque aportaba valor añadido a sus clientes; no solamente les vendía la póliza, sino que también les hablaba de impuestos, qué le iba a suponer en su declaración de la renta, etc.

Al final, no solamente tienes que ser un vendedor de productos aseguradores y contar lo que cubren, sino que has de ir un poco más allá. Se trata de un asesoramiento global. Por poner un ejemplo, nosotros tenemos bolsa de trabajo en la Escuela para todos nuestros alumnos, y las plazas para empresas de seguros están mal vistas porque no quieren ser vendedores. Y es precisamente por eso, porque el concepto que tenemos es el de un vendedor; sin embargo, realmente es un asesor.

«Una de las cosas que creo que puede ser un problema del sector es que se hacen corredores de seguros vendedores, no expertos en seguros».

Para que el sector asegurador se aproxime más a la sociedad creo que tiene que ir por la línea de contar más la casuística para conocer mejor el producto. Todos conocemos el seguro del Hogar, el del Coche y la Moto. Se debe asesorar más sobre las necesidades que pueden cubrir otras modalidades de seguro. Es un asunto de concienciación. Generalmente, la persona contrata una vez y, si no tiene problemas, se olvida y no intenta mejorar ni optimizar su póliza; siempre hay excepciones de gente que revisa y lee la letra pequeña. Pero en general hay mucho desconocimiento.

«Para que el sector asegurador se aproxime más a la sociedad creo que tiene que ir por la línea de contar más la casuística para conocer mejor el producto».

¿Qué herramientas considera que pueden ser más útiles para resolver esta situación: que el sector mejore su percepción y que se dé a conocer?

Creo que se tendría que intentar ir más allá de la venta. Por ejemplo, no ir solo a vender un seguro del Hogar, sino contar algo más sobre él.

Como mujer empresaria y emprendedora, ¿le gustaría trasladar un mensaje a nuestra audiencia femenina, que constituye una parte muy importante de los lectores de Muy Segura?

Creo que lo que hay que hacer es intentar ser la mejor en el sector, en cuanto a tener todo el conocimiento; y no ir de víctima. El ser mujer no es estar constantemente quejándose: del cuidado de los niños, del cuidado de la casa, etc. Tenemos que cambiar el vocabulario; hay muchas cosas que deberíamos cambiar en esa parte. Y, a nivel profesional, deberíamos intentar ser profesionales: formarnos para tener todo el conocimiento; y darnos de alta en asociaciones que nos aporten realmente un mayor conocimiento de la competencia o de otros sectores.

Añadiría que ser directiva significa renunciar. Es muy difícil serlo y, a la vez, tenerlo todo. Si quieres tenerlo todo, búscate un puesto más cómodo. Es muy complicado, porque el puesto de directivo te requiere ser ágil en las emergencias, y esto implica no tener los mejores horarios, tener capacidad de improvisación…

«Creo que lo que hay que hacer es intentar ser la mejor en el sector, en cuanto a tener todo el conocimiento; y no ir de víctima».

Y, con respecto a la masculinización del sector asegurador, considero que por el tipo de trabajo debería ser muy interesante para las mujeres, por la capacidad de organizarse que les aporta. Creo que es una profesión donde se puede conciliar fácilmente, porque te permite organizarte la agenda tú misma e incluso trabajar desde casa en un momento dado. Considero que es de las profesiones más interesantes para temas de conciliación.

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