Redacción ‘MS’- El entrenamiento es fundamental para progresar en cualquier disciplina deportiva. Los deportistas con discapacidad, como todos los deportistas, deben dedicar muchas horas a la preparación previa, pero además deben estar preparados para afrontar este entrenamiento en el ámbito físico y técnico. Así lo destaca la aseguradora Sanitas a través de un reciente comunicado.
Los deportistas paralímpicos son expertos en superar barreras para adaptar sus entrenamientos y convertirlos en prácticas de alto nivel e intensidad. Este año, además, cuentan con dos citas muy importantes. Por un lado, los Juegos Paralímpicos de Tokio, que terminaron el pasado 5 de septiembre y, por otro lado los I Juegos Inclusivos, que se celebrarán en Madrid el 7 de octubre de 2021.
Según recuerda Sanitas, esta será la primera competición inclusiva en la que participarán deportistas olímpicos y paralímpicos de máximo nivel, y que cuenta con la colaboración del Consejo Superior de Deportes, el Comité Olímpico Español, el Comité Paralímpico Español y las federaciones nacionales del deporte y de la discapacidad.
Por ser 2021 un año tan importante en lo deportivo, Fundación Sanitas y su Cátedra de Estudios sobre Deporte Inclusivo en la Universidad Politécnica de Madrid recogen las principales características que hay que tener en cuenta en un entrenamiento paralímpico que, a su vez, se aplican en el deporte inclusivo.
- Acceso a material deportivo especifico. En función del perfil del deportista y de sus necesidades, algunos de ellos encuentran más dificultades puesto que dichos materiales adaptados tienen un coste más elevado y la disponibilidad es limitada, por lo que en ocasiones se ven obligados a comprar el material fuera de España. Según el tipo de discapacidad y la modalidad, se pueden necesitar sillas de ruedas, prótesis, órtesis, bicicletas adaptadas o sujeciones, entre otros.
- Técnicos especializados. La mayoría debe recurrir a entrenadores de deportistas convencionales que desconocen la discapacidad, el funcionamiento organizativo y el deporte paralímpico, por lo que deben aprenderlo y conocerlo poco a poco. Esta escasez de entrenadores especializados se está paliando progresivamente y, pronto se invertirá la tendencia gracias a la implicación de las federaciones y organismo en la formación a entrenadores de deportes convencionales sobre deporte adaptado e inclusivo. Desde su creación la CEDI ha formado ya a más de 450 profesores y ha generado 274 investigaciones dentro de este campo, colaborando en la formación continua de técnicos deportivos de distintas modalidades deportivas convencionales, como por ejemplo rugby, tenis de mesa, triatlón, natación, atletismo, bádminton y baloncesto.
- Compañero de entrenamiento. Algunos atletas con discapacidad visual requieren de la figura de un guía, que es un compañero de entrenamiento y competición. Los guías suelen ser elegidos buscando similitudes en las características físicas del atleta y con un rendimiento ligeramente superior al deportista con discapacidad visual. Esto permite que tanto el deportista con discapacidad como el guía generen un vínculo como compañeros que aportará una simetría mayor al entrenar y competir: un ejemplo de inclusión clásico en el propio deporte paralímpico, que es deporte de máximo nivel para personas con discapacidad.
– Deporte adaptado. La mayoría de las disciplinas paralímpicas tienen su homólogo olímpico, por lo que se parte de esa base para replicar los ejercicios que sirven para maximizar el rendimiento, pero se aplicarán modificaciones en la enseñanza, en la técnica y en el movimiento de los ejercicios en caso de que eso sea necesario para facilitar el entendimiento y reducir el riesgo de lesiones.
– Generación de contextos deportivos inclusivos. Son cada día más los clubes deportivos convencionales que, conocedores de su rol positivo en la promoción de la salud en su entorno próximo, eligen ofrecer su deporte a personas con discapacidad, creando secciones específicas de deportes adaptados, o incluyendo directamente a deportistas con discapacidad en sus entrenamientos con deportistas sin discapacidad.
Formación de entrenadores y guías, accesibilidad a materiales y prótesis o cambios en las rutinas de ejercicios, o generación de contextos deportivos inclusivos, entre otras acciones, buscan perfeccionar el deporte inclusivo y paralímpico para que sus integrantes tengan garantizado un cuidado, seguimiento y rendimiento de la máxima calidad, al mismo nivel que cualquier otro deportista.