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Asia afronta el envejecimiento y el empeoramiento del comercio global

Dos de las cuatro palancas que han apuntalado el crecimiento de los mercados asiáticos durante las últimas cuatro décadas están perdiendo fuerza.

Redacción ‘MS’- De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, varios factores han situado a Asia como el principal motor del crecimiento mundial. A lo largo de las últimas cuatro décadas, la región ha contado a su favor con una mano de obra numerosa, la liberalización del comercio global, los avances tecnológicos y unas sólidas políticas públicas basadas en fiscalidad prudente, inflación controlada y niveles de deuda sostenibles.

Desde principios de la década de 2010, la adopción tecnológica ha apoyado cada vez más el crecimiento. La rápida difusión de Internet y la tecnología móvil abrieron nuevas vías para la innovación. Países como China, India e Indonesia invirtieron en infraestructura digital, facilitando el comercio electrónico, los pagos digitales y los servicios online. India y Vietnam experimentaron un auge en sus sectores TIC y China se convirtió en líder mundial en gasto en I+D, centrándose en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología y las energías renovables. Sin embargo, algunas de las palancas que han apuntalado el crecimiento de Asia en estas cuatro últimas décadas están perdiendo fuerza.

El envejecimiento de la población es un problema significativo para China, donde la población en edad de trabajar de la primera economía de Asia alcanzó su máximo hace once años. Las fuertes inversiones tecnológicas no compensan el impacto en la productividad del cambio demográfico en China, que ejerce una presión al alza sobre los salarios, las pensiones y la asistencia sanitaria. Tailandia, Vietnam o Indonesia también presentan problemas de productividad vinculados a su demografía. La situación se revierte en India o Filipinas, donde la evolución de la población activa supone un sólido elemento de competitividad.

Un segundo factor que afecta al desempeño de la región es el deterioro del comercio mundial. Las cadenas globales de valor se están restructurando a través de procesos de nearshoring y friendshoring, trasladando la producción a países más cercanos geográficamente o donde los riesgos se consideran menores. Al mismo tiempo, se está produciendo un descenso general de la inversión extranjera directa debido a las incertidumbres geopolíticas. China especialmente está viendo cómo ese deterioro afecta ya a su crecimiento. Para el resto de países de la región, los daños son limitados e incluso podrían beneficiarse de algunos efectos positivos derivados de la reorientación de las inversiones y el comercio. A más largo plazo, sin embargo, las políticas comerciales previstas por la nueva Administración estadounidense podrían ser perturbadoras para el conjunto de Asia.

Las perspectivas de Crédito y Caución prevén que la fortaleza de las exportaciones de la región siga manteniéndose hasta 2025, en un contexto de relajación monetaria que apoye el crecimiento. Este panorama no es aplicable a China, por los persistentes problemas del inmobiliario y la debilidad del consumo. Para India, segunda economía de la región, las perspectivas son más favorables a pesar de que el ritmo de sus necesarias reformas económicas sigue siendo lento. Potencialmente, se trata del único país que ofrece una escala de mercado comparable a China, basada en un crecimiento relativamente alto de su mano de obra. De acuerdo con la aseguradora de crédito, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Tailandia y Malasia, las cinco mayores economías de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (Asean), también están relativamente bien posicionadas en este cambiante entorno.