Beatriz de Andrés (Art Marketing): «Siempre nos hemos dedicado a promocionar la innovación y la creatividad»

Beatriz de Andrés (Art Marketing): «Siempre nos hemos dedicado a promocionar la innovación y la creatividad»

La Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid, ASEME, colabora en esta sección con ‘Muy Segura’ con el objetivo de dar a conocer a nuestra audiencia los diversos y valiosos perfiles de sus empresarias que constituyen, sin duda, un claro ejemplo para tod@s nosotr@s.

Este mes entrevistamos a Beatriz de Andrés Mora, directora general de Art Marketing.

¿Puede describirnos aquellos hitos principales atravesados en el transcurso de su andadura profesional? ¿Qué considera que ha aprendido de ellos?

A lo largo de mi carrera profesional he tenido mucha suerte. Aunque dicen que la suerte se trabaja, reconozco que se me han abierto puertas inesperadas y simplemente las he cruzado en el momento adecuado.

Siempre quise ser periodista. Y el primer “golpe de suerte”, fue cuando a los 19 años surgió la posibilidad de hacer un curso para reporteros de televisión en Madrid (yo soy de Tenerife). Les pedí a mis padres si podría hacerlo como regalo de cumpleaños. Al principio no me seleccionaron, pero, por suerte, un día antes de que empezara, se dio de baja una persona y me llamaron. Organicé todo en menos de 24 horas, y allí me fui con mi madre porque era aún “pequeña” para ir a Madrid sola. Durante un mes viví el sueño de ser periodista de televisión y el día de la clausura me enteré que los que habíamos pasado la formación era para empezar a trabajar en informativos.

Los siguientes años fueron alucinantes con experiencias que la mayoría de la gente no puede vivir en toda una carrera profesional… pero, aunque me costó mucho, no dejé mis estudios. Y eso fue gracias a mis padres que no se conformaron con que tuviera una buena nómina, sino que insistieron para que me formara más allá de tener un empleo, que forjara un futuro.

«El primer “golpe de suerte”, fue cuando a los 19 años surgió la posibilidad de hacer un curso para reporteros de televisión en Madrid (yo soy de Tenerife)».

“Suerte” de nuevo, cuando años después, ya licenciada en Periodismo, y desencantada del trabajo, que de sueño se había convertido en pesadilla, llegué a Madrid y a los dos días, me contrataron en una revista que me ofrecía un entorno y un aprendizaje enorme. Era el año 97 y tenía la oportunidad de conocer el mundo de la tecnología en un momento en el que ésta estaba cambiando el mundo tal y como lo conocíamos.

“Suerte” de conocer a gente estupenda y tener la oportunidad de montar mi empresa con 28 años. Pero sobre todo, “suerte” de haberme cruzado con profesionales y clientes que hay confiado en nosotros, porque nos han motivado a querer ser un poco mejores cada día.

Así que suerte, sí, mucha suerte, empezando por la familia en la que vine al mundo, terminando por la me he creado luego: un compañero de vida y mis dos hijos que son un estímulo para ir más allá.

“Suerte” de conocer a gente estupenda y tener la oportunidad de montar mi empresa con 28 años. Pero sobre todo, “suerte” de haberme cruzado con profesionales y clientes que hay confiado en nosotros«.

¿Por qué su apuesta por Art Marketing y el mercado de la comunicación? ¿Cómo define este sector hoy en día?

Como decía, mi vocación y todo lo que siempre quise ser, desde que tengo uso de razón, es periodista. Supongo que, por una timidez casi enfermiza, contar historias supone un desafío de superación para mí. Primero en televisión, luego en medios impresos, y luego desde la comunicación corporativa, contando las buenas noticias de las empresas… En esencia, se trata de contar historias.

Art Marketing comenzó con el objetivo de llevar al público las noticias de un sector considerado elitista y alejado de la vida cotidiana de la mayoría de la gente como, es el Arte y la Cultura. Para mi, hablar de arte y creatividad suponía informar sobre lo mejor del ser humano: su habilidad para crear. Aunque luego los clientes y el boca a boca, nos fueron llevando a otros sectores, la raíz no ha cambiado. Porque, en general, siempre nos hemos dedicado a promocionar la innovación y la creatividad, ya sea en el arte, la tecnología, el bienestar y la salud o el cuidado del medioambiente.

«En general, siempre nos hemos dedicado a promocionar la innovación y la creatividad, ya sea en el arte, la tecnología, el bienestar y la salud o el cuidado del medioambiente».

Nuestro compromiso es demostrar que las empresas pueden gestionarse y ser exitosas comportándose éticamente, siendo honestas y transparentes con todos sus grupos de interés. No solo los accionistas, o los clientes y empleados, sino lo que supone mayores retos: con sus proveedores, con la competencia, con la comunidad…

En esto estamos ahora. Tratando de ser una empresa solvente y sostenible en el tiempo que colabora con sus clientes, proveedores y comunidad para construir un mundo mejor a través de una economía que trabaje para el bien común. De hecho, el Balance del Bien Común, en el que hemos sido pioneros en España, es una herramienta de gestión muy valiosa y que guía nuestra estrategias y decisiones empresariales.

«El Balance del Bien Común, en el que hemos sido pioneros en España, es una herramienta de gestión muy valiosa y que guía nuestra estrategias y decisiones empresariales».

¿Puede hablarnos de la evolución atravesada por su agencia en los últimos años, así como de su perfil de clientes y enfoque actual?

Como consultora de Comunicación y Marketing estamos pasando un momento de “revolución”. Entendiéndola como una “evolución caótica e imprevista”. Tanto en el carácter de nuestro trabajo con la incorporación de canales nuevos que surgen muy rápidamente, y que están en constante transformación, como en los temas, formatos y fundamentos de lo que hacemos. Si antes el objetivo de las empresas era vender, ahora son más importantes los valores, la reputación y la solvencia a largo plazo. Es lo que nos debe guiar: la búsqueda de la trascendencia como empresas.

Siempre he dicho que no sirve de nada el mejor marketing si no hay “verdad” es una constatación. Las empresas que sobrevivan en el S. XXI serán aquellas que transmitan valores y que apuesten por modelos de crecimiento razonables de la economía.

«Si antes el objetivo de las empresas era vender, ahora son más importantes los valores, la reputación y la solvencia a largo plazo».

Si asumimos que no puede haber un incremento infinito, ¿por qué imponemos a las empresas que demuestren unos balances económicos que crezcan de un año a otro? Crecer por crecer no es sostenible. Y, lo que es más estimulante: ¿porqué el modelo ha de ser basado únicamente en beneficios económicos y no en lo que aporta realmente al bien común y a la felicidad? De ahí el cambio de paradigma que nos lleva a considerar el Marketing y la Comunicación como una herramienta estratégica en la ética empresarial, y en el objetivo de construir organizaciones solventes y sostenibles y no “pelotazos” que suponen que unos tengan que perder, para que otros ganen más y más.

La Economía del Bien Común la entiendo como un orden que promueve los méritos individuales y colectivos, incluso no reniega de los beneficios económicos. Pero lo importante, es cómo se genera esa riqueza, respetando el medio ambiente y la dignidad humana, y entendiendo que el dinero es un medio y no un fin en si mismo.

«¿Porqué el modelo ha de ser basado únicamente en beneficios económicos y no en lo que aporta realmente al bien común y a la felicidad?».

¿Qué valor le otorga al asociacionismo? ¿Por qué su vínculo con ASEME y qué le aporta en el día a día?

Yo conocí ASEME cuando monté Art Marketing. A finales de los 90 ya era un referente para todas las mujeres emprendedoras que comenzábamos la andadura empresarial. Siempre mantuve el contacto y, cuando en 2006 quedé al frente de la compañía en solitario, integrarme en la Asociación fue como encontrar a mis “almas gemelas”.  Aunque suene un poco cursi, no lo digo como frase hecha.

Los emprendedores, ya seamos hombres o mujeres, tenemos una forma distinta de pensar. Se puede ser emprendedor dentro de una compañía o se puede decidir dar el paso y crearse su propio puesto de trabajo… Pero no todos los emprendedores construyen empresas y he aquí el gran punto de inflexión: una verdadera empresa es la que crea empleos.

Uno deja de ser emprendedor para convertirse en empresario, cuando además de invertir su tiempo y su patrimonio por la idea en la que cree, se ocupa en generar ingresos para sí mismo e invita a otras personas, por supuesto, a cambio de un sueldo, a participar. De esta forma, el empresario se convierte en un facilitador, para que lo hagan de la forma más cómoda y eficiente posible. Su bienestar se convierte en la prioridad. Al fin y al cabo, son las personas que te están ayudando a conseguir un sueño que, en solitario, sería imposible.

«Uno deja de ser emprendedor para convertirse en empresario, cuando además de invertir su tiempo y su patrimonio por la idea en la que cree, se ocupa en generar ingresos para sí mismo e invita a otras personas, por supuesto, a cambio de un sueldo, a participar».

Eso es lo que he encontrado en ASEME, personas con las que compartir un estilo de vida y una forma de enfrentarse al mundo y los problemas. Ser empresario muchas veces es incomprendido, en ciertos grupos estamos considerados como enemigos de la sociedad, vilipendiados y hasta burlados. Cierto que se ha hecho negocios sin escrúpulos y que ha habido empresarios deshonestos. Pero mi experiencia es que, salvo esos corruptos, la gran mayoría de los empresarios tratan de hacerlo lo mejor que saben y lo mejor que pueden… y que muchas veces está solo/a en sus preocupaciones, miedos, dudas…  y encima, no puede externalizarlo porque se ve como un síntoma de debilidad.

Recomiendo estar en ASEME, o en cualquier asociación de iguales, porque es una forma de compartir y de aprender, de co-crear y de avanzar enriquecidos con la inteligencia colectiva que se genera.

El hecho de que ASEME sea de mujeres yo espero que sea circunstancial hasta que logremos una igualdad real. Cuando en todas las organizaciones, empresariales, sociales, políticas… estemos representados por igual las voces de los hombres y mujeres, ya no será necesario “partir” o “sexualizar” ningún colectivo. Estoy deseando que ese momento llegue pronto, que superemos las brechas de género y nos centremos en las personas. Que podamos complementarnos los seres humanos aportando lo mejor de nosotros mismos, sin estereotipos, sin competir, sin menospreciar, ni al otro sexo, ni al propio. 

«Recomiendo estar en ASEME, o en cualquier asociación de iguales, porque es una forma de compartir y de aprender, de co-crear y de avanzar enriquecidos con la inteligencia colectiva que se genera».

Mercado asegurador: ¿cuál es su visión acerca del mercado asegurador y sus funciones? Concretamente, ¿puede hablarnos de su conocimiento sobre la figura del corredor de seguros dentro de este sector?

Lo que sé de los seguros es que es mejor no tener que utilizarlos nunca. Es un negocio en el que para que se realice la prestación del servicio ha tenido que acontecer alguna mala noticia. Enfermedad, fallecimiento, robo, accidente…  Lo que sé de los seguros es que se pagan “por si acaso” y que hay un gran desconocimiento del papel del corredor de seguros como el asesor, intermediador y “resolvedor”.

He tenido buenas y malas experiencias con corredores de seguros. Están aquellos que solo son comerciales, y a mucha honra no lo digo con desprecio, pero que una vez hecha la transacción se olvidan de que una vez confiaste en ellos para comprar un producto. Y luego están los que entienden que ser corredor no es un trabajo, ni siquiera es un empleo, sino es una profesión y desempeñan su labor con vocación de servicio a las personas en los momentos de su vida en los que están más vulnerables.

A pesar de que todos hemos tenido alguna vez en nuestra vida relación con los seguros, en general hay mucho desconocimiento del rol del corredor de seguros.

«Lo que sé de los seguros es que se pagan “por si acaso” y que hay un gran desconocimiento del papel del corredor de seguros como el asesor, intermediador y “resolvedor”.

¿Considera que el sector asegurador lo está haciendo bien en materia de comunicación? En este contexto: ¿cuáles son sus puntos fuertes y cuáles son aquellos en los que debe seguir potenciándose?

Creo que el corredor de seguros debería dar a conocer su valor en la sociedad y su rol fundamental en las vidas de sus clientes, deben reivindicarse, dignificar su profesión y explicar la importancia y utilidad de su buen hacer. 

Los corredores de seguros históricamente han “delegado” la publicidad y la visibilidad del sector a las grandes marcas de aseguradoras, que han utilizado a los corredores de seguros como simples redes comerciales y puede, y esto es una percepción muy subjetiva y desde el desconocimiento de las tripas del sector, que les hayan relegado a un mero agente transaccional que aparentemente podría hasta “estorbar” en el trato directo.

Yo creo que se debe a que las corredurías son empresas más pequeñas o profesionales intermediarios independientes, que no han tenido necesidad, visión estratégica o medios, para realizar su propia campaña reputacional.  Por eso es tan importante la labor de medios de comunicación como Muy Segura para unir a los profesionales, formarles en estrategias empresariales y herramientas de Marketing y Comunicación, y visibilizar a los profesionales y a su labor y buenas prácticas, más allá del sector. 

«El corredor de seguros debería dar a conocer su valor en la sociedad y su rol fundamental en las vidas de sus clientes, deben reivindicarse, dignificar su profesión y explicar la importancia y utilidad de su buen hacer». 

¿Desea trasladar un mensaje a la mujer, que constituye una parte muy importante del público objetivo de Muy Segura?

Estamos en un momento crucial en la reivindicación por la igualdad de género. En el mundo occidental ya somos iguales ante la ley, en derechos y deberes. Y en la empresa, dios nos libre que haya alguna discriminación por razón de sexo… porque de saberse, se le cae el pelo. Aunque sea solo por seguir vendiendo al 51% de la población, más vale que cualquier empresa se libre del mínimo atisbo o sospecha de ser machista.

Yo creo que, si no somos iguales del todo, es porque aún hay pendiente un diálogo de corresponsabilidad en el ámbito de lo privado. El hecho de que no exista un reparto igualitario de los compromisos familiares, supone que estamos menos disponibles y visibles en las otras facetas. Y creo que es hora en los países de nuestro entorno de que asumamos nuestra parte de trabajo y dejar de responsabilizar únicamente a los varones.

«Yo creo que, si no somos iguales del todo, es porque aún hay pendiente un diálogo de corresponsabilidad en el ámbito de lo privado».

Creo que el feminismo, al menos el de nuestro entorno, se ha convertido en parte de un negocio y eso es peligroso, porque a la mayoría de las mujeres nos resta protagonismo, nos relega a meras espectadoras… hablan de nosotras, pero la voz solo la mantienen unos sectores de la sociedad.

Al mismo tiempo, me da miedo que se hayan radicalizado muchos mensajes de igualdad que personalmente no comparto, porque una sociedad más justa no se construye desde la división y la confrontación, sino desde el diálogo, la comprensión, la empatía. No podemos andar diciendo que las mujeres somos líderes por naturaleza más dialogante, y que luego, las mujeres que nos representan en algunos colectivos feministas acusen abiertamente a los hombres de ser violadores y asesinos solo por el hecho de ser hombres. Me niego a pensar que mis hijos, vayan a ser unos maltratadores y me revuelve las entrañas que alguien pueda pensar así de ellos.

«Me da miedo que se hayan radicalizado muchos mensajes de igualdad que personalmente no comparto, porque una sociedad más justa no se construye desde la división y la confrontación, sino desde el diálogo, la comprensión, la empatía».

Dicho esto, que sé que va a levantar más de una llaga, hay que hablar claramente de que no habrá igualdad real mientras la propiedad del capital y el poder siga teniendo reparto desigual, mientras las mujeres de medio mundo aún vivan y tomen decisiones condicionadas por su género y no seamos valorados y juzgados por nuestro talento y méritos. Y aquí no incluyo la estética o el físico, porque me temo que eso nos condiciona y esclaviza a todos seamos hombres o mujeres, sino nuestras habilidades e inteligencias múltiples y la calidad humana del cada individuo sin importar su género.

«Hay que hablar claramente de que no habrá igualdad real mientras la propiedad del capital y el poder siga teniendo reparto desigual, mientras las mujeres de medio mundo aún vivan y tomen decisiones condicionadas por su género y no seamos valorados y juzgados por nuestro talento y méritos».

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