El último informe de Crédito y Caución previene de que las perspectivas del sector para la próxima década son significativamente superiores en Estados Unidos que en Europa.
Redacción ‘MS’- La industria química mundial se encuentra en una encrucijada. El último informe difundido por Crédito y Caución alerta de la brecha creciente entre Europa y Estados Unidos en este sector. Una de las principales razones que explican esta divergencia tiene que ver con los profundos cambios que están sufriendo las fuentes energéticas de la Unión Europea. El gas ruso apenas supuso el 8% de las importaciones en 2023 cuando en 2021 pesaba un 40%. El sector químico estadounidense disfruta de un acceso constante al gas natural a precios competitivos. En cambio, Europa depende del gas natural licuado (GNL) más caro y volátil, que importa de Estados Unidos y Noruega, con suministros adicionales del norte de África, Qatar y Reino Unido.
De cara al futuro, Europa se enfrenta a una importante pérdida de competitividad en productos clave como el amoníaco y los fertilizantes. Los costes energéticos encarecen directamente la producción de químicos básicos e impactan en sus derivados más especializados. El uso de nafta en Europa y Asia para la producción también coloca al sector en una situación de desventaja competitiva a largo plazo frente a Estados Unidos.
Las perspectivas de inversión en productos químicos en Estados Unidos son significativamente superiores a las de Europa y el resto del mundo, con tasas de crecimiento para la próxima década estimadas del 3,8% anual. Las previsiones de Crédito y Caución para Europa son mucho más bajas, del 1,5%, por detrás de la estimación para el mundo del 2,5%. La brecha es aún mayor si examinamos solo las inversiones en químicos básicos. Éstas crecerán en el entorno del 4,7% en Estados Unidos, el 2,7% a nivel global y el 1,5% en Europa.
Estas tasas previstas de inversión tienen un impacto directo en las perspectivas de crecimiento del sector para la próxima década, tanto para productos químicos como productos químicos básicos. En Europa éstas se limitan al 1,3% anual. En Alemania, con diferencia el mayor productor europeo, la tasa de crecimiento interanual prevista se limitará al 0,9% y caerá al 0,8% para los productos químicos básicos, muy por debajo de las previstas en Estados Unidos, del 2,1% general y del 2,9% para los químicos básicos.
China y Oriente Medio también disfrutan de mejores perspectivas de crecimiento que Europa. La industria china ha aumentado su capacidad en los últimos años, lo que ha favorecido su capacidad para mantener precios competitivos. El crecimiento previsto se sitúa en el 2,7% para el sector y del 2,4% para los químicos básicos. En Oriente Medio, los fabricantes siguen beneficiándose del abundante suministro de petróleo, gas y materias primas locales, lo que contribuye a apuntalar las sólidas previsiones de crecimiento. Se prevé que la región registre un crecimiento de la producción de productos químicos del 3,0% y del 3,1% de químicos básicos en la próxima década. El mayor crecimiento del sector en esta región se registrará en Arabia Saudí.
Las desventajas competitivas de Europa causadas por los altos precios de la energía y las materias primas no cambiarán en un futuro próximo, lo genera un riesgo de deslocalización de la industria hacia Estados Unidos y otros países donde los costes energéticos son más bajos. Además, las empresas que no puedan repercutir en sus clientes el aumento de los costes de producción podrían tener problemas de liquidez y, a su vez, suponer un riesgo crediticio para sus proveedores. Ante esta situación, es probable que el sector se centre en aumentar su eficiencia y desarrollar nuevos productos y tecnologías para hacer frente a los retos de la transición energética, pero el mercado se enfrenta a una convulsión estructural que probablemente remodelará las cadenas de valor del sector durante los próximos años.