Canal Mujer (IMQ): Autoexploración, sencillas prácticas para una detección precoz de cáncer de mama

Canal Mujer (IMQ): Autoexploración, sencillas prácticas para una detección precoz de cáncer de mama

Redacción ‘MS’- Por su interés para nuestra audiencia, ‘Muy Segura’ se hace eco del siguiente artículo, que puede ser visitado en Canal Mujer de IMQ a través del siguiente enlace: https://canalmujer.imq.es/autoexploracion-sencillas-practicas-para-una-deteccion-precoz-de-cancer-de-mama/

Lo escribe el Dr. Luis María Guevara, especialista en Ginecología de la Clínica IMQ Zorrotzaurre.

La exploración de tus propios senos en casa es una técnica que puede contribuir a detectar el cáncer de mama de manera precoz. Mediante unas pautas fáciles de realizar, te permitirá conocer mejor la forma, tacto y aspecto de tus pechos y detectar si se produce algún cambio. Aunque nunca sustituye a los procedimientos clínicos de diagnóstico precoz como las mamografías y las ecografías mamarias, es un método complementario para reforzar el control.

Te explicamos los pasos para realizar esta técnica sencilla de autoexploración mamaria visual y de tacto.

«Debes consultar con tu médico si detectas algún cambio para que pueda realizar una exploración profesional, pero recuerda que no has de preocuparte antes de tiempo, puesto que la aparición de alteraciones o bultos en las mamas es habitual a lo largo de los años y la mayoría de ellos son benignos».

Cuándo hacer la autoexploración mamaria

Es aconsejable empezar a realizar autoexploraciones del pecho a partir de los 40 años, o antes si existen antecedentes familiares de primer grado (madres, hermanas o hijas) con cáncer de mama. Se recomienda hacer este chequeo una vez al mes, entre 3 y 5 días después de que aparezca la menstruación. De esta forma, los senos no estarán tan sensibles al tacto y podrás realizar la exploración de manera más cómoda.

Si estableces el hábito de chequear tus pechos de manera periódica, podrás conocer mejor su aspecto, consistencia y tacto y te será más fácil detectar cualquier cambio. Para hacerlo correctamente, deberás realizar una exploración visual y táctil, siguiendo unas simples pautas.

Pasos para hacer una autoexploración de mamas

En primer lugar, realiza un chequeo visual para observar posibles cambios en la forma de los pechos:

– Sitúate frente al espejo con la espalda recta y los brazos en jarra, apoyados en las caderas.

– Fíjate en el tamaño, forma y color de las mamas.

– Observa si hay alguna forma irregular o una inflamación visible.

– Mira si hay arrugas, bultos o si hay un enrojecimiento o sarpullido en la piel, o si alguno de los pezones se ha metido hacia dentro.

– Levanta los brazos juntando las palmas de las manos por encima de la cabeza y observa de nuevo las mamas.

Después, haz una exploración mediante el tacto. Debes hacerla tumbada y luego en pie, siguiendo estos pasos:

– Acuéstate situando una almohada debajo de los hombros.

– Sitúa la mano derecha detrás de la cabeza, abriendo la axila, y empieza a explorar la mama derecha con los tres dedos centrales de tu mano izquierda.

– Utiliza un patrón para asegurarte de que recorres toda la mama. Primero dibuja líneas verticales de arriba hacia abajo, empezando por la clavícula hasta llegar a la parte alta del abdomen. Después, líneas horizontales desde la axila hacia el escote y al revés. Finalmente, haz un movimiento circular desde el pezón hacia fuera.

– Debes realizar la exploración con tacto firme y moviendo lentamente los dedos, cuidando de pasar por toda la superficie y fijándote en lo que vas notando.

– Repite el proceso con tu pecho izquierdo.

–Levántate o siéntate y realiza de nuevo los mismos pasos, recorriendo con los tres dedos de la mano contraria toda la superficie de cada pecho.

– Presiona suavemente los pezones para ver si hay alguna secreción.

Cuándo debes consultar al médico

Estas exploraciones mamarias te permitirán conocer mejor cómo son tus pechos y detectar si hay alguna variación. Deberás contactar con tu médico si durante estos auto chequeos observas:

– Un bulto detectable al tacto o a la vista.

– Una alteración en la forma de las mamas.

– Cambios en el tacto.

– Enrojecimiento de la piel.

– Arrugas o protuberancias.

– Picazón o llagas.

– Secreción en el pezón al presionar.

Recuerda que no debes preocuparte en exceso si encuentras un bulto, ya que en la mayoría de los casos son benignos y no están relacionados con el cáncer de mama. En todo caso, si observas alguno de estos síntomas, pide hora con tu médico, quien te hará una exploración y realizará todas las pruebas necesarias para llegar al diagnóstico correcto.