Por su interés para nuestra audiencia, ‘Muy Segura’ se hace eco del siguiente artículo, que también puede ser visitado en Canal Mujer de IMQ a través del siguiente enlace: https://canalmujer.imq.es/higiene-intima/.
Lo escribe la Dra. Austria Guillermina Lebrón García, Ginecóloga en el centro médico de IMQ Amárica.
Gran parte de nuestros hábitos relacionados con el cuidado personal y de la salud dependen de factores sociales y culturales sin tener ninguna evidencia científica que los respalde. En el caso de la higiene íntima, al ser algo tabú, muchas veces nos avergonzamos de preguntar sobre si cierta acción o producto que utilizamos es beneficioso o no. Desarrollaremos en este post algunos de los malos hábitos que pueden afectar a la salud íntima y una pequeña guía para cuidarla de una manera adecuada.
Malos hábitos: qué no debemos hacer y por qué
Muchas mujeres quieren eliminar cualquier olor, fluido o mancha proveniente de los genitales, abusando de productos sin ningún tipo de prescripción médica o automedicándose cuando aparecen síntomas indeseados. La utilización frecuente de estos productos puede enmascarar los síntomas de patologías serias, además de aumentar la incidencia de enfermedades genitales.
«Los malos hábitos en la higiene íntima están relacionados con el desarrollo de vulvovaginitis e infecciones de transmisión sexual. La vulvovaginitis aparece cuando el ecosistema vaginal normal se altera, produciendo un cuadro de picor, dolor, eritema y cambios en el olor y flujo vaginal».
Esto ocurre porque mediante productos utilizados sin prescripción médica como son los lubricantes, espermicidas o cremas íntimas se altera el pH vaginal, facilita la desestructuración de la mucosa de la vagina y tiene un efecto bactericida sobre la flora bacteriana saprófita que controla que otros microorganismos indeseados no crezcan. Por ejemplo, se ha comprobado que lactobacilos saprófitos de nuestra vagina ayudan a inhibir el crecimiento de la bacteria que causa la gonorrea.
Repasaremos algunas prácticas que pueden causarte serios problemas y no deberías realizar a partir de ahora:
Duchas vaginales
Es el acto de irrigar el interior de la vagina con agua u otros líquidos como vinagre, bicarbonato o yodo para controlar el olor, los fluidos menstruales y supuestamente evitar las infecciones.
«Las duchas vaginales se desaconsejan porque altera la flora vaginal y predispone a la aparición de enfermedad inflamatoria pélvica, endometriosis, vaginosis bacteriana o ITS (infección de transmisión sexual). De hecho, existe relación con el uso de productos de higiene íntima con ITS».
Uso de toallitas, desodorantes, cremas y geles especiales para la higiene femenina
Las toallitas femeninas irritan la piel de la vulva, predisponiendo la aparición de dermatitis. El uso de desodorantes íntimos predispone la aparición de reacciones alérgicas o dermatitis vulvar. Los geles, espermicidas y demás productos pueden alterar el pH vaginal y la piel de la zona.
Afeitarse el vello púbico
Eliminar el vello púbico es una cuestión puramente estética y no tiene ninguna explicación basada en la higiene como mucha gente piensa. El vello púbico es una barrera física que nos ayuda a impedir la colonización por microorganismos indeseados. Por tanto, su afeitado, aparte de causar microtraumas y sus consiguientes complicaciones como infecciones y dermatitis, facilita la infección por ITS.
Utilizar tampones, compresas o salva-slips dirariamente
La descarga del flujo vaginal es una forma de protección frente a infecciones que tiene la vagina. Este líquido contiene células desescamadas, células epiteliales, moco y plasma. Es un mecanismo de defensa frente a infecciones vulvovaginales por lo que taponar su salida impide esta función.
No lavarse las manos cuando manipulamos tampones, copas menstruales, etc.
Cuando introducimos productos para la menstruación en nuestra vagina hemos de intentar hacerlo en las condiciones más asépticas posibles. Hay muchas bacterias que se transmiten con el contacto y sobreviven en la superficie de los productos íntimos, por lo que debemos evitar que se colonicen para que no nos produzcan infecciones.
«Es clave respetar las indicaciones del fabricante y cambiarse de tampón/copa/esponja en los intervalos aconsejados para evitar el síndrome del shock tóxico, provocado por las toxinas bacterianas liberadas al torrente sanguíneo».
Consejos para una buena higiene íntima femenina
Ahora que ya conocemos lo que no debemos hacer, ¿qué indicaciones deberemos seguir para mantener una buena higiene femenina?
- Ducharse diariamente y lavarse la vulva pero sin introducirse en la vagina, utilizando la mano y un jabón ácido, evitando el de pastilla o que produzca muchas burbujas porque suelen ser alcalinos. De esta manera se previene la acumulación de flujo, sudor, restos de orina y las heces, controlando el mal olor y la sensación de suciedad. No debe realizarse más de una vez al día porque los lavados excesivos alteran también la microbiota y la piel de la vulva.
- Lavarse las manos antes y después de utilizar productos que vayamos a introducir en la vagina, ya sean de tipo sexual o como los utilizados para la menstruación.
- Lavarse las manos antes y después de orinar/defecar. Limpiar la vulva de delante hacia atrás para no auto inocular en la vagina las bacterias que habitan en el recto.
- Cambiarse la copa vaginal o tampón antes del tiempo máximo que puedes llevarlos según las indicaciones del fabricante.
- Evitar el uso de toallitas, cremas, duchas vaginales, irrigadores, espermicidas, lubricantes íntimos de uso diario, desodorantes vaginales, etc.
- Utilizar ropa íntima de algodón o seda, evitando la ropa muy ajustada para facilitar la transpiración.
Ante todo, cuando notes algún síntoma preocupante en tus partes íntimas no dudes en consultar con tu médico de familia o ginecólogo. Automedicarte o aplicar remedios caseros pueden empeorar la situación.