Con la ayuda de las inversiones e infraestructuras del Mundial, el país del Golfo persigue diversificar su economía, dependiente del petróleo y el gas.
Redacción ‘MS’- Con una inversión estimada de 220.000 millones de dólares, el actual Mundial de Catar es el más costoso jamás organizado: en 2006, Alemania gastó unos 4.300 millones de dólares. Aunque es una suma enorme, sólo una pequeña parte, menos de 10.000 millones de dólares, se ha gastado en estadios. El resto se ha invertido en infraestructuras que reportarán beneficios económicos al país del Golfo mucho después del último pitido arbitral.
“Todo forma parte de una iniciativa llamada Visión Nacional 2030. Para cumplir los objetivos del proyecto, la gran mayoría del dinero invertido desde 2010 se ha destinado a transporte, hoteles y otras infraestructuras importantes”, explican nuestros analistas de riesgos para Oriente Medio.
La estrategia tras esta visión nacional es clara: la riqueza de Catar se basa en el gas natural y el petróleo y, como otras economías dependientes de los hidrocarburos, quiere diversificarse. La Copa Mundial y el gasto en infraestructuras que conlleva forman parte de ese objetivo. La determinación de Catar por crear una economía más equilibrada impactará en una amplia gama de sectores.
Impacto en múltiples sectores
Después del equipo que levante el trofeo, el ganador más evidente de la Catar 2022 será el sector turístico. Las campañas mundiales de marketing centradas en el torneo ya han promocionado intensamente el país como destino. Fitch prevé que el total de llegadas alcance los 3,5 millones de visitantes a finales de 2026, frente a los 2,9 millones de 2016. Al Mundial le seguirán la Copa Asiática 2023 y los Campeonatos Mundiales de Natación 2024, cada uno de los cuales aportará visitantes y un aumento de la notoriedad.
El turismo no es el único sector que se beneficiará de esta nueva visión económica de Catar. Los elevados y crecientes ingresos del país ofrecen importantes oportunidades a los sectores de alimentación, bebidas y venta al por menor de comestibles. Las marcas premium y saludables son especialmente bien recibidas. La comida preparada es también un sector cada vez más importante para los jóvenes cataríes y los visitantes. Y, aunque el gasto en infraestructuras se reducirá tras la Copa del Mundo, seguirá habiendo oportunidades en los sectores de construcción, maquinaria e ingeniería a medida que Catar siga avanzando hacia su Visión Nacional 2030. Los bienes de consumo manufacturados, los alimentos y los productos agrícolas serán importaciones importantes en un futuro inmediato. Por supuesto, los suministros para la industria del petróleo y el gas seguirán ofreciendo grandes oportunidades de inversión durante algunos años.
Un nuevo foco: el conocimiento
La Visión Nacional 2030 de Catar tiene objetivos más amplios y ofrece oportunidades más allá de los mercados de importación tradicionales. La creación de una economía del conocimiento ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades. Se basará en la tecnología, el diseño, la investigación y el desarrollo. Catar quiere fomentar el espíritu empresarial en varios ámbitos y rivalizar con Bahréin y Emiratos Árabes Unidos como centro financiero regional.
«Es probable que el crecimiento de una economía del conocimiento se produzca de forma similar a los cambios que están teniendo lugar en Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, mediante la comercialización de la investigación y el desarrollo en colaboración con el sector privado. Esto puede ofrecer oportunidades para la inversión extranjera«, explican nuestros analistas de riesgos para Oriente Medio.
La ambición del país en este campo ya puede verse en desarrollos como el edificio M7, recientemente terminado en el centro de Doha. Esta futurista construcción de cinco plantas se describe como un epicentro de la innovación y el espíritu empresarial en diseño, moda y tecnología.
Bases sólidas para la inversión extranjera
Con una visión holística, zonas de libre comercio bien establecidas y la determinación de diversificarse para no depender excesivamente del petróleo y el gas, existen claras oportunidades para el comercio exterior. En este rico país del Golfo se demandan materias primas, productos acabados y servicios profesionales, y la inversión extranjera suele ser valorada. Los derechos de importación de la mayoría de los productos son del 5%. Sin embargo, pueden llegar al 20% o más cuando las importaciones compiten con productos locales.
«En términos generales, Catar cuenta con todas las bases para hacer negocios, con unos ingresos medios elevados, una buena calificación crediticia y estabilidad política a largo plazo«, según nuestros analistas locales de riesgos. «El éxito de la Copa del Mundo de 2022 ha contribuido a la reputación de fiabilidad del país«. Aunque la diversificación es clave para un futuro próspero, el país cuenta con enormes recursos nacionales, especialmente gas natural, para financiar iniciativas clave a corto y medio plazo.
Al mismo tiempo, existen retos a la hora de comerciar con Catar que las empresas extranjeras deben tener en cuenta. Aunque la población es próspera, también es relativamente pequeña. Con 2,7 millones de habitantes, muchas empresas ven a Catar como una puerta de entrada a la región del Golfo, más que como un destino final. La región en su conjunto es volátil, y la actual dependencia de Catar de las exportaciones de gas, aunque muy rentable, deja su economía a merced de la coyuntura global. Los inversores se beneficiarán de la diversificación y liberalización gradual de la economía catarí, pero algunos sectores siguen estando vedados al capital extranjero o monopolizados por empresas estatales.
Como la mayoría de los países del Golfo, Catar cuenta con una legislación laboral específica, el sistema kafala. Este exige que todos los trabajadores inmigrantes, que trabajan principalmente en los sectores de la construcción y doméstico, tengan un patrocinador en el país, normalmente su empleador, responsable de su visado y estatus legal. Esta práctica ha sido criticada por las organizaciones de derechos humanos por facilitar la explotación de los trabajadores. Aunque Catar ha introducido algunos cambios importantes en el sistema kafala antes de la Copa del Mundo, sigue habiendo voces críticas sobre el alcance de la reforma y su aplicación. En ese sentido, las empresas extranjeras que comercien con empresas cataríes que practican el sistema de kafala podrían enfrentar problemas reputacionales.
También hay problemas específicos en torno a la cultura empresarial. Por ejemplo, puede ser difícil obtener información financiera sobre empresas privadas cataríes. Solo las empresas que cotizan en bolsa están obligadas a publicar sus estados financieros, por lo que establecer relaciones profesionales es esencial cuando se trata de empresas que no cotizan en bolsa.
Hacer negocios en Qatar suele requerir un patrocinador local, y esto lleva tiempo y persistencia. Se recomienda redactar los contratos con claridad y establecer desde el principio sólidas políticas de cobro de deudas.