El cuidado de la cara es una técnica muy desarrollada y que requiere de unos conocimientos específicos, además del uso de los productos adecuados. La preocupación por los ciudadanos en este aspecto es creciente, tanto en las mujeres como en los hombres, y esto ha llevado a la consolidación de un servicio profesional que se forma en una FP de Estética y Belleza y ofrece al público una formación avanzada y de mucha calidad, que vive en una continua actualización y cuyo público está creciendo.
Tener un ‘skincare’ en las mejores condiciones implica el recurso a profesionales especializados y una importante dedicación en casa. La rutina es fundamental en el cuidado facial de la piel y ésta debe seguir unos pasos que se repiten diariamente, a primera y última hora de cada día.
El primer paso de esta limpieza pasa por el uso de un limpiador de aceite, que ataca a las impurezas surgidas de la suciedad que se genera por la exposición al exterior o el uso de maquillaje. Se puede utilizar un jabón con base de aceite que se esparce por la cara y se disuelve con el agua o con un limpiador de base de agua. El exfoliante es un producto importante, pues se encarga de remover aquellas células muertas y de suavizar la textura. Es decir, elimina cualquier resto de polvo o suciedad que todavía permanece en la cara. Es el mejor aliado para evitar la salida de granos y poros. También es importante saber que no se recomienda el uso de exfoliante durante todos los días, así que se puede reservar, por ejemplo, para los lunes, miércoles y viernes; una vez cada día.
Hidratarse
La hidratación es otro de los pasos esenciales para realizar la limpieza facial y el producto que se utiliza para ello es el tónico. Hay una amplia variedad de tónicos, así que debemos elegir aquel qué mejor se adapta con nuestra piel. La función principal de este producto es recuperar la acidez natural de la piel y se consigue a partir de un líquido hidratante. El siguiente paso en la fase de hidratación de la cara es el recurso a una esencia, un producto parecido, pero no igual, que el tónico; pues además de hidratar, se encarga de dejar una piel más nutrida y brillante. El objetivo diario para conseguir un rostro más fresco se completa con una crema hidratante, que es necesaria en todos los tipos de pieles.
Las mascarillas y el cuidado de los ojos
Otro producto muy común que puede utilizarse cada tres días es la mascarilla, que deja una piel más suave y natural. Requiere de unos quince o veinte minutos, así que la noche es un buen momento. Quien sufre de ojeras, arrugas o bolsas en torno a los ojos, puede utilizar un contorno específico que ayude a reducir estas condiciones, así como a hidratar y mejorar.
Formación en estética y belleza
La teoría parece clara, si bien hay muchos aspectos y detalles que se deben conocer en profundidad, además de combinarlos con la práctica. Ser una experta en el cuidado de la piel implica, irremediablemente, formarse en unos estudios especializados como la FP oficial de Estética y Belleza. Es un grado que prepara para la creciente demanda a nivel profesional.