La pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania plantean retos a las cadenas globales de valor.
Redacción ‘MS’- Crédito y Caución prevé que las cadenas globales de valor mantengan su estabilidad, a pesar de las fuertes perturbaciones que sufren desde 2020. A lo largo de las tres últimas décadas China ha ganado un peso creciente en estas cadenas de valor. En 2019 había sustituido a Japón como nodo central de los flujos comerciales en Asia y a Estados Unidos como el segundo mayor eslabón de la cadena global de valor, solo por detrás de Alemania. Sin embargo, la pandemia de Covid-19 y la invasión rusa de Ucrania han reabierto el debate sobre su vulnerabilidad y posible reconfiguración.
La pandemia de Covid-19 generó fuertes perturbaciones en las cadenas globales de valor que todavía subsisten. El cierre inicial de fábricas en China tuvo un efecto inmediato sobre la producción mundial de bienes manufacturados en enero y febrero de 2020. Cuando la producción china se recuperó, el cierre de fábricas en Europa y Estados Unidos provocó nuevas perturbaciones en la producción mundial, que no comenzó a recuperarse hasta la segunda mitad de 2020. Fue entonces cuando a la crisis inicial de oferta le sobrevino una crisis de demanda: el exceso de ahorro de los hogares y los estímulos fiscales desencadenaron un mayor comercio de mercancías, que ha trastocado la cadena logística. Los costes de envío se dispararon, debido a la mala distribución de los contenedores de transporte, y varios puertos tuvieron problemas para procesar la carga debido a la escasez de estibadores y conductores de camiones. Ya en 2022, la invasión de Ucrania ha exacerbado las perturbaciones, incrementado los precios de las materias primas y distorsionado la cadena de valor europea, especialmente en el sector del automóvil.
Crédito y Caución prevé una resolución lenta y gradual de todas perturbaciones logísticas. “Esperamos que hasta 2023 no se asignen los contenedores a los lugares adecuados, lo que mantendrá los costes de transporte elevados a corto plazo. También esperamos que la falta de semiconductores continúe en 2022. Los datos recientes sugieren que la escasez de chips ha superado su punto álgido, ya que los principales fabricantes de Asia están aumentando la producción. También ayudará que los consumidores han empezado a cambiar el consumo de bienes por el de servicios. Sin embargo, es probable que la escasez de semiconductores no desaparezca hasta 2023”, explica el informe.
A pesar de estas dificultades, la aseguradora de crédito no espera un retroceso significativo en la escala de la globalización. El informe recuerda que la pandemia de Covid-19 se produjo en un momento en el que las principales fuerzas motrices de la producción internacional estaban ya en un punto de inflexión hacia un mayor proteccionismo comercial que ha estabilizado la globalización. “Las exportaciones mundiales como proporción del PIB se han mantenido más o menos constantes desde 2008”, explica. Su previsión es que esta situación se mantenga. “Creemos que es más probable que las empresas realicen ligeros ajustes en sus estrategias de producción. Por ejemplo, manteniendo mayores inventarios de bienes críticos”, explica el informe. “Es posible que se produzca una deslocalización limitada, ya que los costes laborales en algunos centros de fabricación, sobre todo en China, aumentan a medida que se asciende en la cadena de valor, pero esto habría ocurrido independientemente de los actuales cuellos de botella”.
La aseguradora de crédito si cree que la guerra acelerará la reorientación de Rusia hacia China, India y el Asia Central, pero considera poco probable que China quiera crear una estructura comercial regional que pueda perjudicar su relación comercial con las economías avanzadas: el comercio con Estados Unidos y sus aliados en Europa y Asia sigue representando más del 70% del comercio exterior de China, frente a sólo el 4% con Rusia e India.