Redacción ‘MS’- Polonia registró en 2020 una contracción menos profunda que los mercados de su entorno, como República Checa, Hungría o Eslovaquia, más dependientes de las exportaciones y vulnerables a los shocks externos.
Crédito y Caución prevé que la economía polaca repunte un 3,8% en 2021, siempre que pueda contener la pandemia. El aumento de los estímulos a las familias y los pensionistas, junto con las exenciones fiscales, siguen sosteniendo el consumo privado. Se prevé que las exportaciones se recuperen con fuerza y que la producción industrial y la inversión también registren crecimientos.
Las medidas de estímulo fiscal relacionadas con la pandemia representaron alrededor del 12% del PIB en 2020. El llamado Escudo Anticrisis tenía como prioridad proteger el empleo, apoyar a las empresas, reforzar el sistema financiero, mejorar la asistencia sanitaria y aumentar las inversiones públicas. Para mantener la liquidez en los sectores más afectados, Polonia lanzó en enero un paquete de estímulo adicional denominado Escudo Financiero 2.0 para apoyar a las pymes activas en más de 50 ramas de actividad con un paquete de 2.900 millones de euros. Polonia también se beneficiará de los fondos Next Generation UE, con los que tiene previsto acelerar las inversiones públicas en infraestructuras, energía y digitalización. Debido a las amplias medidas de estímulo, el déficit fiscal alcanzó el 8% del PIB en 2020 y se prevé que se sitúe en el 5% en 2021. La deuda pública está aumentando, pero sigue siendo sostenible.
Desde el segundo semestre de 2020, la situación de los resultados empresariales y del riesgo crediticio en sectores como bienes de consumo duradero, metalurgia y siderurgia han mejorado. Sin embargo, en sectores como construcción, maquinaria, servicios, textil o transporte, el riesgo de crédito sigue siendo alto por el momento.
Crédito y Caución prevé que la morosidad y las insolvencias empresariales en Polonia continúen creciendo en 2021. Debido a las amplias medidas de estímulo, muchas empresas polacas recibieron un gran apoyo financiero y pudieron mantener su posición de tesorería.
Sin embargo, se espera que este apoyo decrezca y finalmente expire en el transcurso de 2021, a medida que la recuperación económica cobre impulso. Esto podría tener un efecto adverso en la liquidez empresarial y provocar un aumento de la morosidad y las insolvencias, especialmente en los sectores más afectados por la pandemia, como transporte, comercio minorista y servicios.