‘Muy Segura’ entrevista a Cristina Sancho, presidenta de la Fundación Wolters Kluwer.
¿Qué hitos puede destacar en el transcurso de su trayectoria profesional? ¿Qué han significado para usted y qué le han aportado?
Recuerdo con especial cariño mi época de abogada en ejercicio y profesora de Derecho de la Empresa. El trato con los clientes y los alumnos me abrió los ojos a la enorme importancia de estar puntualmente informada de cualquier novedad que se produjera en el ordenamiento, la doctrina y la jurisprudencia. Terminas la carrera, estudias idiomas, haces prácticas en el extranjero y preparas oposiciones pensando que tus conocimientos te permitirán trabajar el resto de tus días, cuando la realidad es que no has hecho más que empezar un trayecto que, siendo mínimamente responsable, te exige actualizar conocimientos sin descanso a lo largo de toda la vida.
Mi incorporación a Wolters Kluwer hace 15 años supuso un punto de inflexión porque me abocó de forma inesperada al mundo de la comunicación corporativa. Yo no lo planeé así, pero sucedió y me descubrió un mundo apasionante que me obligó a hacer un master en Dirección de Comunicación para poder tomar las riendas del departamento con algo más de ciencia que la mera experiencia de campo. Ahí inicié una segunda etapa profesional enfocada a las relaciones con los medios de comunicación, más adelante también a la comunicación interna, las relaciones institucionales y la reputación corporativa, y finalmente a la responsabilidad social y al buen gobierno. En cierto modo, con ello se cerró un círculo en mi carrera porque la base del buen gobierno es eminentemente jurídica.
«Mi incorporación a Wolters Kluwer hace 15 años supuso un punto de inflexión porque me abocó de forma inesperada al mundo de la comunicación corporativa».
¿Qué ha supuesto para usted su reciente nombramiento como presidenta de la Fundación Wolters Kluwer?
Sin duda es la responsabilidad más estimulante de mi vida profesional, y un verdadero reto en cuanto a la gestión del tiempo porque es una tarea añadida a la dirección de Asuntos Corporativos de Wolters Kluwer. Lo primero que ha supuesto para mí es un cambio en la forma de administrar la jornada. Soy madre de familia numerosa y ya antes de este nombramiento no tenía demasiado tiempo libre. Ahora trato de que mi nueva función sea también compatible con nuestra vida familiar.
Por otra parte, me está dando oportunidad de conocer a mucha gente interesante, personas tanto del sector privado como del público que trabajan o tienen algún papel institucional en los distintos programas que tenemos en marcha. Relacionarme con otros profesionales, aprender de ellos, conocer otros puntos de vista me parece apasionante cuando se trata de generar valor para la sociedad, innovar para mejorar la vida de las personas que se benefician de nuestros programas. Es una experiencia transformadora. Lo digo de corazón, no es una forma de hablar. Aprender de los demás y trabajar en equipo por el bien de la sociedad te cambia la vida.
«Soy madre de familia numerosa y ya antes de este nombramiento no tenía demasiado tiempo libre. Ahora trato de que mi nueva función sea también compatible con nuestra vida familiar».
¿Cuáles serán sus responsabilidades más inmediatas, así como los retos que planteará para la Fundación en el medio plazo?
De momento, a corto plazo trato de entender bien el funcionamiento de la Fundación, tanto jurídica como operativamente, el papel de los patronos, del protectorado, de los distintos partners que tenemos en cada programa. Mis primeras semanas al frente de la Fundación, cuyo fin social es actuar en el ámbito de la Justicia, la Educación y el Medioambiente, las estoy dedicando a reunirme con todos, y estoy muy contenta de la disponibilidad y el afán de colaboración que me estoy encontrando. Mi misión ahora es tratar de estrechar los lazos entre la Fundación y la corporación Wolters Kluwer, para que ambas instituciones trabajen con una mayor cercanía. La incorporación al patronato de dos miembros del Comité de Dirección de la compañía, el consejero delegado y la directora de Innovación de la división Legal & Regulatory me va a poner las cosas más fáciles en este sentido, porque ambos están volcados con la Fundación.
A medio plazo vamos a revisar el Plan de Actuación, discontinuando algún programa que no tenga sentido mantener y lanzando alguno nuevo, dependiendo de los recursos disponibles y las nuevas necesidades de la ciudadanía, por ejemplo, en materia de transformación digital, que es uno de los puntos fuertes de Wolters Kluwer, donde puede aportar realmente mucho valor.
«Mi misión ahora es tratar de estrechar los lazos entre la Fundación y la corporación Wolters Kluwer, para que ambas instituciones trabajen con una mayor cercanía».
¿Por qué su pasión por el mundo de la comunicación? ¿Cuáles son los principales desafíos que posee este sector hoy en día?
Como comentaba, mi entrada en el mundo de la Comunicación fue bastante casual, aunque lo cierto es que toda mi vida he tenido una buena disposición para las relaciones sociales y cierta facilidad para la redacción. Creo que ambas habilidades son muy útiles en este sector. Leo todo lo que puedo, de estilos y temáticas muy variados, y sobre todo me encanta escribir. Siempre digo, porque es cierto, que el famoso “miedo al folio en blanco” no creo haberlo experimentado nunca. Y me interesa mucho leer y oír a otros, contrastar perspectivas hasta dar con la visión panorámica de cualquier asunto relevante.
Desafíos en el mundo de la Comunicación hay muchos, pero me preocupan especialmente dos: la sobreinformación, que puede generar desinformación, y la pérdida de confianza de la sociedad en sus instituciones. Creo que la primera se combate, como ciudadanos, acudiendo a fuentes rigurosas y de contrastada reputación; y la segunda requiere de un gran esfuerzo de comunicación honesta y transparente por parte de las instituciones, tomarse muy en serio la protección del interés general, y no ceder a las presiones interesadas. La sociedad no se puede permitir mantener instituciones que le no inspiran confianza, porque se desmorona.
«Desafíos en el mundo de la Comunicación hay muchos, pero me preocupan especialmente dos: la sobreinformación, que puede generar desinformación, y la pérdida de confianza de la sociedad en sus instituciones».
¿Puede hablarnos de su vínculo con EJE&CON, Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s? ¿Cuál es su propósito principal y qué valores rigen su funcionamiento?
Me asocié a EJE&CON al terminar el programa Promociona en 2016. Pensé que me ofrecería oportunidades de networking con directivas de sectores con los que no tenía muchas oportunidades de conectar y, además, con el “subidón” que traía de Promociona, me sentía en cierto modo obligada a contribuir con la causa del “talento sin género” tras haber descubierto la enorme brecha que aún quedaba por cubrir en los órganos de poder de las empresas de nuestro país. El propósito de la asociación es ser agente de un cambio en nuestra sociedad que permita el acceso del mejor talento a esas posiciones de máxima responsabilidad: los comités de dirección y los consejos de administración. Sus valores: la excelencia, la integridad, la innovación, la pasión y la determinación.
Empecé en la asociación colaborando con el Comité de Buen Gobierno, participando en la redacción y difusión del famoso Código EJE&CON que han suscrito ya más de 70 empresas importantísimas, que ha recibido dos premios, y que nos han invitado a presentar incluso en la ONU este mes de marzo. Y durante dos años he formado parte de la junta directiva liderando el Comité de Comunicación, una etapa maravillosa en la que he podido trabajar directamente con muchas de las mejores profesionales de nuestro país, y en la que hemos obtenido unos resultados de comunicación espectaculares tanto en prensa tradicional (tuvimos 360 impactos en medios en el último año del mandato de mi junta) como en redes sociales.
EJE&CON ha sido desde el primer día una experiencia impagable, por muchas razones: porque es una asociación diferente, auténtica, inclusiva, que ha sabido entender que no tiene sentido luchar por la igualdad de oportunidades sin incluir en esa misión a los hombres; porque trabaja sin descanso por el desarrollo de sus miembros y multiplica nuestra visibilidad, actuando de altavoz de nuestros éxitos profesionales; y sobre todo porque me ha permitido compartir proyectos y objetivos con personas magníficas, leales y comprometidas, muchas de las cuales forman ya parte de mi círculo de amistades más directo. ¿Se puede pedir más?
«Me asocié a EJE&CON al terminar el programa Promociona en 2016».
¿Cuál es su visión acerca de los principales avances que se están produciendo en materia de visibilidad de la mujer profesional en la sociedad española y en el marco de nuestro tejido empresarial?
Veo una progresión innegable, y se ha generado un movimiento que parece difícil ya de parar. Lo que hasta hace poco tiempo era lo habitual – mesas de debate, publicaciones, conferencias, foros de opinión, etc. protagonizados exclusivamente por hombres -, hoy en día es cada vez más raro, y suele provocar comentarios de protesta si la ausencia de mujeres expertas no es razonable. Me preocupa sin embargo que la visibilidad sea el fin único de algunos proyectos. La visibilidad está justificada cuando existe una previa trayectoria profesional, científica o académica digna de ser reconocida y tenida en cuenta. Es inconveniente, en cambio, la proliferación de foros oportunistas y vacíos de contenido, creados exclusivamente para hacer ruido mediático y dar visibilidad a su promotor, pero sin una vocación auténtica de aportar valor a la sociedad. Esos movimientos suponen un riesgo para la credibilidad del conjunto de las iniciativas en pro de la igualdad y la promoción del mejor talento.
«Me preocupa sin embargo que la visibilidad sea el fin único de algunos proyectos. La visibilidad está justificada cuando existe una previa trayectoria profesional, científica o académica digna de ser reconocida y tenida en cuenta».
¿Desea lanzar un mensaje a la mujer profesional que constituye una parte muy importante de la audiencia de Muy Segura?
Me gustaría que todas las mujeres profesionales se atreviesen a dar un paso fuera de su círculo de seguridad, que asumieran algún riesgo que les permitiera hacerse oír y ser tenidas en cuenta más allá de su misión cotidiana. Aportamos mucho más a la propia empresa y a la sociedad en su conjunto cuando somos capaces de superar las barreras, a veces autoimpuestas, y compartir nuestro conocimiento, nuestras ideas y nuestra experiencia. No hay dos profesionales iguales, y la sociedad nos necesita a todas.
«Me gustaría que todas las mujeres profesionales se atreviesen a dar un paso fuera de su círculo de seguridad, que asumieran algún riesgo que les permitiera hacerse oír y ser tenidas en cuenta más allá de su misión cotidiana».