Los pies hay que cuidarlos durante todo el año, pero es importante adaptar la manera en la que los protegemos dependiendo de las temperaturas y las circunstancias climatológicas. En invierno, hay que prestar atención a cómo les afecta el frío para que no se produzcan problemas como la falta de hidratación, bromhidrosis, sabañones o la aparición de hongos.
El cuidado de los pies es una medida de prevención, pero en el caso de que se sufra algún tipo de enfermedad, siempre es necesario acudir a un profesional de la podología que diagnostique lo que nos pasa y nos recomiende un tratamiento.
Aunque cada patología tiene que tener una pauta concreta, queremos darte una serie de recomendaciones para que puedas prevenir cualquier tipo de afección o dolor en los meses inviernales, ya que sobre todo suelen ser causados por las bajas temperaturas y las lluvias propias de la época. Toma nota de estos consejos y ponlos en práctica diariamente, comprobarás como tus pies se mantienen sanos.
Consejos para tener los pies sanos en invierno
Usa un calzado adecuado
Los zapatos que utilizas en invierno deben ser cómodos, resistentes y transpirables, con una buena suela antideslizante que aisle el pie del frío y evite una caída por resbalamiento. Tampoco deben apretar demasiado para que permitan una correcta circulación de la sangre y eviten un exceso de humedad en el interior del calzado. La sudoración constante puede contribuir a bajar la temperatura corporal.
Hazte la pedicura
Aunque en invierno no enseñemos los pies es importante no descuidar las uñas, además, es una forma de prepararlas para el verano. En invierno lo ideal es hacerse la pedicura una vez al mes.
Ponte calcetines confortables
Al igual que los zapatos, los calcetines deben ser transpirables, además, debes cambiarlos a menudo para evitar tener los pies húmedos por el sudor. Los mejores calcetines para el invierno son los que están realizados con fibras naturales como la lana y el algodón, que además dan calor y son muy cómodos. Evita aquellos que aprieten demasiado para que no afecten a la circulación del pie.
Aplica una crema hidratante
Incorpora a tu rutina diaria una crema hidratante específica para los pies, de esta manera evitarás algunas afecciones como sequedad, durezas o talones agrietados. La hidratación también va por dentro, por eso te aconsejamos que bebas suficiente agua.
No uses calefacción
Evita calentar los pies con fuentes de calor artificial como radiadores o estufas, ya que es contraproducente y provocan inflamación y sabañones por el cambio de temperatura en tan poco tiempo. Es mejor que se calienten poco a poco.
Mantén los pies secos
Tanto por el sudor como si es porque te has mojado los pies, te recomendamos que seques muy bien. Esto también se aplica a cuando sales de la ducha.
Masajea los pies
No hay nada como mimar tus pies como un buen masaje. Esto ayudará a mejorar la circulación de la sangre descontracturando los vasos sanguíneos, además, te ayudará a aliviar cualquier tipo de dolor provocado por estar muchas horas de pie y a entrar en calor.