Dra. Eva Ugarte (iSalud): «La manera de expresar las emociones es diferente entre los hombres y las mujeres, pero ambos sexos sienten de manera parecida»

Dra. Eva Ugarte (iSalud): «La manera de expresar las emociones es diferente entre los hombres y las mujeres, pero ambos sexos sienten de manera parecida»

El pasado lunes, 21 de enero, llegó de nuevo el conocido como ‘Blue Monday’, o día más triste del año. Éste lleva más de una década instalado en nuestras vidas, desde que el psicólogo británico Cliff Arnall llevó a cabo un estudio sin base científica en el que afirmaba que existían varios factores que convertían al tercer lunes del mes de enero en un día fatídico.

Para abordar el tema de las emociones y de la tristeza en el ser humano, ‘Muy Segura’ ha recabado la opinión de la Dra. Eva Ugarte, psicóloga del equipo médico de iSalud.com.

¿Están definidos y determinados, a modo de patrón, los factores o motivos que le causan tristeza al ser humano? ¿Hacia dónde se encaminan las investigaciones al respecto?

Los motivos pueden ser muy diversos pero sí, normalmente tienden a repetirse a modo de patrón. Las causas que más se repiten son problemas de pareja, problemas familiares, la muerte de algún ser querido, rupturas amorosas, baja autoestima, estrés laboral, entre otras.

Lo importante no es solamente la ocurrencia de un hecho desgraciado o negativo, sino la manera de manejar del modo más adecuado el problema y las estrategias de cada uno para abordarlo. Lo primero es reconocer que estás triste, no centrarte en lo que deberías haber hecho, sino en cómo afrontar la tristeza que te ha ocasionado, porque centrarte en estas cosas pasadas solo va a mantener tu tristeza. Y, sobre todo, capacidad y flexibilidad para buscar soluciones y centrarse en cuidar de uno mismo. Estas estrategias son esenciales para no caer en la tristeza.

«Lo importante no es solamente la ocurrencia de un hecho desgraciado o negativo, sino la manera de manejar del modo más adecuado el problema y las estrategias de cada uno para abordarlo».

¿Hay épocas del año especialmente tristes o que afecten en mayor medida a nuestras emociones?

Siempre dependerá de las circunstancias vitales de cada persona, de su situación en ese momento y de las estrategias de cada uno para abordar la tristeza. Pero sí que es más probable que sientas mayor tristeza, por ejemplo, al regresar de vacaciones, volver a la rutina, o al cambiar de estación, de más calor y días más largos, a días lluviosos y cortos. También en Navidad, después de las reuniones familiares, ya sea por pasar de estar rodeado de todos tus seres queridos, o ya sea porque las fechas te recuerdan a que falta un ser querido, etc. Todas estas cosas repercuten.

«Es más probable que sientas mayor tristeza, por ejemplo, al regresar de vacaciones, volver a la rutina, o al cambiar de estación, de más calor y días más largos, a días lluviosos y cortos».

¿Hay diferencias entre el hombre y la mujer a la hora de procesar y manifestar estas emociones, tanto de alegría como de tristeza?

La manera de expresar las emociones es diferente entre los hombres y las mujeres, pero ambos sexos sienten de manera parecida. Sí que es verdad que las mujeres tenemos más facilidad para interpretar estados de ánimo, pero esto no quiere decir ni que los hombres no sepan interpretar las expresiones, ni que a todas las mujeres nos resulte fácil esto; depende de cada uno y de su contexto. También se puede aprender a expresar nuestras emociones, entrenándonos.

«Las mujeres tenemos más facilidad para interpretar estados de ánimo, pero esto no quiere decir ni que los hombres no sepan interpretar las emociones, ni que a todas las mujeres nos resulte fácil esto».

¿Considera que hay cierta ‘ola’ de personas con ansiedad y depresión que recurren a la medicación para combatirla? ¿Cree que la tecnología puede estar influyendo en este incremento de la problemática? ¿Cuál cree que debe ser la postura de un médico ante esta demanda?

Es cierto que hay muchas personas con esta sintomatología y también es cierto que recurren a la medicación como primera opción. Pienso que esta primera opción de la medicación puede servir de apoyo en muchos casos para sentirse mejor, pero para abordar de manera adecuada una ansiedad o una depresión se debe evaluar primero a la persona para saber si realmente necesita recurrir a la medicación; y, si es así, se debería combinar con terapia psicológica.

Por otro lado, la tecnología no tiene por qué influir en esta sintomatología, siempre y cuando no se dejen de hacer otras cosas por estar en las redes o por estar en Internet. Todo en exceso es malo. Hay que tener la capacidad para saber si pasas demasiado tiempo con una actividad y tener flexibilidad para gestionarlo.

Estar permanentemente conectado genera estrés en el día a día y hay que saber gestionar el estrés, llevar de una manera adecuada el día a día y, si es preciso recurrir a técnicas de relajación, genial. Todo es trabajarlo.

«Para abordar de manera adecuada una ansiedad o una depresión se debe evaluar primero a la persona para saber si realmente necesita recurrir a la medicación».

¿Hay algún antídoto fuera de la Medicina para combatir la tristeza?

Lo más importante es centrarse en cuidar de uno mismo, aumentar nuestra actividad, hacer una lista de posibles actividades que te resulten agradables: ya sea darte un baño relajante, ver paisajes bonitos, irte a tomar algo o comerte un pastel. Por otro lado, realizar ejercicio físico, dormir bien, llevar una dieta equilibrada, rodearte de personas que te hagan sentir bien, etc. Todo esto te ayuda a desconectar y a despejarte de la situación que te esté generando un malestar emocional en ese momento, porque estás cambiando tu foco atencional hacia estímulos que no están relacionados con el problema.

Yo creo que el antídoto principal es aumentar tu actividad o, por lo menos, recuperar tu actividad habitual. Y, si el malestar sigue a lo largo del tiempo e interfiere en tu día a día, sería conveniente solicitar atención psicológica. Si tú por tu cuenta no te ves capaz, no hay nada de malo en solicitarla.

«El antídoto principal es aumentar tu actividad o, por lo menos, recuperar tu actividad habitual».

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