Por Aída Sastre, Chief Marketing Officer de Cigna España.
A menudo asistimos al debate de cómo será el futuro de nuestro sector. La necesidad de mejorar la eficiencia en los procesos, unido al desafío demográfico al que tenemos que hacer frente en nuestro país, hacen que esta pregunta se encuentre de plena actualidad: ¿Cómo será el seguro de salud del mañana?
Bajo mi punto de vista, el futuro de nuestro sector se asienta sobre dos bases: por un lado, un cambio de paradigma en la gestión de la salud, y por otro, la propia capacidad del sector para impulsar una transformación de negocio.
Hasta no hace demasiado tiempo, el modo en el que las compañías aseguradoras entendían la medicina y atención sanitaria era muy tradicional en cuánto al dónde, cómo, cuándo y quién. En cambio, cada vez es más evidente que se está produciendo un cambio en el modo en el que se produce este abordaje, un proceso que sitúa al paciente empoderado en el epicentro del mismo.
El futuro de nuestro sector se asienta sobre dos bases: por un lado, un cambio de paradigma en la gestión de la salud y, por otro, la propia capacidad del sector para impulsar una transformación de negocio.
Así, cada vez más el foco está puesto en el individuo y su entorno, entendiendo el cuidado de la salud como un todo que tiene que darse no sólo cuándo se detecta un problema, sino también mucho antes del mismo, y después de que se produzca.
Es por esto que los conceptos han evolucionado, y a los tradicionales hospitales y centros médicos, se añade nuestra propia casa al dónde como espacio de atención sanitaria. Además, ya no sólo son los profesionales de la salud y empresas los promotores del cuidado de la salud, sino que a este quién también se suma el propio paciente como parte activa. La manera en la que se ejecuta esa atención, el cómo, también está cambiando, ya que ha dejado de ser masivo para convertirse en individualizado, personalizado y asistido. Y también ha evolucionado el cuándo, ya que esta atención no se produce únicamente tras un diagnóstico, sino en cualquier momento, siguiendo un enfoque preventivo y de seguimiento.
Por otro lado, si profundizamos en la capacidad de transformación de negocio del sector asegurador, tenemos que tener en cuenta dos aspectos: por un lado, la vertiente digital; y por otro, la transformación de las personas que conforman los equipos dentro de las compañías. Se están desarrollando novedosas formas de trabajo, mucho más ágiles y basadas en la adquisición de nuevas capacidades y habilidades. Este proceso dual estimula al sector asegurador para crear nuevas soluciones digitales, modulares y personalizadas, en las que la innovación juega un papel fundamental.
Si profundizamos en la capacidad de transformación de negocio del sector asegurador, tenemos que tener en cuenta dos aspectos: por un lado, la vertiente digital; y por otro, la transformación de las personas que conforman los equipos dentro de las compañías.
La apuesta por la telemedicina es un claro ejemplo de esto. Tal y como se recoge en el estudio 360º Wellbeing Survey de Cigna, “el 77% de los españoles reconoce que las nuevas tecnologías están ayudando a mejorar su salud”. ¿Qué significa esto? Más allá de las propias ventajas intrínsecas de esta tecnología a la hora de optimizar la atención asistencial (específicamente, la reducción de consultas presenciales al situar el acceso a la salud allí dónde se encuentre nuestro usuario), y gracias al nuevo horizonte que abre la telemedicina, ayudamos al individuo a tomar el control de su propia salud.
Y con esta idea se ilustra perfectamente la esencia del cambio de paradigma que marcará el seguro de salud del futuro: la atención sanitaria evolucionará a un concepto holístico, asentándose el concepto de salud como el resultado de un bienestar físico y mental, y cuya base es la prevención en salud.
Para que esta prevención sea efectiva, es indispensable trabajar tanto en la adopción de hábitos de vida saludables, como también en la detección precoz de enfermedades. Y para ello, la información en tiempo real sobre nuestro estado de salud será clave. Con el uso generalizado de dispositivos wearables se han realizado grandes avances en este sentido, pero es más que previsible que la evolución de la tecnología del Internet de las Cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial facilite aún más la tarea de monitorización y seguimiento de datos de salud.
La atención sanitaria evolucionará a un concepto holístico, asentándose el concepto de salud como el resultado de un bienestar físico y mental, cuya base es la prevención en salud.
Además, en el caso concreto del sector asegurador, el desarrollo de estas tecnologías abre la puerta a una mayor personalización de los servicios que se brindan al asegurado, así como la posibilidad de ofrecer productos adaptados a las necesidades específicas de cada individuo.
De esta manera, el elemento de diferenciación entre las compañías aseguradoras será ofrecer la mejor experiencia de cliente. Para ello, el cuidado del detalle, la capacidad de personalización y adaptación a las situaciones concretas de la vida del asegurado, así como la búsqueda constante de la excelencia de servicio, serán los factores que marcarán el seguro de salud del mañana. Porque la tecnología avanza, pero la esencia no cambia: la salud y bienestar del cliente es la razón de ser de una compañía aseguradora, y a ellos nos debemos, tanto ahora, como en el futuro.
El elemento de diferenciación entre las compañías aseguradoras será ofrecer la mejor experiencia de cliente.