Por Beatriz Acevedo, Coordinadora de Sostenibilidad en
La igualdad de género es uno de los objetivos principales que nuestra sociedad quiere alcanzar, o al menos debería ser así. En pleno siglo XXI es imposible concebir una sociedad desarrollada, justa y democrática que no integre a la mujer en todas las esferas políticas, económicas y sociales.
En este sentido, la participación del sector privado y de las empresas, como agente de cambio clave, es fundamental para frenar las desigualdades que se siguen produciendo. Y pueden hacerlo, a través de iniciativas tales como el fomento de la presencia de la mujer en todos los niveles y sectores de actividad, el impulso de la representación femenina en los puestos directivos y en los consejos de administración o garantizando la paridad retributiva entre hombres y mujeres, entre otras cuestiones.
La equidad de género cuenta, cada vez más, con el respaldo del sector privado español, ya que, según un estudio de Pacto Mundial, el ODS 5 (igualdad de género) se ha convertido en un Objetivo de Desarrollo Sostenible prioritario en la estrategia de casi el 80% de las compañías adheridas a la Red Española del Pacto Mundial. La sociedad ha cambiado y, con ella, las compañías, que han comprendido que para que su crecimiento sea sostenible y lograr sus objetivos empresariales es necesario impulsar nuevos contextos de trabajo, en los que la diversidad de perfiles y talentos se hace imprescindible.
«No obstante, no cabe duda de que, a pesar de todo lo logrado, es necesario acelerar el avance en la igualdad de oportunidades efectiva entre hombres y mujeres a nivel corporativo. Esto es especialmente relevante en lo que respecta a la presencia femenina en los consejos de administración».
De acuerdo con los datos arrojados por la última edición del informe “Las mujeres en los consejos de las empresas cotizadas”, elaborado por Atrevía e IESE, ellas suponen el 34% del total en los en los consejos del IBEX35. En el caso de las sociedades del mercado continuo español se quedan en el 28%, no llegando a lo recomendado por el Código de Buen Gobierno de la CNMV.
Si ponemos el foco en el sector asegurador, la presencia de la mujer ha aumentado significativamente durante los últimos años. El alto grado de compromiso social que siempre ha caracterizado a las aseguradoras las convierte en un referente en la promoción del desarrollo sostenible y de la igualdad de género.
«Según datos de UNESPA, el empleo femenino se ha multiplicado casi por 5 en el sector asegurador en las últimas tres décadas, mientras en el conjunto de la economía española lo ha hecho por 2,5. Además, las mujeres representan ya más del 50% de la plantilla aseguradora española y su presencia aumenta en todas las áreas y categorías profesionales».
Sin embargo, también en este sector, la presencia de mujeres en puestos directivos es uno de los grandes retos que hay que afrontar. Las directivas en las aseguradoras españolas se sitúan en el 31% y se sigue promocionando, en términos generales, más a los hombres que a las mujeres, según el “II Estudio de Igualdad de Género en las aseguradoras”.
«Para la Mutualidad garantizar la igualdad de oportunidades y fomentar una presencia equilibrada de género dentro de la organización es una prioridad sobre la que se viene trabajando durante los últimos años».
Así lo demuestra su equipo humano compensado en cuanto a número de mujeres y hombres y su equipo de alta dirección paritario. Adicionalmente, la compañía cuenta con un Plan de Igualdad y un Plan de Sostenibilidad que integra los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre ellos el de igualdad de género. La Mutualidad está adherida a la Red Empower Women in Insurance (EWI), que promueve la igualdad de género en los puestos directivos en el sector asegurador; a Women in a Legal World y a EJE&CON.
En definitiva, lograr la igualdad de género es una labor de toda la sociedad. A pesar del compromiso mostrado en los últimos años por todos los agentes implicados y de los avances conquistados, debemos seguir trabajando en medidas que garanticen un mayor equilibrio, o nos arriesgamos a necesitar aún décadas para lograr una igualdad real en nuestra sociedad.