Redacción ‘MS’- La segunda semana de septiembre sirve cada año de base para la celebración en el continente de la Semana Europea del Cáncer de Pulmón, uno de los tumores que, desafortunadamente, siguen presentando una alta mortalidad.
«A diferencia de otros tumores de gran prevalencia, como pueden ser los de mama, colon-recto y próstata, en los que se ha reducido vertiginosamente su mortalidad mediante programas de detección precoz muy eficaces, los cánceres de pulmón se diagnostican hoy en día, en su mayor parte, en estadios avanzados en los que la curación es muy difícil».
Dr. Julio Pérez Izquierdo, neumólogo de IMQ.
El cáncer de pulmón es un problema de salud pública y los datos así lo demuestran. «Cada 20 minutos fallece una persona en España a causa del cáncer de pulmón y cada año se diagnostican 30.000 nuevos casos. Se trata de uno de los tumores con mayor incidencia y mortalidad, ya que presenta una supervivencia general en el momento del diagnóstico de únicamente un 19% a los cinco años y, en la actualidad, solo se pueden intervenir quirúrgicamente dos de cada diez pacientes», detalla el Dr. Pérez Izquierdo.
A diferencia de otros tipos, su detección precoz es más difícil «porque el enfermo comienza a experimentar síntomas cuando el tumor ya se encuentra en un estadio avanzado». Las estadísticas muestran que el 80% de los afectados son hombres y el 20% mujeres, y la mayoría debutan con enfermedad extendida, hecho que conlleva uno de los peores resultados de supervivencia. «El factor principal de este mal pronóstico es que en la actualidad únicamente pueden ser intervenidos quirúrgicamente 2 de cada 10 pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón».
El tratamiento curativo más eficaz es la extirpación mediante cirugía, pero para poder llevarla a cabo es necesario que el tumor esté localizado, es decir, que no se haya extendido a ganglios linfáticos ni a otros órganos. «Al contar con un diagnóstico tardío en muchos casos, no siempre se puede contar con esta circunstancia», apunta el neumólogo de IMQ.
El cribado del cáncer de pulmón «mejoraría esta situación» al permitir detectar de forma precoz la enfermedad y, así, reducir la mortalidad. Por todo ello, tal y como recalca el especialista «es necesario llevar a cabo campañas ciudadanas de concienciación y sensibilización».
El tabaquismo, el principal responsable
El principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de pulmón es el tabaquismo, responsable del 90% de los casos. El 10% restante se debe a otros factores importantes como el tabaquismo pasivo, la exposición al gas radón residencial, el asbesto, la contaminación ambiental u otros carcinógenos, además de antecedentes familiares. Es decir, «sin el tabaco, el cáncer de pulmón sería una enfermedad minoritaria».
No todos los fumadores desarrollan cáncer. Sin embargo, hoy en día no se dispone de ninguna técnica que permita discriminar qué persona va a desarrollar esta enfermedad. «El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón es proporcional al número de cigarrillos que se fuman al día y a los años que se ha fumado. Cuanto más temprano es el inicio en el hábito tabáquico, más adicción habrá, se consumirá durante más años y será más difícil el cese en el consumo», añade el neumólogo de IMQ.
«Al dejar de fumar, el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón disminuye progresivamente, pero no se equipara con el riesgo de personas no fumadoras hasta pasados aproximadamente 20 años. Es poco común desarrollar un cáncer de pulmón antes de los 50 años de edad. Por ello, no fumar y dejar de fumar siguen siendo las mejores armas de prevención contra el cáncer de pulmón», recalca el Dr. Pérez Izquierdo.
Diagnóstico precoz
A finales del siglo XX, investigadores de la Universidad de Cornell de Nueva York descubrieron que realizando un TAC (escáner) de baja dosis de radiación (TCBD) de tórax en personas de alto riesgo (fumadores o exfumadores, de 55 a 74 años de edad, con un hábito tabáquico acumulado de al menos 30 cigarrillos al día) sin síntomas de ningún tipo, pueden detectarse tumores malignos pequeños y no extendidos que son susceptibles de ser extirpados de forma definitiva mediante cirugía.
De no ser detectados mediante esta técnica, esos tumores malignos pequeños y localizados, hubieran pasado inadvertidos hasta extenderse y producir síntomas, en cuyo caso, el pronóstico y las posibilidades de curación son significativamente peores.
«Demostrada su eficacia, el mayor reto que tenemos para su implementación en España es identificar de forma correcta a la población de riesgo a la que dirigirlo, es decir la identificación de fumadores activos o personas que hayan dejado de fumar en los últimos 15 años una cantidad significativa de tabaco (una cajetilla al día durante 20 años) y que se encuentren en la franja de edad 55 a 75 años. Es fundamental poner en marcha proyectos piloto en diferentes comunidades autónomas que nos permitan explorar la mejor manera de llevarlo a cabo a nivel nacional», concluye el neumólogo de IMQ.