El sector asegurador trabaja en nuevas propuestas de valor para las personas mayores, un colectivo con más de 9 millones de personas en España que reclama una atención personalizada y productos que cubran sus necesidades específicas. Así responde la industria, según recoge el “Libro Blanco de la Silver Economy en España 2024”.
Las personas mayores van conquistando espacios de poder en la sociedad española, donde son fuertes en cifras absolutas. Más de 9 millones de personas superan los 65 años de edad, un 19 % de la población, según datos del Imserso.
Están llamados a representar un tercio de la población en las próximas décadas, y lo harán con buena salud, dinero en el bolsillo e inquietudes para formar parte activa de la sociedad.
Las empresas y los poderes públicos no son ajenos a esta realidad y ya se movilizan para promover espacios específicos para este colectivo. De ahí surge la Silver Economy, un fenómeno centrado en el diseño y lanzamiento al mercado de productos y servicios específicos para los mayores.
Y un sector que España busca liderar por sus características demográficas: no sólo es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo y el mayor de la Unión Europea, con 83 años de media, sino que muchos expertos ya vaticinan que España será el país más longevo del mundo hacia 2050, cuando superará a Japón.
En paralelo, el país se ha convertido en refugio de jubilados de todo el mundo, que deciden retirarse en España para disfrutar de su buen clima, su admirada calidad de vida, el carácter de sus habitantes, el menor coste de la vida que en sus países de origen y un catálogo de servicios públicos y privados de alta calidad.
La Silver Economy como síntoma
Con este panorama, son muchas las empresas que ya se han lanzado a la realidad de la Silver Economy, convertida en el síntoma más evidente de un fenómeno imparable.
“La Silver Economy es la constatación de que los seniors son un colectivo esencial para las empresas, porque se van a convertir en uno de los pilares del negocio en cualquier sector de actividad”, explica Salvador Molina, presidente del clúster Madrid Capital FinTech (MAD FinTech), desde el que han impulsado el ‘Libro Blanco de la Silver Economy en España 2024.
“El Libro Blanco es el mayor estudio que se ha hecho en Europa sobre el fenómeno de la Silver Economy, y además el único que combina la visión académica con la mercantil y económica, lo que permite trazar una radiografía completa de un sector en crecimiento al que muchas empresas todavía no se han acercado por desconocimiento”, señala.
Uno de los sectores que sí trabaja de forma activa en la Silver Economy es el asegurador.
“El sector asegurador trabaja para prevenir siniestros y responder si se producen, y el colectivo senior es muy sensible a esta necesidad de estar protegidos en diferentes frentes”, explica Cristina Llorens, directora de Desarrollo de Negocio del Instituto de Desarrollo Asegurador. Esta compañía ha centrado su propuesta para los senior en el asesoramiento y acompañamiento de sus clientes.
“En una sociedad en la que cada vez vemos más automatización, lo que deja fuera a muchas personas mayores que no pueden seguir el ritmo a una digitalización sin frenos, nosotros, sin renunciar a la tecnología, volvemos a introducir el factor humano en el mundo del seguro para posicionarnos al lado de cada persona, hacerles propuestas adaptadas a sus necesidades y responder cuando necesitan solucionar sus problemas”, explica Cristina Llorens.
Economía para mayores
Aunque los mayores españoles gozan de una buena salud financiera gracias al robusto sistema público de pensiones, las dificultades para sostener económicamente a largo plazo el sistema, unidas a un mayor coste de la vida, están llevando a muchas personas a buscar financiación alternativa.
Y ahí entran en juego realidades como la Hipoteca Inversa, “una fórmula excelente de licuación de patrimonio inmobiliario”, explica Nuria López Catalán, directora de Servicios Transversales e Hipoteca Inversa de Caser.
El funcionamiento de la hipoteca inversa es sencillo: a diferencia de una hipoteca tradicional, donde el banco presta dinero a una persona para que adquiera una vivienda, en la hipoteca inversa el banco abona una cantidad económica, de golpe o en mensualidades, al propietario de una vivienda, que pone la misma como garantía del préstamo y, a su vez, como elemento que permite calcular el importe al que puede acceder. “La hipoteca inversa es el único producto regulado que permite obtener ingresos sobre la vivienda sin perder la propiedad de la misma y sin dejar de vivir en ella”, añade la directiva de Caser.
Este producto tiene especial relevancia en un país como España, donde el 83,2 % de los mayores de entre 65 y 74 años tienen una vivienda en propiedad, según un informe del Banco de España. Entre los mayores de 75 años, el porcentaje de propietarios es 0,2 puntos mayor. Están hasta 10 puntos por encima de la media de propietarios de una vivienda en España, situada en casi el 74 % en 2020.
“Hay más de 700.000 millones de euros ahorrados en vivienda por parte de los mayores de 65 años en España”, explica Íñigo Hernández Alesanco, director de Desarrollo de Negocio de Óptima Mayores. Un fenómeno en el que la hipoteca inversa “permitiría ‘liberar’ una parte importante de ese ahorro para complementar los ingresos en la jubilación”, añade.
Y es que la pensión media de jubilación en España es de 1.425 euros mensuales, según el último dato de 2023, ligeramente superior al salario mínimo (1.080 euros al mes) y casi el doble que la pensión media por viudedad, que apenas supera los 850 euros.
Un contexto en el que complementar estos ingresos con los derivados de la hipoteca inversa pueden asegurar una mayor capacidad adquisitiva, especialmente en un entorno inflacionario como el actual, pero también mejores cuidados en esta etapa de la vida. “Veremos en los próximos años cómo la hipoteca inversa se convierte en una herramienta más para la planificación financiera de la jubilación”, avisa el directivo de Óptima Mayores.
En este sentido, las compañías de seguros y financieras tienen el reto de continuar impulsando estos productos. Pero también de explicárselos a una población que, en ocasiones, puede recelar de ellos. Empezando por el nombre. “Es de vital importancia, para que el mercado se desarrolle correctamente, que se ofrezca un asesoramiento independiente y especializado en la contratación de estos productos, que incluya, entre otras cosas, un estudio comparativo de las alternativas disponibles”, añade Hernández.
Esta labor ya la realizan en Óptima Mayores. Y no es la única compañía, como se ha visto con el Instituto de Desarrollo Asegurador, que apuesta por la personalización. “En Caser Saving & Investment Solutions hemos reunido todas las soluciones de ahorro e inversión para acompañar a los clientes en todo su ciclo vital y asesorarles para que tomen las mejores decisiones de inversión”, explica López Catalán. “El objetivo es convertirlo en el ‘sherpa’ de los clientes, brindando soluciones de seguros e inversiones a lo largo de las diferentes etapas de su ciclo de vida, con el objetivo final de lograr su salud financiera absoluta”, añade.
Los mayores reclaman un trato de persona a persona, y esa dinámica pronto podría pasar a otras franjas de edad, revolucionando por completo las relaciones entre clientes y empresas para combinar automatización y aspecto humano por primera vez en muchos años. Algo nacido de la Silver Economy, demostrando, de paso, el papel casi central de esta economía de los mayores en el futuro de los negocios en una sociedad cada vez más longeva.