Mujer estresada en una oficina con mucho trabajo

«Existe una necesidad de integrar vida y trabajo y acomodar esta nueva realidad a una visión social más integradora de los horarios y responsabilidades»

Redacción ‘MS’- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido a la salud mental en el trabajo como el eje de su campaña relativa al Día Mundial de la Salud Mental, que anualmente se celebra cada 10 de octubre. De manera resumida, esta institución pone de manifiesto que las condiciones de trabajo favorables pueden hacer que mejore la salud mental, ya que ofrecen objetivos y estabilidad. En cambio, las condiciones laborales deficientes perjudican el bienestar mental, al reducir la satisfacción laboral y la productividad.

A este respecto, Laura Moro, coordinadora del Área Técnica en Bizkaia de IMQ Prevención, corrobora que la salud y el bienestar mental de la población pueden verse favorecidos si se presta atención a las estrategias aplicadas en el trabajo. «La prevención de los problemas de salud mental y la promoción de la salud mental también pueden contribuir a reducir los comportamientos de riesgo asociados, como el consumo de alcohol, las drogas y el tabaco, la inactividad física y las malas dietas; la mejora del bienestar psicológico y físico está directamente asociada a mejores resultados en el trabajo».

Tal y como explica, «las empresas están empezando a ver que, contar con personas satisfechas en la organización, que puedan compatibilizar su vida personal y profesional, tiene su contrapartida en términos de productividad y fidelidad. Existe una necesidad de integrar vida y trabajo, y de acomodar esta nueva realidad a una visión social más integradora de los horarios y responsabilidades de las personas. A su vez, los lugares de trabajo pueden desempeñar un papel importante en la salud pública, conforme a sus recursos logísticos, mediante la promoción de estilos de vida saludables, el fomento de la práctica del deporte y la actividad física y el apoyo de la salud más ampliamente en todos sus aspectos entre las personas trabajadoras».

Y es que el desarrollo tecnológico y la globalización están transformando el ámbito laboral. Han surgido nuevas formas de trabajo que están desplazando gradualmente las formas tradicionales de organización y estructuración del mismo. Además, se aprecia un cambio generacional en la relación con el trabajo: las personas jóvenes piden que sea “compatible con la vida”.

Sistemas de gestión de empresa saludable

Para la coordinadora del Área Técnica en Bizkaia de IMQ Prevención, la implantación de sistemas de gestión de empresa saludable ya no está reservada para unas pocas entidades de gran tamaño: «las organizaciones tienen el poder y el deber de controlar tanto el entorno físico (condiciones ambientales, exposición a contaminantes químicos y físicos, efectos del cambio climático sobre la seguridad y salud y las condiciones de trabajo, etc.) como el psicosocial, y aportar recursos de salud aplicables tanto en el entorno laboral como en el personal incluyendo a su vez a la comunidad en el proceso».

En palabras de Laura Moro, es el momento de «adaptarse a los nuevos retos sociales» y de «acercarse a una forma coherente de integrar la seguridad, la salud y el bienestar en los sistemas de gestión de las organizaciones, fomentando una cultura preventiva que haga que la seguridad, la salud y el bienestar en el trabajo sea un eslabón de la cadena tan importante como la producción».

Integrar trabajo y vida

Una de las reglas principales de la iniciativa ‘Vision Zero’, una campaña de la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) que presenta un enfoque transformador de la prevención que abarca la seguridad, la salud y el bienestar en el trabajo, pone de manifiesto textualmente que disponer de un sistema de gestión de seguridad y salud es rentable y no es tan difícil.

La campaña Vision Zero, que busca fomentar la cultura preventiva en las organizaciones, «abre la puerta a que cualquier organización integre las ‘tres dimensiones’ de seguridad, salud y bienestar en todos los niveles, en el convencimiento de que el bienestar de las personas trabajadoras conlleva la reducción de daños», puntualiza Laura Moro.

«Después de lustros de aplicar la reglamentación para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, tenemos una oportunidad de oro, para, con las organizaciones en las que trabajamos o con las que colaboramos, integrar trabajo y vida, cuidar la salud mental y conseguir un estado de bienestar laboral y personal», concluye la experta de IMQ Prevención.