Redacción ‘MS’- Fernando Ariza, director adjunto de Mutualidad de la Abogacía, realiza unas reflexiones sobre el capital ahorrado durante la pandemia y la necesidad de redirigir ese ahorro precautario hacia un modelo previsional.
“El último informe de la OCD confirmaba que el ahorro o la pensión futura deberían de ser de un 50% de ingresos públicos, 20% de pensión privada y 30% de planes de empleo. Por eso es una gran noticia que una de las medidas de la reforma de las pensiones sean los planes de empleo que complementen las pensiones. Esta sería la pensión ideal y es el camino que ya recorren los países que están más maduros en cuanto al sistema de pensiones. Pero para esto se necesitan pilares fuertes que a día de hoy se están pervirtiendo con la caída de la fiscalidad tan disyuntiva.
La pandemia ha sido un ejemplo de ello. Según el último estudio del Observatorio del Ahorro Familiar, el 20% de la población tan solo tenía 200 euros ahorrados en el momento en que llego la crisis de la COVID-19, y el 50% tenía menos de 3000 euros. Y esto supuso un auténtico drama. No hay cultura de ahorro, y ya no hablo de ahorro previsional, sino ni si quiera precautorio. Resulta crucial que nuestro ahorro sea al menos precautorio. La evolución hacia el modelo previsional suele ser cuestión de tiempo.
«Pero hay una oportunidad que tienen muchos ciudadanos, aquellos que no han visto sus ahorros muy perjudicados por la pandemia. Esto ha provocado grandes bolsas de ahorro, sobre todo en cuentas corrientes. Y esto se refleja en los movimientos de las mismas, con unas cifras de 80 mil millones de euros nuevos acumulados en cuentas corrientes durante la crisis, según el Banco de España».
Parte de esos millones se están canalizando hacia un consumo más desaforado, y otra parte hacia el sector inmobiliario. La buena noticia es que también se están invirtiendo en activos e instrumentos financieros, que esperamos, también tengan parte de previsión y ahorro finalista. Este tipo de movimientos de capital juegan un papel crucial en el contexto actual, donde la sostenibilidad del sistema depende, en un porcentaje relevante, de una correcta planificación individual.
«Resulta crucial que el ahorro sea al menos precautorio, y, poco a poco, parte de ese capital pase a formar parte de una planificación previsional”.
