Fraternidad-Muprespa publica una Guía de Buenas Prácticas en tecnología al servicio de la Prevención de Riesgos Laborales

Fraternidad-Muprespa publica una Guía de Buenas Prácticas en tecnología al servicio de la Prevención de Riesgos Laborales

Redacción ‘MS’- «El principal activo de cualquier organización empresarial son las personas que la componen, pero estamos inmersos en la era de la transformación digital y la tecnología, ambos, elementos estratégicos clave en la supervivencia empresarial», destaca Fraternidad-Muprespa en su comunicado.

«Fraternidad-Muprespa desarrolla en esta nueva Guía de Buenas Prácticas en Prevención de Riesgos Laborales cómo aprovechar al máximo los avances tecnológicos en el terreno de la seguridad y salud laboral, partiendo de una premisa fundamental: la transformación digital no tiene un impacto negativo o positivo por sí sola, sino que depende de la forma en que sea utilizada».

La llegada de estos nuevos paradigmas ha generado, y seguirá generando, nuevos puestos de trabajo, y con ellos, riesgos novedosos que hay que evaluar para proteger la salud del trabajador, por ejemplo, el tecnoestrés.

Implantar cualquier tecnología conlleva la posibilidad de situaciones imprevistas: errores de software, fallos en sensores o interferencias con otros dispositivos son algunos de los más comunes, a los que habría que sumar la utilización incorrecta por desconocimiento o por un uso malientencionado que repercuta en un problema de ciberseguridad.

En cuanto a los principales factores de riesgo higiénico propios de la industria 4.0 destacan la exposición del trabajador a posibles sustancias peligrosas o nocivas, la exposición a humos o vapores de soldadura o pintura, la exposición a radiaciones láser o ultravioleta, la exposición a campos electromagnéticos debido al mayor uso de redes tipo WIFI o la exposición a nanomateriales y nanopartículas.

La paradoja de los drones y el recurso a la realidad virtual

Los nuevos puestos de trabajo también conllevan riesgos tales como los provocados por la interacción con algunos dispositivos, por ejemplo, robots o drones. Atrapamientos, atropellos o quemaduras, son algunos de los procesos vinculados a ellos que pueden mermar la salud del trabajador.

Pero los drones también se usan para prevenir riesgos laborales. Son eficaces a la hora de inspeccionar y revisar instalaciones en infraestructuras con difícil acceso, como espacios confinados, o para realizar trabajos subacuáticos, en situaciones de riesgo.

Por su parte, la realidad virtual es una de las herramientas digitales que proporcionan más ayuda en el campo de la seguridad laboral, gracias a la recreación de situaciones reales de potencial riesgo en escenarios virtuales o la simulación de accidentes reales, para mejorar aprendizajes, permitiendo incluso el tratamiento de fobias o riesgos psicosociales.

La neurotecnología

Por último podemos contar con la neurotecnología, que describe la forma en que nuestro cerebro funciona y cómo se desarrolla el proceso de toma de decisiones. Algunos ejemplos basados en neurotecnología son los biosensores que permiten conocer el nivel de carga mental que supone una determinada tarea. También en prevención de riesgos laborales se recurre a un avanzado sistema denominado eye tracking, que permite monitorizar y registrar la forma en que una persona mira determinada escena o imagen, una potente herramienta para estandarizar tareas de inspección visual, realizar evaluaciones del desempeño o estudiar la usabilidad  de un sistema o equipo.

«Todas las guías de buenas prácticas repiten una misma estructura ágil y accesible. Nuestros mutualistas tienen acceso online a ellas a través del Aula Prevención desde el portal Previene», concluye el comunicado.