‘Muy Segura’ entrevista a la escritora Gemma Lienas. www.gemmalienas.com.
¿Qué aspectos considera más relevantes en el transcurso de su extensa y variopinta andadura profesional? ¿Por qué y qué le han enseñado?
Me resulta difícil elegir lo que en mi andadura profesional ha tenido más peso, porque todas las experiencias me han sido útiles. Ser profesora me marcó en el sentido de pensar que el aprendizaje dura toda la vida; a mí, me sigue encantando aprender y enseñar. Por otro lado, ser editora me permitió entrar en contacto con el mundo de los libros, que son mi pasión, desde una óptica distinta a la que tiene una lectora. Y el tiempo que estuve en política, que comparativamente fue el más breve, me posibilitó trabajar por el bien común, especialmente para la infancia en riesgo de exclusión, que es otro de mis intereses. Sin embargo, tal vez lo que más me haya marcado es mi trabajo como escritora, que llevo desempeñando desde hace más de 35 años. Escribir me da la posibilidad de aunar muchos de mis intereses: la literatura, enseñar escribiendo y tratar desde mi pequeñísima parcela de mejorar el mundo.
«Tal vez lo que más me haya marcado es mi trabajo como escritora, que llevo desempeñando desde hace más de 35 años».
Cuenta que su niñez estuvo marcada por los libros y por el cruce de lenguas. ¿Qué sabor le queda de todo eso?
En mi casa se hablaba el catalán de mi padre, el francés de mi madre y el castellano de mi abuela. Alrededor de la mesa familiar, cuando comíamos, siempre se mezclaban las lenguas. Y, puesto que a mí una lengua me parece un gran tesoro, poder disponer de tres desde la infancia me parece un regalo estupendo de la vida. Puedo leer en las tres lenguas. Y escribo en catalán y me traduzco yo misma al castellano. O viceversa. Mi casa está llenísima de libros (12.000), todos ordenados y clasificados. Leer es un placer. Leyendo aprendo, me comprendo, me divierto, me emociono, me distraigo… Leer me sigue salvando de todo.
«Mi casa está llenísima de libros (12.000), todos ordenados y clasificados».
¿Cuáles han sido sus principales influencias y fuentes de inspiración durante su trayectoria?
Es también difícil señalar a los autores y autoras que más me han marcado, porque a lo largo de mi trayectoria mis referentes han ido cambiando. Cuando empecé a escribir uno de mis mayores referentes era Julio Cortázar. También los escritores del XIX francés: Guy de Maupassant, Flaubert… O los rusos: Dostoyevski, Tolstoi… O Galdós y Rodoreda. Ahora, señalaría a autores contemporáneos, sobre todo, a autoras: Margaret Atwood, Siri Hustvedt, Paloma Díaz Mas, Carme Riera… Y también a autores como Ian McEwan y Martin Amis. Mis fuentes de inspiración son los conflictos que las personas tenemos con nosotras mismas (por ejemplo, la anorexia) y con los demás (un secreto familiar que cruza cuatro generaciones). En general, mis novelas, mis historias, siempre basculan sobre la psicología de los personajes y, a partir de ello, construyo la trama y el suspense.
«Mis novelas, mis historias, siempre basculan sobre la psicología de los personajes y, a partir de ello, construyo la trama y el suspense».
Explica que el mayo del 68 francés y los primeros pasos del movimiento feminista en Cataluña marcan para siempre su mirada. Háblenos de esa mirada, y cómo es en la actualidad, ante los acontecimientos a los que estamos asistiendo.
El mayo del 68 francés y los primeros pasos del movimiento feminista ensancharon muchísimo mi mirada, mis intereses y, en definitiva, mi mente. No olvidemos que vivíamos aún en la dictadura franquista y que no solo el gobierno sino también las familias eran muy autoritarias. Además, la ideología del país era, en general, muy patriarcal: las mujeres no podían abrir cuentas corrientes, necesitaban el permiso del marido para casi todo, el código penal todavía castigaba a las mujeres adúlteras con penas de cárcel (no así a los varones) …
A mí, desde niña esas ideas que circulaban por el país siempre me habían parecido injustas y casposas, así que descubrir un universo alternativo y un código de conducta para las mujeres distinto al que se nos imponía en España, me marcó para siempre.
Mis libros siempre están escritos desde mi mirada, como no puede ser de otra manera, y mi mirada refleja esa igualdad entre hombres y mujeres. Con la pandemia que vivimos actualmente, mi mirada mantiene la misma trayectoria. El planeta nos ha lanzado un aviso: uno más. O cambiáis o desapareceréis víctimas de fuegos pavorosos, de inundaciones implacables o de virus con el mandato de infectar al mayor número posible de seres vivos.
Si no le hacemos caso, nos autodestruiremos. Y la Tierra respirará aliviada y reverdecerá, encantada de haber perdido de vista una especie predadora y estúpida como la nuestra. Espero, pues, que aprendamos a vivir de otra manera.
«El planeta nos ha lanzado un aviso: uno más. O cambiáis o desapareceréis víctimas de fuegos pavorosos, de inundaciones implacables o de virus con el mandato de infectar al mayor número posible de seres vivos».
Así mismo, otra de sus grandes debilidades es el conocimiento de los que usted denomina, los ‘secretos de la mente’. ¿Qué puede contarnos de dichos secretos? ¿Cómo se fraguan y cómo se manifiestan? ¿De qué manera influyen en sus obras?
Me interesa mucho el funcionamiento de nuestra mente. Siempre pienso que, si volviera a nacer, me gustaría ser neuropsiquiatra. Por supuesto, mi formación es simplemente autodidacta. He leído muchos libros de divulgación sobre neurociencias. Y me ha fascinado lo que he aprendido. Por ejemplo, las neurociencias han podido demostrar que leer es útil porque nos hace más empáticos. Puesto que el aprendizaje se hace o de manera activa (viviendo la experiencia personalmente) o de manera vicaria (viendo como la viven otras personas), la ficción nos permite este aprendizaje vicario; leyendo podemos adivinar los comportamientos de los demás y conocer mejor nuestros propios comportamientos. Podemos ponernos en la piel de los personajes y vivir sus experiencias y emociones como si fueran nuestras por medio de la empatía, mecanismo que funciona gracias a un tipo especial de neuronas, las neuronas espejo.
«Siempre pienso que, si volviera a nacer, me gustaría ser neuropsiquiatra. Por supuesto, mi formación es simplemente autodidacta. He leído muchos libros de divulgación sobre neurociencias. Y me ha fascinado lo que he aprendido».
¿Puede mencionarnos aquellas de sus obras que han dejado más huella en usted?
De nuevo me resulta difícil contestar esta pregunta. De una forma o de otra, todas mis obras me han dejado algún tipo de huella: por la investigación que han requerido, por el nuevo paso que han representado en mi carrera literaria, por las emociones que me han despertado, por la reacción de mis lectoras y lectores… Así que no es fácil señalar algunas, pero lo intentaré. El hilo invisible fue una novela que, sin tener relación con mi familia, me permitió recrear recuerdos de mi vida en Francia. Atrapada en el espejo, es una novela que ha ayudado a muchas mujeres a darse cuenta de que estaban viviendo una relación en la que había violencia de género. Anoche soñé contigo, fue una novela exigente desde el punto de vista de la construcción psicológica de los personajes. El diario violeta de Carlota es un libro sobre feminismo para jóvenes que ha sido leído por muchas personas adultas y me ha dado muchas satisfacciones.
«Atrapada en el espejo, es una novela que ha ayudado a muchas mujeres a darse cuenta de que estaban viviendo una relación en la que había violencia de género».
¿Desea lanzar un mensaje a la mujer profesional que constituye una parte muy destacada de la audiencia de Muy Segura?
Me gustaría decirle que confíe siempre en ella, porque seguro que tiene muchas capacidades para seguir adelante, aunque algunas veces dude de ellas. Y si alguna vez flaqueara su autoestima, le sugiero que lea mi libro: Un tesoro escondido. Y que recuerde siempre que la poeta Emily Dickinson dijo: “ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que no nos ponemos de pie”.
A la mujer que lee Muy Segura: «Me gustaría decirle que confíe siempre en ella, porque seguro que tiene muchas capacidades para seguir adelante, aunque algunas veces dude de ellas».