Redacción ‘MS’- Desde el comienzo de la pandemia, el Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ), viene incluyendo en cobertura la asistencia sanitaria a sus clientes por Covid-19. Lo hace de forma excepcional, dado que las pandemias no son un riesgo asegurable por ninguna compañía del sector, con objeto de apoyar como entidad la lucha contra el virus, habiendo atendido desde el inicio de la crisis sanitaria a miles de personas afectadas o con síntomas dudosos.
Según indica la compañía, en la misma línea, viene ofreciendo también como servicio adicional la posibilidad de acceder a las pruebas diagnósticas para la detección del virus, siempre y cuando se cumpla con todos los requisitos exigidos por las autoridades sanitarias. Entre tales requisitos figuran que el paciente presente síntomas sospechosos o compatibles con la enfermedad, que haya sido antes valorado por un facultativo y que cuente con la correspondiente prescripción médica de la prueba diagnóstica. IMQ está igualmente incluyendo en cobertura la prueba PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) en pacientes asintomáticos, como cribado previo a la realización de determinadas pruebas o intervenciones quirúrgicas y ha sumado a su oferta los nuevos test de antígenos, mucho más fiables que los test rápidos iniciales.
La aseguradora también ha dispuesto, a través de algunos de sus centros y laboratorios, una alternativa para que las personas asintomáticas puedan optar de forma privada a la realización de la prueba a precios reducidos, por si se precisa saber de manera rápida si se tiene la enfermedad antes de realizar un viaje, reincorporarse al trabajo o haber tenido sospecha de contacto con alguna persona con síntomas no diagnosticada, por ejemplo.
La PCR es actualmente la principal técnica de referencia para el diagnóstico de Covid-19 por su mayor precisión y porque no depende tanto como otras pruebas de la carga viral que presente el enfermo. Se trata, sin embargo, de una técnica compleja y costosa por lo que empiezan también a adquirir relevancia, los test de antígenos cuyas últimas formulaciones resultan útiles para pacientes con una evolución inferior a 5-7 días y, por tanto, con mayor carga viral detectable ya que la validez suele ser alta. Al igual que en el caso del PCR obtiene sus datos a través de una muestra nasofaríngea, pero requieren menos tiempo para obtener los resultados y el procedimiento resulta más sencillo. Las pruebas serológicas, por su parte, tienen como fin verificar si existen anticuerpos o respuesta inmune del organismo generalmente por haber sufrido ya la enfermedad, incluso aunque no se haya sido consciente de ello.
Según señala IMQ, serán los profesionales médicos los que deberán determinar qué prueba es más oportuna en función de las circunstancias de cada caso, si bien el mayor problema hoy se sitúa en los pacientes asintomáticos cuya detección permitiría identificar y aislar mejor los focos de contagio y propagación de la enfermedad.