Redacción ‘MS’- En la pasada temporada invernal 2022-2023 se registró un pico epidémico de contagios del virus respiratorio sincitial, tras la pandemia de COVID-19. Fruto de esta situación, las autoridades sanitarias han autorizado recientemente en Europa y en España el uso de nirsevimab, un anticuerpo monoclonal, para la prevención de la enfermedad por virus respiratorio sincitial (VRS). «Este virus es la causa principal de infecciones en las vías respiratorias inferiores en niños y niñas de menores de dos años de edad. Es el mayor responsable de las bronquiolitis y neumonías en estas edades, siendo los cuadros más graves en menores de tres meses y neonatos», destaca la Dra. Pilar Embid, responsable de Urgencias de Pediatría de la Clínica IMQ Zorrotzaurre, hospital que hoy ha iniciado la vacunación frente a este agente patógeno.
La bronquiolitis y la neumonía no son enfermedades menores. Según ponen de relieve las autoridades sanitarias, estas enfermedades constituyen, en el ámbito mundial, la segunda causa de muerte en menores de un año.
Según destaca la pediatra de IMQ, «nuestro objetivo, al igual que el resto de entidades y servicios de salud que estamos implicados en esta campaña de prevención, es intentar inmunizar a la mayoría de la población diana tan pronto como sea posible, dado que ya se está iniciando la temporada de contagios».
En la Clínica IMQ Zorrotzaurre, el mayor centro sanitario privado de Euskadi, se está llevando a cabo la vacunación de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que aconsejan su administración a grupos de población pediátrica por orden de prioridad.
«En primer lugar, tenemos a la población infantil que presenta alto riesgo de enfermedad grave por VRS, entre los que se incluyen: (a) prematuros con una edad gestacional menor a 35 semanas; (b) pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas con afectación hemodinámica significativa; (c) pacientes pediátricos con displasia broncopulmonar; (d) pacientes pediátricos que estén recibiendo cuidados paliativos; y (e) pacientes pediátricos con otras patologías de base, que puedan suponer un gran riesgo para padecer bronquiolitis grave por el virus respiratorio sincitial».
Entre estas patologías de base que pueden aumentar el riesgo de padecer bronquiolitis por el VRS, se encuentran las que provocan inmunodepresión grave, errores congénitos del metabolismo, enfermedades neuromusculares, patologías pulmonares graves, síndromes genéticos con problemas respiratorios relevantes, síndrome de Down y fibrosis quística.
Otro grupo prioritario es el compuesto por «niños y niñas menores de 6 meses, nacidos a partir del 1 abril de 2023 y hasta el 31 de marzo de 2024. En este grupo se prioriza la inmunización de los nacidos durante la temporada y para los nacidos previamente es aconsejable que sean vacunados lo antes posible», pone de manifiesto la responsable de Urgencias de Pediatría de la Clínica IMQ Zorrotzaurre.
En relación a lo anterior, la Dra. Embid recuerda que los niños y niñas que nazcan durante la temporada epidémica, que se extiende desde octubre de 2023 hasta marzo de 2024, han de recibir la vacuna frete al virus respiratorio sincitial «de manera muy precoz, preferiblemente en las primeras 24-48 horas tras el nacimiento, debido a la mayor gravedad de la enfermedad del VRS en los primeros días de vida».
Bronquiolitis
Si bien investigadores vascos detectaron en un estudio «pronunciadas reducciones en el número de casos de bronquiolitis aguda y de ingresos asociados» en el sistema sanitario vasco durante toda la temporada de bronquiolitis 2020-2021, esta enfermedad repuntó de manera notable en las temporadas siguientes, con tasas de incidencia semanal en atención primaria que alcanzaron en la temporada del año pasado (2022-2023) los 1.226,5 casos por 100.000 habitantes entre el grupo de población de cero a cuatro años.
Según expone la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, la bronquiolitis aguda (BA) se define como el primer episodio de dificultad respiratoria bronquial distal en un niño menor de 2 años. Es causada principalmente por el virus respiratorio sincitial (VRS) y es un motivo principal de hospitalización en Pediatría.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, basado en la historia clínica y la exploración física. Otras pruebas diagnósticas (radiografía de tórax, test microbiológicos y pruebas analíticas de sangre y orina) pueden ser indicadas por los especialistas, según los casos.
La mayoría de los menores con broquiolitis pueden ser tratados ambulatoriamente con medidas de soporte, como la aspiración de secreciones nasales.
El tratamiento farmacológico con broncodilatadores, corticoides, antibióticos, antitusivos o descongestionantes no ha demostrado eficacia en la bronquiolitis aguda y, por lo tanto, debe evitase su utilización.