Fisioteapeuta haciendo ejercicios de rehabilitación de una pierna a un paciente

La demora en el inicio del tratamiento rehabilitador posquirúrgico aumenta la duración del mismo, así como la rigidez articular, las adherencias y el dolor subjetivo

Redacción ‘MS’- Según las estimaciones, durante el año que viene se realizarán en Europa en torno a 1.700.000 intervenciones de prótesis de cadera. Una cifra parecida se maneja para las de rodilla, que muestran un gran auge en los últimos años y con una tendencia creciente de cara al futuro. Y lo mismo se puede decir de otros tipos de prótesis, como las de hombro, cada vez más frecuentes. Sin embargo, este éxito de la asistencia sanitaria no sería completo sin el proceso rehabilitador, un área en el que trabajan de manera conjunta, entre otros, profesionales de medicina (especialistas en traumatología y en rehabilitación), enfermería y fisioterapia.

En este proceso rehabilitador, sin embargo, el tiempo es oro.

«Cuanto más tarde se dé comienzo al proceso rehabilitador, peor para el paciente. Un abordaje precoz de la rehabilitación posquirúrgica no solo acorta los plazos de dicha intervención rehabilitadora, sino que también va a favorecer que el paciente presente una menor rigidez articular, menos adherencias entre los distintos tejidos y, de manera habitual, menos dolor subjetivo referido por el propio paciente a la hora de dar inicio al proceso», señala

Jon Achótegui, fisioterapeuta del centro de rehabilitación en Bilbao, IMQ Deusto, en el marco de la conmemoración, el 8 de septiembre, del Día Mundial de la Fisioterapia. Esta efeméride conmemora la fecha de la fundación de la Confederación Mundial de Fisioterapia en 1951.

Según el fisioterapeuta, «dotar de agilidad al proceso de recuperación es muy importante, casi tanto como el tratamiento que se haga, sobre todo, en operaciones complicadas o en casos de personas mayores. Tras una intervención quirúrgica, muchos pacientes presentan un cierto grado de incertidumbre ante el futuro justo antes de comenzar la rehabilitación; saber que van a iniciar la rehabilitación de la manera más rápida que sea posible les puede ayudar a que su recuperación sea más breve, más ágil, más cómoda y menos dolorosa, lo cual es muy positivo».

Continuidad asistencial

Pero hay más aspectos que favorecen una atención centrada en el paciente, como por ejemplo, un trabajo coordinado en tiempo real para garantizar la continuidad asistencial. «En el Igualatorio, tras la intervención, el traumatólogo cita al paciente antes de quitarle los puntos, para ver su evolución en general y el progreso de la cicatrización. A partir de ahí, si todo va conforme a lo previsto, se planifica el inicio del tratamiento rehabilitador, para comenzar inmediatamente después de la retirada de los puntos. En algunos casos seleccionados se puede comenzar a trabajar —aunque no completamente a fondo—, incluso antes de quitar la sutura. De este modo, no hay demoras innecesarias y se agiliza el proceso al máximo».

Trabajo multidisciplinar

Y es que el trabajo multidisciplinar es clave en unos procesos de salud tan complejos, como los que atañen a un paciente posquirúrgico.

«En IMQ, tanto el médico especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, como el médico especialista en Rehabilitación y Medicina Física, y el fisioterapeuta encargado del paciente, pueden ver diariamente las indicaciones que cada uno de ellos da y las anotaciones de la evolución del paciente».

De este modo, «el paciente es atendido por un equipo, y no por diferentes profesionales atomizados. Esto redunda en unos mejores resultados y, además, es algo que el paciente percibe claramente y que valora mucho. Para ellos es muy importante constatar que los distintos profesionales que intervienen en su proceso de salud están coordinados y al tanto de su evolución. Sienten seguridad y tranquilidad», destaca el fisioterapeuta de IMQ, Jon Achótegui.

Empleo de las nuevas tecnologías

Es de personas y organizaciones inteligentes el valerse de las posibilidades que ofrecen los nuevos adelantos tecnológicos. Hace un año, IMQ abordó el lanzamiento de un novedoso servicio digital de fisioterapia, pensado para favorecer de forma cómoda y personalizada el tratamiento rehabilitador.

Para esta nueva aplicación, IMQ cuenta con el apoyo de Fisify, startup vasca fundada por fisioterapeutas colegiados, que aporta una completa plataforma digital basada en inteligencia artificial, a través de la que es posible hacer una primera evaluación de síntomas tras el análisis de más de 50 variables, generando posteriormente un programa personalizado de ejercicios terapéuticos para realizar desde casa.

De esta manera, las y los clientes de IMQ que se bajen la aplicación y se den de alta en el servicio pueden contar «con un tratamiento diario pautado por un fisioterapeuta que varía en función de la evolución del paciente o, si es más conveniente, una planificación detallada para varias semanas o un mes. Esto facilita y hace más cómodo el cumplimiento del tratamiento rehabilitador, ya que el paciente puede realizar los ejercicios que le correspondan cada día, en el momento y lugar que mejor le vengan en ese momento», destaca el fisioterapeuta del Centro de Rehabilitación IMQ Deusto.

Una completa red en Euskadi

IMQ señala en su reciente comunicado que pone a disposición de la ciudadanía más de 1.800 profesionales, las principales clínicas privadas y la red de centros médicos propios más extensa de Euskadi, en los que la rehabilitación tiene un papel cada día más destacado.