Crédito y Caución prevé que el crecimiento mundial de 2023 alcance el 2,2%, aún débil pero un punto porcentual por encima de lo esperado hace seis meses.
Redacción ‘MS’- El último Economic Outlook difundido por Crédito y Caución muestra una mejora en las previsiones globales que hacen menos probable una estanflación de la economía global. La aseguradora de crédito espera que el crecimiento mundial de 2023 alcance el 2,2%, una tasa aún débil pero un punto porcentual por encima de lo esperado hace seis meses. Varios factores que han impulsado esta evolución de sus previsiones. El más relevante es el giro de China, que ha pasado de la política de tolerancia cero a la reapertura, impulsando su crecimiento y el del resto del mundo al eliminar las interrupciones en la cadena de suministro. Además, tanto Europa como Estados Unidos han demostrado ser más resilientes de lo esperado a las presiones estanflacionistas. En Europa, la flexibilidad de las empresas ha amortiguado los ajustes frente al impacto de los precios de la energía y las sanciones comerciales vinculadas a la guerra en Ucrania. En Estados Unidos, el mercado laboral ha mantenido el desempleo por debajo del 4%, sosteniendo la fortaleza del consumo.
No obstante, el informe señala que la prevalencia de una inflación elevada, especialmente la subyacente, y de una política monetaria estricta mantienen bajo presión las perspectivas para 2023 y 2024. Aunque Crédito y Caución prevé que la inflación general no vuelva a la normalidad hasta bien entrado 2024, las agresivas subidas de tipos de 2022 y 2023 nos sitúan cerca del final del endurecimiento monetario.
En este contexto, los indicadores de sentimiento empresarial del sector servicios están mejorando con fuerza en todas las regiones del mundo. Los del sector industrial tienen una evolución menos positiva, especialmente en la eurozona. Varios factores explican esta diferencia. En primer lugar, la recuperación postpandémica ha estado liderada por la recuperación de servicios como el turismo o la hostelería a expensas de los bienes. En segundo lugar, el aumento de los costes energéticos y financieros pesan más sobre las empresas manufactureras, más intensivas en el uso de energía y capital.
Uno de los factores más determinantes del crecimiento futuro será el final de la guerra en Ucrania, aún muy incierto. Se prevé que las tensiones entre Rusia y la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido se mantengan más allá de un posible alto el fuego, lo que sostendrá la presión alcista sobre los precios de materias primas y alimentos. En cuanto a la pandemia, la Organización Mundial de la Salud ha declarado formalmente que ha terminado, eliminando las tensiones en la cadena de suministro y la presión inflacionista sobre el transporte. Se calcula que las restricciones pasadas y los estímulos fiscales sin precedentes generaron un exceso de ahorro en el rango del 5,1% al 9,2% del PIB para la eurozona, Estados Unidos, Reino Unido y Japón a finales de 2022. Hasta ahora, el consumidor norteamericano ha sido el más proclive a gastarlos. Por otro lado, a lo largo de los próximos meses avanzaremos hacia la consolidación fiscal gradual para reducir los abultados déficits públicos, aunque no es descartable que especialmente las economías avanzadas continúen usando la política fiscal para mitigar el impacto de los shocks económicos.
El riesgo de desglobalización e incluso de fragmentación regional ha aumentado claramente. China no se distancia de la postura rusa en Ucrania, lo que ha reforzado la tensión en su relación con Estados Unidos. Esto ejerce presión sobre las cadenas de suministro y aumentará gradualmente el costo del comercio. No obstante, el escenario base no contempla un desacoplamiento de las principales potencias económicas ni una mejora de su relación actual. Las barreras arancelarias y no arancelarias que se han levantado en los últimos años continuarán vigentes