Redacción ‘MS’- La financiación insurtech en Latinoamérica durante el primer semestre de 2024 ha alcanzado los 26 millones de dólares, un 78% menos que en los seis primeros meses de 2023. Si se analiza el periodo de los últimos 12 meses, la cifra total asciende a 43 millones de dólares, el dato más bajo de la historia.
Pese a este contexto de sequía en inversión venture capital o de capital riesgo, el número total de startups del ecosistema insurtech en la región se sitúa en 498, lo que se traduce en un crecimiento del 6%. Teniendo en cuenta que la tasa de mortalidad ha sido del 10%, el crecimiento orgánico se sitúa en un +16% en los últimos 12 meses, con 77 nuevas insurtech.
Estas son algunas de las principales conclusiones del informe ‘Latam Insurtech Journey’, elaborado por Digital Insurance LATAM con el patrocinio de MAPFRE. Se trata de la octava edición de este documento en el que se analiza el estado de la industria insurtech en América Latina.
El ecosistema crece, pese a la sequía de inversión
Si desgranamos el total de startups existentes en la región, Brasil (203), Chile (72) y Colombia (67) son los territorios con mayor número de agentes, y la zona del Pacífico es la de mayor crecimiento porcentual, destacando Centroamérica (69%), Ecuador (35%), Colombia (24%) y Perú (23%).
A lo largo del primer semestre de 2024, la expansión internacional ha crecido un 11%, con un índice de internacionalización total del 13,4%. En este contexto, las startups insurtech multilatinas representan un 13%, es decir, aquellas que operan en más de un país. Perú (42%) y Chile (30%) son los impulsores principales del aumento en el índice de expansión dada su necesidad de escalar los negocios; Brasil, en cambio, exporta muy pocas insurtechs (<1%) debido a la naturaleza de su propio mercado.
Para Hugues Bertin, CEO y Fundador de Digital Insurance Latam, la excepcionalidad del mercado brasileño “quizás explique que la tasa de mortalidad sea la más alta de la región, con un 12%”.
El índice de atracción de compañías extranjeras es del 24,2%, creciendo 3,3 puntos respecto al inicio de año, cuando se situaba en un 20,9%. Si analizamos los últimos 12 meses, vemos que el crecimiento es del 35% (18,1% vs 24,2%): de media, una de cada cuatro startups insurtech en un mismo mercado es extranjera.
Perú (63%), Ecuador (48%), Colombia (43%) y México (31%) son los países de América Latina que atraen más compañías insurtech extranjeras.
La mortalidad de las startupsinsurtech desciende en la región
La tasa de mortalidad anual del ecosistema se sitúa en un 10%, con 49 insurtechs desaparecidas en los últimos 12 meses.
En este sentido, el 92% de las startups que no sobreviven son de carácter local, de tal manera que el factor multilatina es esencial para la supervivencia de los negocios. En proporción, la distribución representa un mayor porcentaje de fracasos, con un 67% de mortalidad frente a las habilitadoras (33%).
Brasil es el país más afectado en términos de mortalidad, con un 12%. Argentina y Colombia presentan la mayor mejora en la tasa de mortalidad, con un 4% y 7%, respectivamente, en el último año. Es posible que también tengamos algunos zombies que veremos desaparecer en los próximos trimestres.
Los habilitadores crecen, pero la distribución sigue siendo el rey
El 53% de insurtech están enfocadas en la distribución. Este dato refleja una caída del 6% respecto a 2020; pese a que sigue siendo el ámbito mayoritario, el interés del ecosistema está mirando hacia otros modelos de negocio.
La mayoría de las distribuidoras se concentran en líneas personales de auto y hogar, con modelos de Broker y MGA (Managing General Agent), representando un 42%.
En lo referente a las habilitadoras o enablers, vemos un crecimiento de 6 puntos porcentuales en los últimos cuatro años, situando estos modelos de negocio en el 47% del total dentro del ecosistema insurtech latinoamericano.
Destaca que el 18% de ellas ofrecen soluciones para digitalizar la intermediación tradicional. También es importante señalar aquellas que brindan soluciones para la gestión de siniestros (14%) y las de detección del fraude (6%).