Por Rosa María Martínez Cuesta, responsable del Departamento de Auditoría Interna de Helvetia Seguros.
Los antiguos modelos empresariales, basados en la jerarquía y la burocracia, hicieron de la figura del auditor interno un policía, un detective sabueso encargado de detectar todo lo malo que se hacía en la compañía. Y así se fue generando el mito, injusto en la mayoría de sus versiones, de que Auditoría Interna eran «los malos».
Los cambios en el entorno y el mercado están modificando la cultura empresarial de muchas compañías aseguradoras, poniendo el foco en el cliente y en cómo le aporta valor. En Auditoría Interna no ha sido diferente, foco en el cliente (nuestra compañía), y foco en el valor añadido.
Dentro de los cambios en las organizaciones, el enfoque en riesgos ha sido determinante, sobre todo en las compañías aseguradoras, cuyo valor se basa precisamente en dar soluciones a los riesgos del día a día de la sociedad. Los riesgos financieros han sido los predominantes en la época de la crisis financiera y tras la salida de la pandemia. Para adaptarnos a un nuevo entorno que proporcione mayor seguridad e información a los clientes, las compañías han tenido que adaptarse a numerosa normativa y regulación, tanto sectorial como estatal y europea (Solvencia, RGPD, IDD, etc…).
«Los cambios en el entorno y el mercado están modificando la cultura empresarial de muchas compañías aseguradoras, poniendo el foco en el cliente y en cómo le aporta valor».
Actualmente, el foco empresarial, con independencia del sector, está en los riesgos tecnológicos y en los riesgos de sostenibilidad, que obligan no solo a un mayor conocimiento de las nuevas tecnologías, sino a cambios profundos en la cultura organizacional, tanto a nivel interno como en la forma de relacionarse y aportar valor a sus clientes y a la sociedad.
La Función de Auditoría Interna, no es ajena a todos estos cambios y ha ido evolucionado y adaptándose a estos retos a través de:
- Una mayor profesionalización del puesto: anteriormente, el auditor interno era un empleado de la compañía, con experiencia y conocimiento de la organización, pero sin conocimiento previo como auditor, lo cual hacía que el enfoque en riesgos fuera más un enfoque detectivesco, que aportaba más miedo que valor. Actualmente, los puestos de Auditoría Interna, son ocupados por empleados casi siempre sin experiencia previa en la organización, pero con experiencia en auditoría y con conocimiento es riesgos, finanzas y tecnología.
- Formación continua de la función, anticipándose a los riesgos a los que se va a ver expuesta la compañía, como por ejemplo ahora los riesgos de sostenibilidad.
- La incorporación de la mujer a puestos de Auditoría, lo que ha supuesto un mayor aprendizaje respecto a la empatía, eficiencia y la comunicación con los auditados.
Los auditores internos no somos policías o detectives de nuestros compañeros, si no que somos un punto estratégico para la Dirección y liderazgo de la organización. No vigilamos ni detectamos errores, si no que, desde una visión objetiva, profesional, imparcial y libre de juicios, detectamos riesgos y proporcionamos puntos de mejora a la compañía.
«Actualmente, el foco empresarial, con independencia del sector, está en los riesgos tecnológicos y en los riesgos de sostenibilidad, que obligan no solo a un mayor conocimiento de las nuevas tecnologías, sino a cambios profundos en la cultura organizacional, tanto a nivel interno como en la forma de relacionarse y aportar valor a sus clientes y a la sociedad».
Con las defensas bien cubiertas y siendo conocedores de los riesgos, el capitán del ejército puede concentrarse en conquistar nuevos territorios. Es por ello que una compañía que confía en sus líneas de defensa, las tiene bien definidas y les otorga la independencia necesaria que cada una requiere, puede ejercer un liderazgo de crecimiento basado en una mayor aportación de valor al cliente y, por tanto, a la sociedad.
Y es que, al final, es importante comprender que los objetivos de Auditoría Interna son los mismos que los de toda la organización: la generación de valor.