La industria alemana lucha por mantenerse en lo más alto

La industria alemana lucha por mantenerse en lo más alto

Los principales sectores industriales del país anfitrión de la Eurocopa 2024 afrontan encarecimientos de costes, problemas de demanda y deterioro de su riesgo de crédito. 

Redacción ‘MS’- El viernes pasado comenzó en Alemania la Eurocopa 2024, un festival futbolístico de un mes de duración. Mientras los aficionados alemanes esperan grandes partidos y goles, los empresarios confían en que el deporte levante el ánimo de un país que sigue sumido en una profunda recesión económica. Los grandes torneos internacionales pueden dar un impulso muy necesario a las economías nacionales, pero las previsiones en torno a la Eurocopa son pesimistas. Solo el 16% de las empresas hosteleras espera que el torneo tenga un impacto positivo en las reservas o el volumen de negocio.

Lo que ocurre en Alemania importa. La mayor economía de Europa es un mercado importante para otras naciones europeas y un gran exportador de productos manufacturados. La luz al final del túnel sigue siendo tenue y lejana. De acuerdo las previsiones de Crédito y Caución, la producción industrial caerá en torno a un 1% en 2024 y la inversión empresarial crecerá apenas un 0,4%, muy por debajo de sus niveles históricos, lo que podría restar eficacia y competitividad a las empresas alemanas a medida que la economía mundial se expanda en 2025. La crisis energética desencadenada por la guerra de Rusia en Ucrania es probable que asiente los precios del gas en un nivel elevado, lo que repercutirá en la competitividad de la industria. El gasto de los consumidores debería volver a terreno positivo, pero no es previsible que alcance niveles anteriores a la pandemia hasta finales de año. En este contexto, la aseguradora de crédito prevé que la situación financiera de las empresas alemanas siga deteriorándose en 2024.

La automoción alemana se encuentra bajo presión a medida que se debilita la demanda mundial y se acelera el cambio hacia los vehículos híbridos y eléctricos. La ralentización de la producción plantea enormes retos a la industria. En los últimos meses se ha registrado un aumento de las insolvencias entre los proveedores de nivel 2 y 3. Por su parte, los proveedores de nivel 1 han anunciado cierres de plantas, recortes de empleo y programas masivos de reducción de costes. A largo plazo, los fabricantes de coches alemanes tendrán que invertir significativamente para seguir el ritmo de los competidores chinos en el floreciente mercado de los vehículos eléctricos.

Alemania es, con mucho, el mayor productor de productos químicos de Europa. Este sector, que realiza un uso intensivo de energía y se desplomó en 2022 y 2023, registrará un modesto repunte en 2024. La industria es sólida, con una fuerte capitalización, buen acceso a la financiación externa y un perfil de deuda equilibrado pero sus preocupaciones a largo plazo persisten. Es probable que los precios del gas se mantengan indefinidamente por encima de los niveles anteriores a la crisis, y estos factores pueden afectar a la capacidad de los productores alemanes para competir con sus rivales estadounidenses y asiáticos. El mayor riesgo es la posibilidad de que los fabricantes se trasladen a países donde los costes energéticos sean más bajos.

La baja demanda de la automoción y la construcción está frenando la recuperación del sector metalúrgico. Las inversiones necesarias para alcanzar una producción más limpia suponen un serio reto para el sector. En un contexto de encarecimiento de la energía y reducción de precios finales, los márgenes se estrechan y la aseguradora de crédito prevé un aumento de los retrasos en pagos y las insolvencias. En el sector de ingeniería, crece el temor a un aumento de las insolvencias y la destrucción de empleo. Excepto en el sector de defensa, los pedidos de los clientes están disminuyendo y se prevé que las quiebras aumenten notablemente en los próximos meses.