La minería sostenible en Latinoamérica será clave en la transición energética

La minería sostenible en Latinoamérica será clave en la transición energética

El 45% de los conflictos mineros del mundo se localizan en esta región, que posee una parte significativa de las reservas de minerales críticos necesarios en la transición energética.

Redacción ‘MS’- Latinoamérica posee una parte significativa de las reservas mundiales de los minerales críticos que serán necesarios en la transición energética que está transformando la economía global. Sin embargo, de acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, la región se enfrenta a debilidades estructurales, un entorno empresarial difícil, acceso limitado a la tecnología, elevada desigualdad socioeconómica, protestas contra la minería, incertidumbres para la posible inversión que incluyen la nacionalización de los recursos, y una integración limitada en las cadenas de suministro mundiales que lastran su potencial de crecimiento.

El gran reto para la minería en Latinoamérica será ampliar sus actividades de forma sostenible. Según el Atlas Global de Justicia Medioambiental, una base de datos sobre conflictos mineros, el 45% de los conflictos del mundo se localizan en esta región. Esto se debe a que los minerales en Latinoamérica están mayormente situados cerca de reservas naturales que son hogar de pueblos indígenas. Este impacto medioambiental y social provoca protestas comunitarias en casi todos los lugares donde operan empresas mineras. Para capitalizar su potencial minero, Latinoamérica necesitará adherirse a altos estándares ASG para prevenir, mitigar y restaurar sus impactos sociales y ambientales adversos. Para garantizar su cumplimiento a lo largo de toda la cadena de valor, será necesario incluir a los reguladores del sector, a los gobiernos locales y nacionales y establecer un diálogo con las poblaciones locales, especialmente los pueblos indígenas para obtener una «licencia social para operar».

El impulso de la minería en Latinoamérica responde a los intereses estratégicos de Estados Unidos y Europa, que buscan reducir su dependencia de China, que representa la casi totalidad de la capacidad mundial de refinado de minerales críticos como el grafito y el manganeso y es el primer procesador mundial de litio y cobre, extraído principalmente en Latinoamérica. Estados Unidos aprobó en 2022 la Ley de Reducción de la Inflación que fija que, para 2027, el 80% de los minerales críticos y los componentes de las baterías de los vehículos eléctricos deben extraerse o procesarse en Estados Unidos o países con los que mantenga acuerdos de libre comercio. Eso incluye a Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú o República Dominicana. Otro ejemplo es el memorando de 2023 entre Chile y la Unión Europea para establecer una asociación estratégica sobre cadenas de valor sostenibles de materias primas. Como respuesta al aumento de las inversiones occidentales, China está redoblando sus propias inversiones en el sector minero de la región.

La región posee más del 50% de las reservas mundiales de litio, cerca del 40% de las de cobre y tiene además un importante potencial para suministrar bauxita, grafito, níquel, estaño, manganeso y zinc, con una participación en las reservas mundiales que oscila entre el 16% y el 23%. Brasil posee las mayores reservas de estos minerales en la región, aunque, con excepción de la bauxita, produce cantidades moderadas de ellos. Argentina, también está iniciando la explotación de sus importantes reservas de litio. Bolivia, Chile, México y Perú son ya conocidos países mineros. También producen en menor escala Jamaica, República Dominicana y Guatemala. A excepción de Bolivia, estos países cuentan con sectores mineros e infraestructuras bien establecidos que pueden seguir desarrollando para satisfacer la creciente demanda de minerales vinculados a los objetivos climáticos.

Se prevé que los ingresos de Latinoamérica procedentes de la producción de minerales críticos aumentarán aproximadamente un 50% para 2030 y otro 33% para 2050. La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2050 los ingresos por la producción de minerales críticos superarán ampliamente los generados por los combustibles fósiles. Sin embargo, de forma combinada, solo supondrán 330.000 millones de dólares, muy por debajo de los 520.000 de 2022. Esta pérdida prevista de ingresos globales podría explicar la rápida expansión de la exploración de combustibles fósiles en algunos países de Latinoamérica como Brasil, que ha incrementado su producción un 50% entre 2013 y 2022 y aspira a convertirse en el cuarto mayor productor en 2029. Para elevar el potencial de ingresos de su sector minero, los países de Latinoamérica ricos en recursos están buscando formas de añadir valor fomentando la construcción de instalaciones locales de procesamiento, refinado y fabricación asociadas a la minería.