Redacción ‘MS’- El Día Mundial de la Obesidad, que cada año se celebra el 4 de marzo, convocado por la Federación Mundial de la Obesidad, es un esfuerzo conjunto, global, para reclamar una respuesta cohesionada e intersectorial a la crisis de la obesidad, que algunos expertos no dudan en calificar como pandemia. Y no es para menos. Se estima que para el año 2035 habrá en el mundo 1.900 millones de personas con obesidad. Así lo detalla IMQ a través de un reciente comunicado.
En el conjunto del Estado, una reciente investigación llevada a cabo por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) ha constatado que las tasas de pre-obesidad (sobrepeso) y obesidad siguen siendo «alarmantes» en el conjunto de las Comunidades Autónomas, afectando ya a «más de la mitad de la población». En concreto, el 53.8% de las personas entrevistadas para la investigación padecía exceso de peso; un 36,6%, sobrepeso; y un 17,2%, obesidad.
Esto supone un verdadero reto de salud pública, ya que a la obesidad se le asocia un amplio listado de patologías y complicaciones. Por ejemplo, tal y como recoge la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), es responsable del 44% de la carga de diabetes mellitus tipo 2, mientras que aproximadamente el 70% de la hipertensión arterial es el resultado directo del exceso de peso; además, es el factor de riesgo más importante para el desarrollo del apnea-hipopnea del sueño.
La prevalencia de enfermedad hepática grasa no alcohólica entre las personas con obesidad es del 76% y en pacientes con obesidad mórbida, de casi el 100%. En el ámbito de la salud mental, la obesidad se asocia con un 25% más de posibilidades de trastornos del estado de ánimo y ansiedad. Por otro lado, varios estudios han demostrado una asociación entre la obesidad y algunos tipos de cánceres.
Actuar frente a la obesidad
¿Qué se puede hacer frente a esta pandemia? La Dra. Beatriz Astigarraga, especialista en Endocrinología y Nutrición de IMQ, destaca que «el objetivo del tratamiento de la obesidad no debe limitarse a la pérdida de peso, sino que debemos perseguir la prevención y tratamiento de las posibles complicaciones asociadas».
Para conseguir dicho objetivo, la Dra. Astigarraga anima a «promover unos hábitos de vida saludables». Así, la primera recomendación que apunta la experta consiste en «llevar a cabo una alimentación en la que predominen alimentos como las frutas, verduras, cereales y legumbres». Otro consejo consistiría en «evitar el sedentarismo y potenciar la realización de actividad física, como caminar 30 minutos al día». Por último, pone en valor «el acompañamiento al paciente en este proceso, fomentando la educación en el campo de la nutrición y la valoración de posibles alteraciones emocionales asociadas a estos procesos».
Otros tratamientos disponibles para la obesidad
Atendiendo a la situación individual de cada persona, «en pacientes que presentan complicaciones metabólicas asociadas y siempre bajo criterio médico, podría plantearse una terapia farmacológica dirigida al tratamiento de la obesidad».
Además del tratamiento médico, «en algunos pacientes en los que las recomendaciones dietéticas y el ejercicio físico no consiguen los objetivos y, siempre que la obesidad suponga un serio riesgo para su salud, podrían estar indicadas las técnicas quirúrgicas de la obesidad (cirugía bariátrica)», concluye la endocrinóloga de IMQ.