Redacción ‘MS’- Incertidumbre. Es una de las palabras que más se han repetido durante el ya más de un año de pandemia en España. La incertidumbre de no saber qué pasará el día de mañana ha hecho que se registren cambios de tendencia en muchos ámbitos. Uno de ellos es el auge de la contratación de seguros de salud privados que, ante la fragilidad del sistema sanitario en los peores momentos de la lucha contra el coronavirus, se ha tornado como una alternativa de tranquilidad para muchas personas.
“La población está demandando cada vez más seguros de salud privados, ya que el escenario sanitario es volátil debido a los colapsos hospitalarios”.
Urtzi González, abogado del despacho Sanahuja Miranda.
Así, la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), señala que la contratación de pólizas de salud ha aumentado un 4,4 % en 2020, de las cuales el 77 % corresponden a asistencia sanitaria.
“La principal razón para contratar un seguro de salud es la reducción de los tiempos de espera para consultas médicas”, explica el abogado, quien señala esta problemática como una de las principales del sistema sanitario público.
¿Cómo funciona?
“Cuando contratas un seguro de salud, acuerdas con una compañía aseguradora que esta te cubra la asistencia y tus gastos en salud o los de los tuyos a cambio de una prima”, explica el abogado. “La diversidad o cuantía de estos gastos dependerá de lo que contratemos con la aseguradora”.
Urtzi González, abogado del despacho Sanahuja Miranda.
Normalmente un seguro de salud incluye gastos médicos, clínicos, farmacéuticos o de hospitalización, que se incluirán en función de la prima (cuota) que pague el asegurador. “Es importante destacar que las primas no son iguales para todo el mundo”, señala Urtzi González, “estas dependerán de una serie de criterios que pone la aseguradora, como la edad, los antecedentes médicos o el riesgo de padecer ciertas enfermedades”.
De este modo, las coberturas de un individuo sano y joven, con las mismas prestaciones, no costarán lo mismo que las de uno más envejecido y con problemas de salud. “Las aseguradoras valoran el riesgo de enfermedad o fallecimiento de la persona antes de establecer la prima”, señala Urtzi González.
Por otro lado, el abogado alerta de la existencia del periodo de carencia que se inicia cuando se contrata un seguro de salud. “Esto es el tiempo que ha de transcurrir desde la contratación de la póliza hasta que se pueden empezar a usar los servicios contratados”, añade.
El abogado también señala que esta cantidad de dinero que se abona en la prima se ve afectada por el tipo de seguro que se contrate. “En un copago, por ejemplo, el asegurado abona menos cantidad de dinero en su prima, pero a cambio cuando necesita el servicio médico abona parte del coste”, explica.
Por último, el experto destaca la figura de los descuentos de pago. “Algunas aseguradoras ofrecen mejores precios si pagas la prima de forma mensual y no anual», indica Urtzi González.
Tipos de seguros
Existen diversas fórmulas para definir el tipo de seguro. “El más común es un seguro de cuadro médico”, explica el abogado. “En este tipo, el asegurado elige los profesionales y centros que desea dentro de la lista que le ofrece la aseguradora”, añade.
Por otro lado, existe la posibilidad de contratar un seguro de reembolso. “En esta clase de seguro, el contratante paga por adelantando los gastos médicos, que son reembolsados por la aseguradora en un porcentaje que puede ir desde el 75 a un 100 %”, explica Urtzi González.
O bien el asegurado se puede acoger a un sistema mixto. “En esta modalidad, el asegurado puede escoger médicos que están dentro del cuadro sanitario y cuando tenga que usar sus servicios, pagar a reembolso”, señala el abogado.
Como se ha señalado, la amplitud de la cobertura dependerá del tipo de seguro que se contrate. “Sin embargo”, apunta Urtzi González, “por lo general estas carteras suelen incorporar unos servicios básicos”. Estos incluyen el embarazo y el parto, pediatría, hospitalización inmediata, asistencia en casos de accidentes de tráfico o urgencias domiciliarias.