La terapia focal presenta buenos resultados en pacientes seleccionados con cáncer de próstata de riesgo bajo y medio

La terapia focal presenta buenos resultados en pacientes seleccionados con cáncer de próstata de riesgo bajo y medio

Redacción ‘MS’- Una reciente reunión mantenida en el Martini-Kilinik de Hamburgo, en Alemania, ha puesto de manifiesto, una vez más, «los buenos resultados que presenta la terapia focal en pacientes con cáncer de próstata, debidamente seleccionados, que no aceptan la vigilancia activa y que tampoco son candidatos a una extirpación total de la glándula próstática», explica el Dr. José Gregorio Pereira, especialista de Urología Clínica de IMQ Zorrotzaurre, en el marco del Día Mundial del Cáncer de Próstata, celebrado esta semana.

Según los datos del informe Impacto del cáncer en el País Vasco, elaborado por el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el cáncer de próstata (11,84%) es el segundo en incidencia (casos nuevos al año) en Euskadi, por detrás tan solo del cáncer colorrectal (13,94%) y por delante de los tumores de mama (11,77%) y pulmón (10,18%). No obstante, en lo relativo a la mortalidad, el cáncer de próstata se sitúa en el sexto puesto, por detrás de los tumores de pulmón, colorrectal, páncreas, mama y estómago.

«Aproximadamente un 30% de los hombres de más de 50 años presentan focos de tumor en la próstata y, sin embargo, un 97% de ellos no fallecerá por dicho tumor, ya que éste ni se extenderá localmente ni se diseminará a otros órganos», explica el Dr. Pereira.

Vigilancia activa

En determinados casos, la vigilancia activa de estos focos tumorales pretende evitar la iatrogenia (alteración negativa de  la salud a causa de la asistencia sanitaria) y las secuelas que los tratamientos activos pueden ocasionar a este grupo de pacientes, a los que nunca su cáncer les hubiera generado ningún problema clínico ni afectado a su supervivencia.

Por ello, la comunidad urológica cada día es «más consciente» de que en los pacientes con bajo riesgo, una opción puede ser la vigilancia activa. Sin embargo, esta actitud «no es fácilmente aceptada por todos», debido a la ausencia de parámetros «absolutamente fiables» que definan al paciente portador de un tumor indolente, «de ahí que estos pacientes vayan a necesitar un seguimiento estricto y requerir determinados procedimientos diagnósticos, en particular biopsias prostáticas», añade el especialista de Urología Clínica de IMQ Zorrotzaurre.

Terapia focal

Cuando los especialistas se plantean qué tratamiento sería el más adecuado para pacientes que rechazan la vigilancia activa, siempre teniendo en cuenta que se trata de tumores de bajo riesgo, existen varias opciones: «una alternativa sería eliminar sólo el tumor, conservando una importante proporción de la glándula y las estructuras neurovasculares y esfinterianas. En este contexto, se cuenta con la conocida como terapia focal de próstata, que puede cumplir ambos objetivos: destruir el tumor y causar un mínimo o nulo daño al paciente».

En el momento actual se puede, con el apoyo combinado de técnicas de imagen, como la resonancia magnética nuclear y biopsias adecuadamente dirigidas, «definir mejor las “lesiones madre”, para determinar qué pacientes pueden ser candidatos a recibir terapia focal de próstata».

Las nuevas técnicas de imagen, como la resonancia magnética, los microultrasonidos y pruebas de medicina nuclear como la PET PSMA, «proporcionan mayor precisión y, por consiguiente, un diagnóstico más certero. Esto hace posible un tratamiento focal, es decir, en ubicaciones concretas de la glándula prostática, al igual que se hace en el abordaje de otros tumores, como los de riñón o mama. De este modo, en vez de extirpar la próstata entera, con las secuelas que ello conlleva, podemos curar la enfermedad gracias a un mejor diagnóstico, mejor identificación de las lesiones y opciones de tratamiento focal sin necesidad de extirpar la glándula en su totalidad», desgrana el experto.

Tal y como enumera el Dr. José Gregorio Pereira, «la incorporación de nuevas y mejoradas fuentes de energía, como la crioterapia, la electroporación, la terapia fotodinámica, y los ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU) pueden permitir limitar su acción a una parte de la próstata (hemiablación) o únicamente a la lesión dominante, respetando el resto de la glándula y las estructuras neurovasculares y esfinterianas».

El especialista de Urología Clínica de IMQ Zorrotzaurre destaca que el tratamiento focal es un tratamiento «más conservador y que permite evitar varios de los efectos indeseados que tiene la extirpación total de la próstata como pueden ser la incontinencia y la afectación de la potencia sexual del paciente».

Entre los beneficios del tratamiento focal, el urólogo destaca que «se puede llevar a cabo sin anestesia general, con un procedimiento ambulatorio, pudiendo elegir entre diversas técnicas y mediante procedimientos guiados por imagen que aumentan la precisión. Así, el paciente suele volver a su casa en un plazo de 24 o 48 horas. Todo se resume en que, de este modo, podemos tratar el tumor, y no la próstata», valora.