De acuerdo con el Barómetro de Prácticas de Pago, el 57% de los intercambios comerciales entre empresas se paga en Suiza fuera del plazo acordado y un 11% adicional resulta impagado.
Redacción ‘MS’- Las compañías suizas están utilizando el crédito comercial para mitigar sus problemas de tesorería. De acuerdo con el Barómetro de Prácticas de Pago 2024 elaborado por Crédito y Caución, el crédito comercial que las empresas se conceden entré sí en la venta de productos y servicios se ha convertido en la principal fuente de financiación del tejido productivo suizo, utilizado por el 62% de sus entidades. Menos de la mitad de las compañías helvéticas opta por el crédito bancario, debido a sus costes crecientes, asociados al actual periodo de política monetaria restrictiva y elevados tipos de interés.
El 76% de las empresas del país espera un deterioro del riesgo de insolvencia de sus clientes en el corto plazo. Este escenario está obligando a reevaluar las políticas de crédito comercial de los clientes B2B, en particular entre aquellos proveedores que dan prioridad a mantener su liquidez interna. Una opción es ofrecer menos crédito, otra, imponer condiciones más estrictas a los clientes.
El barómetro revela la existencia de diversas políticas sectoriales en materia de condiciones de pago. Las empresas agroalimentarias imponen plazos mucho más estrictos, de apenas un par de semanas, para minimizar los riesgos de tesorería, mientras las compañías químicas ofrecen plazos más flexibles como fórmula de diferenciación competitiva. Las empresas suizas están mejorando su gestión estratégica del crédito comercial. El 56% ha logrado estabilizar las prácticas de pago de sus clientes y más de la mitad ha reducido sus días pendientes de cobro.
Sin embargo, el riesgo asociado al B2B sigue siendo elevado: la morosidad afecta actualmente al 57% de todas las facturas, mientras que el nivel de impagados se sitúa en un 11% adicional. Más de un tercio de las empresas agroalimentarias registra un empeoramiento de su eficiencia en cobros, lo que explica sus restricciones en plazos de pago.
De cara al futuro, las compañías suizas apuntan como principal desafío el impacto de la debilidad de la demanda global en el crecimiento de una economía nacional que depende en gran medida del comercio exterior.