Por Nuria Domínguez Cuenca, Coach de Coaching On Focus y
Experta en Mindfulness por la UCJC
Mantener unas buenas relaciones sociales son clave para cuidar nuestra salud mental y favorecen nuestro bienestar, siempre y cuando estas relaciones sociales sean saludables, positivas y de calidad. Por otro lado, también es importante mantener estas relaciones en el tiempo, aunque a veces resulte complicado cuadrar las agendas, hay que encontrar ese momento.
Como decía Aristóteles, “los seres humanos somos seres sociales por naturaleza”, y, por lo tanto, estamos predispuestos a interactuar con los demás. Dicha interacción influye directamente en nuestro estado emocional, todo lo que nos rodea nos influye en nuestro estado de ánimo y más si proviene de personas de nuestra de confianza.
Tanto es así que las personas que tienen unas relaciones sociales satisfactorias y positivas con amigos y familiares tienden a ser más felices, a tener más confianza en sí mismos y a estar más conectados con el mundo en general y; por el contrario, las personas que no mantienen una vida social activa tienden a sentirse más tristes y, como consecuencia, a padecer algún tipo de problema de salud mental como la depresión o la ansiedad. Además, esta tendencia se acentúa cuando nos hacemos mayores y va apareciendo la “soledad no deseada”, según un estudio realizado por investigadoras del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Autónoma de Madrid y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM), aseguraba que la felicidad de las personas mayores está muy condicionada por sus relaciones sociales.
«Las personas que tienen unas relaciones sociales satisfactorias y positivas con amigos y familiares tienden a ser más felices, a tener más confianza en sí mismos y a estar más conectados con el mundo en general«.
Gracias al apoyo que nos brinda nuestra red social, podremos superar las dificultades de otra forma, porque al compartir nuestra experiencia y conocer los diferentes puntos de vista, relativizamos los problemas y vemos la solución más rápidamente que si estuviéramos solos dando vueltas al problema una y otra vez.
No hay duda de que los vínculos afectivos nos influyen positivamente en nuestro bienestar. Pero ¿cómo sabremos que estos vínculos son fuertes y están sanos? La respuesta es bastante obvia, cuando estas relaciones nos suman en lugar de restar, cuando nos hace sentir bien y disfrutamos de su compañía.
A continuación, se muestran una serie de consejos para desarrollar las habilidades sociales que nos ayudarán a mantener una vida social activa y saludable:
- Comunícate de forma asertiva con los demás. Es importante mostrar tu disconformidad, pero sin herir a los demás. La asertividad es una cualidad que se aprende con los años.
- Escucha de forma activa a los demás. Para forjar una buena amistad es fundamental sentirse escuchado de verdad, no estar siempre atento y responder a cada nueva información que recibimos, sino escuchar desde el corazón.
- Identifica y regula tus emociones. Siempre es mejor interactuar desde un nivel de calma adecuado; de esta manera, cuando algo no nos parezca del todo bien, responderemos sin perder los nervios.
- Cuida tu autoestima. Es importante valorarte a ti mismo porque esa confianza hará que te relaciones desde una posición de igualdad con los demás.
- Apegos vs. dependencia. A veces nuestro comportamiento muestra una dependencia emocional excesiva y que, por lo tanto, nos conducen a tener unos patrones de conducta tóxicos. Hay que estar atentos para identificar este tipo de comportamientos y propiciar solo aquellos apegos que nos hagan sentir bien y promuevan nuestro bienestar.
Por último, recuerda que es más importante ser amable que tener razón porque de qué sirve tener razón y no tienes con quién compartir tus inquietudes y disfrutar de la gran aventura que es vivir.