Por Elena Mayor Lozano, CEO en EmotionHR y vicepresidenta de la Asociación Nacional de Felicidad de Personas y Organizaciones, Conciencia y Compasión.
Escucho la frase “el teletrabajo ha llegado para quedarse” y me parece una frase repetitiva sobre la que no se reflexiona lo suficiente. Hablar de teletrabajo en el momento en el que nos encontramos, me parece además que es un discurso corto y algo ingenuo, si tenemos en cuenta la revolución que está llegando, al menos en el sector TIC, que es el que yo conozco de cerca.
Una revolución de la que ni siquiera son conscientes las grandes empresas del sector, las que crean tendencia. Desde mi punto de vista, empresas como Google tendrán que retractarse de su decisión de imponer la vuelta a las oficinas, si los acontecimientos siguen en la línea futurible que voy a describir.
El viejo lema del bienestar relacionado con la flexibilidad total de siglas WWH “whenever, wherever and however you want”, que podría traducirse por “cuándo, dónde quieras y como quieras”, se ha adelantado a la evolución sostenida que venía experimentando a causa de la pandemia y a estas alturas la sociedad ha comenzado a interiorizar la posibilidad de trabajar fuera de la oficina como un hecho habitual. Trabajar en remoto comienza a ser parte de nuestros hábitos de trabajo con una gradualidad creciente y creo que este cambio llegará a ser profundo, imparable y transformador. Y lo más importante: las reglas del mercado tendrán la última palabra en su implantación total y no habrá nada, ni nadie -ni el mismísimo Google- que pueda ir en contra, porque el mercado laboral como tal mercado se rige por sus propias leyes.
«El WWH no es un futuro cercano, sino el presente del que aún no somos conscientes, al menos en el sector tecnológico. Y lo es porque los empleados de las TIC no van a volver atrás. El mercado laboral está adoptando el WWH con una velocidad de vértigo, como si de otro virus acoplado al SARS2 se tratara, que está extendiéndose silenciosamente junto con él y que terminará imponiéndose».
Y trabajar cuando, donde y como quieras no requiere trabajar en las oficinas. Sin la necesidad de acudir a ellas, no hay fronteras para trabajar, el mercado laboral deja de ser local y se extienderá a cualquier parte del mundo. Fíjate de lo que hablamos: el trabajo en remoto es la gran oportunidad para acceder a cualquier posición en cualquier lugar del mundo a golpe de click. No hay vuelta atrás, ni siquiera es el futuro: esto está pasando y se va consolidar en los próximos meses.
La consolidación del sistema de trabajo WWH tendrá numerosas implicaciones a todos los niveles con consecuencias directas sobre las empresas y las ciudades mediante los cambios demográficos.
Aunque esta consecuencia de la que ahora hablo no será inmediata, tampoco se producirá en el siglo XXII. Existen indicadores de que los precios del alquiler y compra en viviendas con destinos fuera de las grandes ciudades están creciendo y eso refleja un aumento de la demanda por vivir en otros lugares. Aunque hablo de un futurible, no estoy hablando de ciencia ficción.
Y me interesa analizar qué cambios se producirán y que consecuencias tendrán para las empresas, como ahora las entendemos. Me arriesgo a aventurar que el modelo actual de empresa desaparecerá. Comenzará en el sector TIC y se extenderá a otros sectores, incluso a los que ahora entendemos que no tienen acceso a la flexibilidad, como por ejemplo la hostelería. ¿Qué cómo va a ocurrir esto? Vamos a imaginar, recorre conmigo esta peli del futuro y dime si te cuadra (escríbeme a info@emotionhr.com).
Futuro 1.1 de la postpandemia
«Estos son los 4 cambios que muy posiblemente vamos a ver en un futuro no tan lejano»:
1. El modelo WWH traerá cambios a nivel demográfico: la Reorganización Demográfica Inteligente.
Las grandes oficinas tenderán a vaciarse y desaparecer y los empleados que ahora trabajarán en remoto, comenzarán a migrar a otros espacios inicialmente dentro del territorio nacional de su país. La gente volverá a los pueblos y a las pequeñas ciudades. Vamos a llamar a este fenómeno la Reorganización Demográfica Inteligente (RDI).
Te estoy hablando de una revolución sin precedentes que movilizará a la gente de vuelta a las ciudades pequeñas y a los pueblos. El efecto inmediato será la paulatina descongestión de las grandes ciudades superpobladas como Madrid y Barcelona que hasta ahora concentraban gran parte de su gran población, principalmente por la inmigración de personas provenientes de otros lugares a causa de la necesidad de presencialidad en las oficinas.
Al no ser necesaria esa presencialidad, las grandes oficinas desaparecerán como tales y sus empleados volverán a sus ciudades de origen con un doble efecto muy significativo: las grandes urbes se descongestionarán y descontamirán en gran parte, un proceso que ya viene ocurriendo desde 2020, desde que la gente dejó de necesitar trasladarse con tanta frecuencia a la oficina en su coche particular. El segundo efecto inmediato es que la RDI conseguirá revitalizar zonas ahora deprimidas, lo que llamamos “España vaciada”, democratizando el territorio y dando lugar a un reparto más saludables del espacio en el que ganaremos todos: grandes metrópolis más humanizadas, capitales de provincia saliendo del olvido de los últimos años y zonas rurales resurgiendo de sus cenizas.
Un tercer efecto no menos importante será la consecuencia de la RDI (reorganización demográfica inteligente) en otros sectores que tradicionalmente no teletrabajan y por lo tanto menos flexibles. Con el cambio demográfico hacia espacios rurales y a capitales de provincias de los empleados de las grandes compañías, se producirá previsiblemente un desplazamiento de los servicios ahora centralizados en las grandes metrópolis (supermercados, oficinas bancarias, comercios, servicios de reprografía y tiendas a pie de calle, renting de viviendas e incluso hostería), los servicios tenderán a repartirse por todo el territorio nacional, a medida que lo hagan los habitantes.
Esto permitirá entonces que por ejemplo un empleado de supermercado tenga la libertad de cambiar su puesto de trabajo a otra ciudad, si le apetece, por el tiempo que lo desee, porque siempre va a encontrar oferta fuera de Madrid, por ejemplo. Y es aplicable a casi cualquier sector.
«Si eres empleado de una aseguradora, por poner otro ejemplo muy diferente, podrás componer pólizas en remoto o si eres peluquero, tendrás trabajo en cualquier punto del país. Es por tanto un fenómeno que nos arrastrará a todos. La reorganización inteligente será un hecho a nivel país».
Pero esto no quedará aquí, el WWH implicará internacionalización del trabajo, aunque en un paso posterior.
En mi trabajo en posiciones de searching con candidatos TIC, compruebo que trabajar saliendo de nuestras fronteras comienza a ser una opción atractiva, por eso creo que en un entorno de trabajo WWH, las personas decidirán trabajar y vivir en cualquier lugar del mundo en una segunda fase de este proceso.
Trabajar en una empresa u otra desde Cuenca será una posibilidad, únicamente limitada por los husos horarios de cada territorio. Quiero decir que desde Cuenca puedes trabajar para una empresa de Sidney, pero tendrás que hacerlo en horario nocturno para coincidir con el resto de compañeros y por ello tu radio de búsqueda será limitado a los territorios con el huso horario de España. En cambio, si eres una persona aventurera y deseas viajar, WWH y el remoto te permitirá ser libre para aceptar ese empleo en Sidney y decidir dónde resides, cambiando de lugar si así lo deseas cuantas veces quieras, viviendo experiencias únicas y llevando tu trabajo debajo del brazo en tu laptop. Las personas seremos ciudadanos del mundo. ¿Te seduce la idea o te parece una locura total?
2. La empresa se convertirá en muchas miniempresas o Células de Trabajo
La empresa como la conocemos ahora dejará de existir de forma gradual, pero finalmente convertirán en centros virtuales de decisión y proveedores de servicios centrales, dando lugar al esquema de Células de Trabajo . Como espacio físico, la empresa será un lugar donde encontrarse personalmente en eventos concretos y en ubicaciones físicas diseminadas por la geografía de los países en los que tenga presencia comercial.
Está desaparición será previsiblemente gradual:
Paso 1: inicialmente se pasará al trabajo híbrido combinando trabajo en casa y en la oficina de manera más universal y no sólo por la necesidad relacionada con la pandemia.
Paso 2: posteriormente desaparecerán como lugar de trabajo aglutinador y sólo existirán como lugar de encuentro de los equipos de trabajo que decidan reunirse para facilitar la comunicación en un momento concreto en el que haya dificultades, grandes retos, cambios trascendentes, formaciones interactivas, etc. Por supuesto, continuará siendo un espacio de negocio y de generación de riqueza, objetivo número uno de una empresa, nunca lo olvidemos, por lo que las reuniones de alto nivel y con clientes tendrán que tener una cabida significativa y representativa.
Paso 3: la empresa centralizada dejará de tener sentido y se convertirá en lo que yo llamo Células de Trabajo o unidades de trabajo individualizadas en remoto y totalmente descentralizadas. Habrá muchas miniempresas con objetivos distintos en función del proyecto que cada célula acometa. Y desde la empresa de toda la vida el objetivo principal será poner inteligencia en el engranaje de esas distintas células distribuidas, para garantizar la continuidad del trabajo
Paso 4: las Células de trabajo cambiarán el concepto de liderazgo y el papel de RR.HH. que analizaré a continuación
- Las Células de Trabajo (CTs) serán los reservorios de la cultura de la empresa
«Al desaparecer la empresa como la entendemos ahora y aparecer los CTs, la cultura y la vinculación con la empresa, en el sentido de pertenencia a una empresa como ente global se enfriará, pasando a vincularse esa cultura al ámbito de los CTs».
¿Cómo será una empresa dividida en microempresas?
Los CTs constituirán una nueva revolución. Cada CTs, o células de trabajo, o miniempresa dentro de la empresa global, estará formado por personas de diferentes departamentos del actual modelo de empresa y por personas del cliente. Será una miniempresa temporal formada por un partner, incluso distintos partners especializados en disciplinas distintas y empleados del cliente trabajando juntos en una célula de trabajo únicamente creada para conseguir el objetivo. Como empleado, tu empresa será temporal, será una microempresa constituida alrededor de un Objetivo planificado de trabajo, siendo ese objetivo la única medida de tu desempeño. No quiero decir que se forme como tal una empresa desde un punto de vista formal, sino que cada célula de trabajo se desarrollará de manera independiente y autónoma, como si de una empresa independiente se tratara.
Los empleados de proveedores y clientes harán equipo y estructurarán su dinámica de trabajo (reuniones, horarios, tiempos de entrega de resultados y el WWH en que el equipo va a trabajar) de manera autónoma, conectados en remoto a través de la tecnología. De manera que, si se está trabajando en un cambio tecnológico por modificación regulatoria en sector eléctrico, pongamos por ejemplo, empleados de la eléctrica desde Madrid podrán trabajar con auditores en Murcia y desarrolladores informáticos españoles en Alemania y Suecia, simultáneamente conectados en remoto con su laptop.
«Un equipo gestionado con metodologías ágiles será autosuficiente, constantemente adaptado a los cambios y con una sola meta común: cumplir su objetivo en tiempo y forma, momento en que la miniempresa se desintegrará. El equipo deberá ser multidisciplinar para ser autosuficiente para asegurar la alineación con el objetivo que puede ser cambiante, en función de las distintas necesidades que se originen en la empresa durante el tiempo de trabajo».
Todos trabajarán como compañeros alrededor de la identidad del proyecto y será la identidad del proyecto la miniempresa temporal. En este entorno, es fácil adelantar que el liderazgo informal cobrará importancia. Conseguir el objetivo será la meta transversal interempresa y, aunque el verdadero liderazgo será informal, existirá un líder temporal oficial asociado al proyecto.
- El papel de Recursos Humanos integrado en los CTs
La influencia de las políticas, la cultura y el bienestar del empleado estarán vinculadas a las células de trabajo ó CTs.
Su papel se enmarcará aún más como facilitador para que el equipo consiga su objetivo. Influirá en aspectos como la comunicación interna, el desarrollo de las personas, el bienestar emocional y físico, con intervenciones concretas, adaptadas y dirigidas al momento y evolución del equipo en tiempo real. La cultura por tanto se descentralizará y se vinculará al bienestar de la célula de trabajo.
Adicionalmente, se encargarán de satisfacer las necesidades externas del CT que provengan de dentro o de fuera de la organización, que se requieran para hacer desaparecer los obstáculos que detengan el progreso hacia el objetivo.
«Cada CT tendrá asignado una persona de RRHH que cubra estas necesidades, por lo que los profesionales de esta área pivotarán entre los equipos y como el resto de ellos, lo hará de forma temporal, asociado al tiempo de desarrollo del proyecto».
- Cambios en el liderazgo con el WWT: descentralizado, atómico y temporal
Como hemos adelantado más arriba, las empresas se reducirán a ser centros de decisión y serán proveedores de servicios centrales: administración de personal, sistemas, finanzas, etc ofreciendo estos servicios a las diferentes células de trabajo en todo el mundo, estableciendo normas de funcionamiento muy generales, pero sin una supervisión directa sobre el trabajo de los CTs que, como venimos diciendo, funcionarán de forma totalmente autónoma. El actual modelo de liderazgo tiende a desaparecer, desde mi punto de vista.
El líder que toma decisiones e impone normas directas a sus empleados desaparecerá por selección natural, porque “imponer” será sinónimo de salida masiva de los empleados de una empresa y este modelo no asegurará el éxito del líder. Los empleados necesitarán ser considerados como personas maduramente responsables dentro de su CTs y la medida de sus resultados será la medida de su desempeño, con la estrecha facilitación de una persona de RRHH vinculada a su equipo temporal que lleve un seguimiento personalizado y trabaje en la resolución de conflictos y en la generación de bienestar.
El nuevo liderazgo deberá respetar esta madurez creciente del empleado, considerándole una persona que se mueve por su objetivo dentro del equipo y no por una supervisión directa de micromanagement. Las empresas que aún mantengan esa cultura obsoleta vivián salidas masivas, puesto que las posibilidades de empleo se amplían al mundo entero, si el empleado tiene buen nivel de idioma (apunta la importancia descomunal que adquiere el dominio de los idiomas).
«Los líderes serán meramente gestores de negocio, establecerán objetivos generales y siendo proveedores de los medios para conseguirlos, pero el liderazgo será interno dentro de los equipos, con un poder descentralizado, atómico y temporal».
La temporalidad del liderazgo imprimirá un cambio muy profundo en las reglas de juego. El líder en un proyecto, podrá no serlo en otro en el que coincida con los mismos o algunos de los compañeros de otros proyectos anteriores. De esta manera, el liderazgo será algo más relacionado con la gestión y menos con el poder.
¿Nuestros líderes están preparados para asumir todos estos cambios? Sinceramente creo que no, pero como vengo diciendo, el mercado establecerá estas reglas en un futuro no tan lejano.
Sería interesante ahora analizar si la cultura WWH tendrá repercusiones positivas en este mundo por venir. Hazme llegar tus comentarios a info@emotionhr.com.