Redacción ‘MS’- El presidente de MAPFRE, Antonio Huertas, ha defendido en la Asamblea de la Asociación de Ginebra la colaboración público-privada y el papel que puede desempeñar el sector asegurador ante los desafíos del Sur global, especialmente en Latinoamérica.
En la Asamblea de la Asociación de Ginebra (GA), la asociación global de aseguradoras, celebrada en Kioto (Japón), Huertas ha intervenido en el panel “Un nuevo orden mundial económico: La posibilidad emergente”. En ese foro, el presidente de MAPFRE ha expuesto los principales retos y oportunidades que tienen las aseguradoras en mercados emergentes, especialmente en Latinoamérica, donde MAPFRE es la principal compañía multinacional.
Estas regiones se enfrentan, según señaló Antonio Huertas, a tres grandes riesgos que pueden condicionar su evolución. El primero son los conflictos geopolíticos, que entre otros efectos sociales perturban las economías y el comercio mundial. El segundo son los populismos, empujados por las desigualdades sociales, que acaban generando medidas proteccionistas que debilitan la integración internacional de esos mercados. En tercer lugar, y derivado del anterior, Huertas se refirió al riesgo de fragmentación normativa lo que producirá un entorno normativo cada vez más complejo para el sector, generando más cargas administrativas a causa del Compliance lo que acabará perjudicando la competitividad de las compañías globales.
Pese a ello, Huertas ha afirmado que hay razones de peso para ser optimistas sobre el futuro económico de los países emergentes, como unas políticas monetarias, en general, bien orientadas, una inflación que se acerca a los objetivos fijados por sus autoridades y unas condiciones financieras que están mejorando sistemáticamente.
Adicionalmente, hay tres grandes tendencias, ha señalado Huertas, que marcarán en el futuro en materia económica en estos países en las que el Seguro puede tener un papel relevante. Por un lado, el aumento de la deuda pública motivada por impulsos al crecimiento, una inversión que no se ha trasladado todavía al PIB de los países emergentes. A esto se añade el bajo ahorro bruto privado, que es del 20% en Latinoamérica, una tasa aún insuficiente para financiar inversiones e infraestructuras, y un espacio para que el Seguro pueda crecer. Y, por último, el envejecimiento que está marcando la evolución demográfica de estos países, lo que puede llevar a problemas en el sistema de pensiones y de gestión de la dependencia si no se abordan reformas rápidas sobre el ahorro y los sistemas públicos para abordar esta realidad que puede acabar produciendo además tensiones políticas y sociales adicionales.
El presidente de MAPFRE ha asegurado que, en este contexto, las aseguradoras tienen capacidad para contribuir a la resiliencia de la sociedad, un papel en el que ha llamado a la colaboración con los responsables políticos. “A través de nuestra labor social debemos seguir ayudando a estas economías a reducir las brechas de inversión y protección, centrándonos en apoyar los objetivos sociales y la igualdad de condiciones entre las empresas”, ha concluido.