Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil harán que la inflación disminuya más lentamente de lo previsto, lo que ralentizará la relajación monetaria y frenará el crecimiento.
Redacción ‘MS’- De acuerdo con el último Economic Outlook difundido por Crédito y Caución, la resistente economía brasileña se enfrenta a crecientes riesgos a la baja que pesarán sobre el crecimiento del PIB en 2024 y 2025. El pasado ejercicio, el incremento superó las expectativas con un 2,9%, gracias al fuerte gasto de los hogares.
La inflación ha descendido de forma constante durante los dos últimos años desde máximos de dos dígitos, y el banco central dio el primer paso para relajar las condiciones de financiación en agosto de 2023. Aunque el informe de la aseguradora de crédito prevé que esto ayude a mantener firme el gasto de los hogares, este está perdiendo impulso.
Las devastadoras inundaciones en el sur de Brasil harán que la inflación disminuya más lentamente de lo previsto, lo que a su vez ralentizará el ritmo de la relajación monetaria y frenará el crecimiento. El estado más afectado, Rio Grande do Sul, es un importante productor de cereales. La interrupción del suministro de soja y arroz hará subir la inflación de los alimentos. De acuerdo con las previsiones de Crédito y Caución, la inflación se mantendrá cerca del 4% al cierre de 2024 y solo convergerá hacia el objetivo del 3% marcado por el banco central hacia 2026. Con una inflación más alta de lo previsto, es previsible que un posible recorte de los tipos de interés por parte del banco central se limite al 9,75% a finales de este año y al 9% en 2025.
La gobernabilidad sigue siendo un reto para las perspectivas económicas de Brasil. Es previsible que el Congreso siga bloqueado al menos hasta las elecciones de mitad de mandato de octubre de 2024. Esto retrasará los necesarios proyectos de reforma hasta 2025. Los riesgos fiscales también están aumentando, ya que los esfuerzos de consolidación fiscal son insuficientes. La Administración ha relajado sus objetivos para 2025 y años posteriores, lo que suscita dudas sobre su compromiso de reducción del gasto público y podría elevar la deuda del 76% del PIB actual al 82% en 2025.
Todas estas circunstancias se traducirán en una ralentización del crecimiento del PIB hasta el 2,1% en 2024, antes de repuntar ligeramente hasta el 2,4% en 2025 a medida que disminuya la incertidumbre política y los hogares se beneficien de la relajación de las condiciones de financiación.