Redacción ‘MS’- La economía española ha mostrado resiliencia frente al endurecimiento de las condiciones financieras de los últimos años, y los indicadores adelantados coinciden en que seguirá así en los próximos trimestres. Por eso, MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, ha mejorado la previsión de crecimiento del PIB nacional hasta el 2,4% para este año y hasta el 1,9% para 2025, frente al 2,1% y el 1,6% previsto anteriormente. Así lo destaca en el informe ‘Panorama económico y sectorial 2024: perspectivas hacia el segundo semestre’, publicado por el Servicio de Estudios y editado por Fundación MAPFRE.
El consumo se desacelerará a raíz de la inflación, pero la inversión tenderá a recuperarse a medida que las condiciones financieras se vuelvan más favorables. Las exportaciones son otro factor positivo en el cómputo, que crecen más que las importaciones, aunque la balanza comercial es negativa. La inflación promedio, por su parte, se situará este año previsiblemente en el 3,3%, para bajar en 2025 hasta el 2,5%, aún por encima del objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE).
En referencia a la economía mundial, se prevé una mejora tanto para 2024 como para 2025, situándose la tasa de crecimiento en el 3% y 2,9%, con una inflación del 4,5% y del 3,5%, respectivamente. Los precios avanzan en la dirección correcta, pero con niveles de evolución muy dispares. Obstáculos como la presión de los servicios y los aumentos salariales, la evolución en los precios de las materias primas o la disrupción de las cadenas de suministro relacionadas con la crisis del Mar Rojo, cuya congestión en los puertos y aumentos de costes siguen sin normalizarse, le impiden alcanzar el objetivo de los bancos centrales.
Estados Unidos crecerá un 2,1% este año y un 1,8% el que viene, con lo que se mantiene la previsión de la edición anterior para 2024 y sube dos décimas la de 2025. La inflación promedio se situará previsiblemente en el 3% y en el 2,4%, respectivamente. El Servicio de Estudios de MAPFRE destaca que el mercado laboral empieza a dar signos de debilidad, con el paro subiendo al 4,1% en junio desde el 3,8% de marzo, que se suma a los indicadores adelantados negativos que se han ido conociendo. El principal riesgo para la economía estadounidense es el alto nivel de deuda y de déficit, en un momento en el que, con un crecimiento saludable, el gobierno ya no debería estar incurriendo en déficit.
La Eurozona crecerá previsiblemente el 0,8% en 2024 y el 1,7% en 2025, con una inflación promedio del 2,3% y del 2%, respectivamente. El desempeño a corto plazo de la economía europea dependerá en gran medida de la conjugación de fuerzas entre la relajación monetaria prevista y del regreso de las reglas fiscales, es decir, del equilibrio fiscal.
Por su parte, Asia Pacifico registrará un crecimiento del PIB del 4,7% este año y el 4,3% el que viene, con una inflación del 0,9% y del 1,7%, respectivamente, mientras que Latinoamérica crecerá un 1,3% en 2024 y un 2,1% en 2025. La inflación promedio se mantendrá alta, con el 8,5% en 2024, para desacelerarse el que viene hasta el 7,6%.
“El panorama actual ofrece una visión macroeconómica más equilibrada, aunque esta etapa de ralentización continúa planteando ciertas divergencias en términos de actividad, inflación y políticas monetarias, ante un escenario geopolítico desafiante que abre una brecha más profunda”, destaca en el informe Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics.