Redacción ‘MS’- MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, adelanta un escenario más sombrío para la economía mundial que hace tres meses, aunque también aprecia signos de reactivación en las principales economías, principalmente en China. Como se incluye en la actualización de su Informe “Panorama económico y sectorial de 2020”, publicado por Fundación MAPFRE, con los datos de contabilidad nacional del primer trimestre y los datos de producción global industrial, ventas minoristas y comercio global de abril y mayo, puede tenerse la certeza de que la contracción del PIB global será incluso mayor de lo anticipado.
Para elaborar sus estimaciones, y dada la incertidumbre persistente, contemplan, como en el trimestre anterior, un escenario base, en el que auguran una recesión del 4,9% en 2020, pero seguido de un repunte relativamente ágil del 5,4% el próximo año, lo que permitirá recuperar el PIB perdido antes de terminar 2022. Y también un escenario estresado en el que la recuperación se ve truncada por el rebrote y el agotamiento de las medidas fiscales. En este caso, la recesión se agravaría hasta el 5,7% y continuaría el año próximo (-2,2%). “En estos momentos, se trata de discernir si efectivamente la economía global ha tocado fondo en el segundo trimestre y si ahora, gracias a la implementación de medidas de política fiscal y monetaria, entramos en una gradual fase de normalización que lleve al terreno positivo el crecimiento a inicios del año próximo (escenario base)”, explican los economistas.
En el caso concreto de la economía española, el Servicio de Estudios ha reducido de forma considerable su rango de estimaciones y prevé una caída de entre el 12,1% y el 13,1% este año. Además, como novedad, no descarta que se mantenga la recesión durante el ejercicio que viene en un escenario estresado, con una contracción del 1,2%. Precisamente, como apuntan los expertos de MAPFRE Economics, “los riesgos para la economía se centra ahora en el nivel de recuperación de la actividad”, principalmente porque la vuelta a la normalidad se está produciendo de una forma gradual afectando principalmente al turismo y al ocio. Todo esto tiene implicaciones sobre sus perspectivas en el mercado laboral. Según incluyen en su análisis, está aún por verse qué porcentaje de trabajadores en ERTE podrán volver a sus puestos de trabajo.
“En la economía española, el turismo y la hostelería tienen un elevado peso, y seguramente estos sectores tardarán en volver al nivel de actividad anterior con los consecuentes efectos en el empleo”.
Esto les lleva a prever una tasa de desempleo del 17,2% este año pero que podría superar el 20% en 2021.
En este contexto, señalan varios riesgos para la economía. Por un lado, alertan sobre el elevado aumento de la deuda, posiblemente superando el 124% del PIB en 2020, pero también muestra su preocupación por el apalancamiento privado por las líneas de liquidez que se han activado. “Más adelante, habrá que ver en qué se traducen las garantías y avales del Estado concedidas al sector privado”, añade. Esto les lleva, a su vez, a prever un déficit fiscal que podría situarse por encima del 13% en 2020, por la caída de la recaudación, el aumento del gasto y la reducción del PIB. Y, por último, habrá que ver el efecto final de las ayudas de la UE “que finalmente vendrán en forma de préstamo y con una fuerte condicionalidad que llevará a reformas estructurales para equilibrar las cuentas públicas”.
Para el conjunto de la eurozona, los economistas de MAPFRE Economics prevén una contracción de entre el 10% y el 11,1% este año.
“Los riesgos para la economía de la eurozona son los de una recesión más profunda y duradera, en la medida que esta crisis va a dejar cicatrices tanto en el nivel de empleo como en la quiebra de compañías”.
Y no creen que la demanda y la oferta vuelvan a la trayectoria anterior a la pandemia, es decir, de 2019, hasta 2022. “Todos los países de la UE terminarán con déficits y deudas más elevadas, y también más endeudado el sector privado, por lo que será necesaria una cuidadosa gestión para evitar problemas de solvencia de los países y en el sector financiero”, advierten. “Las economías no se pueden permitir nuevos cierres totales”, añaden.
La caída del PIB estadounidense podría situarse en un rango de entre el 8% y el 9,4% (escenario base estresado), aunque avisa de que las proyecciones están condicionadas a que no se produzca rebrote de la pandemia, en cuyo caso será necesario efectuar una nueva revisión. Y es que, como recuerdan, “la pandemia no está controlada y aparentemente no remitirá mientras no se cuente con medicamentos y vacunas eficaces”. Los cierres han provocado un aumento de paro histórico de más de 20 millones de personas, y muchos negocios cerrarán de forma definitiva. “Estas insolvencias se traducirán en una mayor morosidad bancaria, mientras que el nivel más alto de paro también tendrá implicaciones en el volumen de crédito al consumo y su morosidad, así como en el mercado inmobiliario”. Y, como ocurre en el resto del mundo, muestran su preocupación sobre la deuda y estiman un déficit fiscal del gobierno federal del 15%.
Sobre China han mejorado sus estimaciones, desde la contracción del 0,6% que preveían hace tres meses a un crecimiento del 0,8% en el escenario central, debido a una recuperación más rápida de lo anticipado. No obstante, persisten, en opinión de MAPFRE Economics, incertidumbres sobre el consumo y la inversión. Y a esto se suman los riesgos de una reescalada de las tensiones en China y Estados Unidos que desencadenen preocupaciones geopolíticas.
Impacto en el sector seguros
MAPFRE Economics actualiza en el informe el análisis de las peores crisis económicas vividas en los últimos cuarenta años desde 1980, con el fin de determinar cuáles fueron las consecuencias sobre el sector asegurador, tanto en el negocio total como en los segmentos de No Vida y de Vida. Este análisis, según los expertos, confirma que, en general, pueden anticiparse fuertes caídas en las primas del negocio asegurador a nivel agregado. No obstante, al llegar la recuperación económica, las primas de seguros suelen experimentar crecimientos por encima del PIB, especialmente en los mercados emergentes.
En el caso concreto del mercado asegurador español, si tomamos como referencia las últimas crisis económicas vividas en España desde 1980, el periodo que más puede asemejarse a la situación actual son las dos crisis 2007-2009 y 2011-2012.
Así, el PIB experimentó caídas del 3,8% y del 3% en 2009 y 2012, respectivamente, lo que motivó un retroceso en las primas del sector asegurador del 8,8% y del 7,4% en los años 2010 y 2012 afectando en particular al negocio de Vida, pero también a los seguros de autos, multirriesgos industriales, responsabilidad civil, transportes y al seguro de crédito. Los datos correspondientes a los cinco primeros meses de 2020 (que incluyen los peores momentos del confinamiento) viene a reproducir este comportamiento, siendo el ramo de autos el que está experimentando mayores retrocesos, superiores al 3%, frente a los cinco primeros meses de 2019.
Puede accederse a la versión completa del informe del panorama a través del siguiente enlace.