Crédito y Caución señala el riesgo de tensiones financieras e impago en China en los próximos años por la combinación del endeudamiento de empresas, administraciones y familias.
Redacción ‘MS’- Crédito y Caución prevé que el crecimiento del PIB de China se ralentice por debajo del 5% 2022. Aunque la economía el motor asiático se expandió por encima del 8% en 2021, volviendo a niveles prepandémicos, el crecimiento ha perdido impulso desde el segundo semestre.
El último informe de la aseguradora de crédito señala a los nuevos brotes de Covid-19 y las repercusiones de la guerra en Ucrania sobre los precios de las materias primas y la demanda europea como riesgos a la baja para las perspectivas chinas. Tampoco puede descartarse una nueva escalada en la disputa comercial entre China y Estados Unidos. La ralentización excesiva del sector inmobiliario es otro de los riesgos a la baja del crecimiento chino. El sector se enfrenta en 2022 a la estricta normativa para frenar su sobrecalentamiento, que se traduce en un endurecimiento de sus condiciones de financiación e importantes problemas de liquidez en de sus actores.
La demanda interna se está viendo afectada la estrategia de Covid-cero, que supone estrictas medidas de contención ante nuevos brotes y tiene un impacto negativo en el consumo nacional y las cadenas de suministro. La previsión actual de Crédito y Caución es que el consumo privado se ralentice hasta el 5% este año, pero el deterioro podría ser aún mayor si persiste el actual aumento de casos de Covid-19, afectando a las propias previsiones de crecimiento del PIB. Las exportaciones aumentaron por encima del 18% en 2021, pero es probable que el crecimiento se reduzca al 4,5% en 2022 debido a los cuellos de botella en la logística y la energía, a las nuevas medidas de contención de la pandemia y a la caída de la demanda en Europa de bienes de consumo por las incertidumbres geopolíticas.
El sector financiero chino está afectado por los problemas actuales del sector inmobiliario. Sin embargo, el riesgo de crisis financiera es bajo, ya que el sistema está ampliamente respaldado por el Estado. Es probable que China continúe con su política monetaria neutra y que las autoridades inyecten liquidez interbancaria sin abandonar el objetivo de contener el crecimiento del crédito. La política fiscal seguirá siendo flexible, con el fin de contener una desaceleración brusca del crecimiento. Al igual que en 2021, las inversiones empresariales se beneficiarán de estímulos fiscales.
El ratio oficial de deuda pública está alrededor del 25% del PIB, pero la llamada deuda aumentada, que incluye al gobierno central, los gobiernos locales y sus vehículos de financiación, así como otras actividades extrapresupuestarias, asciende a cerca del 110% del PIB. Dado que la deuda externa sólo representa el 17% del PIB, la deuda se mantiene en un nivel sostenible. Sin embargo, en combinación con la deuda de las empresas, que representa cerca del 150% del PIB, y los hogares, un 50% adicional, existe un riesgo a la baja de tensiones financieras, impagos y turbulencias del mercado en los próximos años. Las reservas internacionales de China siguen siendo abundantes, con 14 meses de cobertura de las importaciones, debido a los superávits estructurales por cuenta corriente de China, previstos en un 1% del PIB este año. Se espera que el superávit disminuya algo en los próximos años, debido a la lenta recuperación del turismo emisor y a la elevada demanda de productos básicos.
Los esfuerzos en curso de China por reequilibrar su economía de las inversiones orientadas a la exportación a un crecimiento más orientado al consumo se verán reforzados por los esfuerzos de Estados Unidos y otros países por reducir su dependencia de China. Además, China hace hincapié en el aumento de su autosuficiencia tecnológica, con el fin de reducir su dependencia de Estados Unidos.
En las dos últimas décadas, China ha logrado un elevado crecimiento de la productividad gracias a una exitosa integración en la economía mundial. Sin embargo, el aumento de la integración será más modesto, y el aumento de la productividad no podrá compensar el lastre que supone para la eficiencia el impulso de la autosuficiencia en el marco del modelo de doble circulación. Otros problemas que podrían afectar al potencial de crecimiento de China son la elevada tasa de ahorro, el rápido envejecimiento de la población y el exceso de capacidad en varios sectores industriales. En ese contexto, Crédito y Caución prevé que el crecimiento anual medio del PIB chino se normalice en tasas inferiores al 4,5% en el medio plazo.