La Asociación Española de Mujeres Empresarias de Madrid, ASEME, colabora en esta sección con ‘Muy Segura’ con el objetivo de dar a conocer a nuestra audiencia los diversos y valiosos perfiles de sus empresarias que constituyen, sin duda, un claro ejemplo para tod@s nosotr@s.
Este mes entrevistamos a Margarita Jerez, nueva consultora asociada del Grupo Auditmedia.
¿Cuáles cree que han sido los principales hitos atravesados en el transcurso de su trayectoria profesional? ¿Por qué han tenido ese significado para usted y qué le han enseñado?
En realidad, hay hitos en todas las carreras profesionales y en la mía, desde luego. Lo que yo considero fundamental en mi carrera es que he sido la persona más inconformista del mundo. ¿Eso qué quiere decir? Por ejemplo, una decisión que tomé cuando tuve a mi hija fue cuidarla yo; todo el mundo me decía que no podía dejar de trabajar. Yo estuve 10 años en mi casa cuidando a mis dos niños. Ya son jóvenes adultos y me alegro muchísimo de la inversión que hice en ese momento. Yo lo pude elegir, aunque realmente mis condiciones económicas no eran nada buenas. Si tú quieres, puedes. Y yo quise.
Luego, cuando quise volver al mundo profesional y planteé que después de 10 años necesitaba un gran refresco, mi familia me apoyó y realicé un Máster universitario, que ahora es una cosa muy común, pero cuando yo lo hice hace 25 años era algo muy poco habitual. Tuve que pedir un crédito para hacerlo y estuve dos años en la Universidad, sin aportar a mi casa nada más que gastos. Eso es un hito en mi vida: saber que a través de la formación y del inconformismo, puedes tener una carrera profesional mucho más potente.
«Cuando quise volver al mundo profesional y planteé que después de 10 años necesitaba un gran refresco, mi familia me apoyó y realicé un Máster universitario, que ahora es una cosa muy común, pero cuando yo lo hice hace 25 años era algo muy poco habitual».
¿Cómo fue para usted esa nueva etapa estudiantil?
Yo tenía clase por la mañana, comía en la Facultad, me quedaba en la biblioteca hasta las cuatro y media, porque a las cinco recogía a mis hijos en el colegio. Y ahí empezaba mi otra jornada.
Al año siguiente fue mucho más complicado porque las prácticas las tenía que hacer por la tarde. Trabajaba toda la mañana, pero toda la tarde estaba en mis prácticas. Trabajaba 12 horas, seguía sin tener ingresos pero, encima, en casa había que apoyar ese tema. Venía una chica que recogía a los niños del colegio y les ayudaba a hacer los deberes hasta que llegaba mi marido, porque yo llegaba a las 11 de la noche. Un año de mi vida llegué a las 11 de la noche y veía a mis niños dormidos. Eso lo puedes hacer porque antes has invertido.
Otro hito importante fue cuando decidí emprender. Cuando vi que mi empresa, en la que levaba tres años trabajando, no iba a progresar en lo que iba a ser la economía digital. Yo trabajaba en una empresa analógica en los años 90 y, de repente, veo que todas las iniciativas que yo tenía para progresar en ese sentido (correos electrónicos a clientes, escaneados de información, elaboración de bases de datos, etc), no eran consideradas como tendencias de futuro allí. Ese día dije: el mundo futuro es otro. Tomar esa decisión también fue un hito.
«Otro hito importante fue cuando decidí emprender. Cuando vi que mi empresa, en la que levaba tres años trabajando, no iba a progresar en lo que iba a ser la economía digital».
En mi nuevo camino emprendedor me busqué una aliada maravillosa que fue mi socia durante toda su vida, porque desde ese momento hasta que falleció, lo fue. Montamos nuestra empresa y fue un éxito. Al séptimo mes ya estaba en beneficios. Es otro hito: cuando todo el mundo dice: ‘tienes más de 35 años, no hay futuro’; tú piensas: ‘pues si no lo hay, lo construyo’. Te buscas un buen aliado, porque en la vida es muy importante estar bien acompañado.
A continuación, buscamos un socio que aportaba la tecnología. En aquel momento, eso era algo deficitario para nosotras. Y aportaba el capital. Nosotras pusimos el know how, el conocimiento de negocio, y funcionó. A los tres años, por diferentes motivos se rompió por parte de nuestro socio. Y fue cuando mi socia y yo montamos nuestra empresa solas. La tecnología, en ese caso, se contrató. Esto constituye otro hito, decir, a partir de ahora, nosotras solitas vamos a ser las que vamos a crear la empresa. Y funcionó muy bien, por lo que digo: en la vida has encontrado aliados, encontramos una empresa tecnológica que nos entendía muy bien y que nos hizo a medida el traje que necesitábamos para dar el servicio. El servicio siempre ha sido digital, online, como queríamos desde el principio, y ha sido una historia de éxito.
«Cuando todo el mundo dice: ‘tienes más de 35 años, no hay futuro’; tú piensas: ‘pues si no lo hay, lo construyo’. Te buscas un buen aliado, porque en la vida es muy importante estar bien acompañado».
Otro hito importante fue el fallecimiento de mi socia: esa sensación de que te falta la mitad de todo. Fue una experiencia terrible, tenia 41 años, era jovencísima. Fue tremendo porque, además, yo no podía llorar, dirigía una empresa con 25 personas entonces. Tenía que hacer el trabajo que ella hacía y tirar del carro. En ese momento, esto fue en 2010, empezaba la crisis y se caían clientes como chinches. Siempre digo que en un mes se me cayeron 30 clientes, todos del sector inmobiliario o de la construcción. Muchas de estas empresas desaparecieron, la mayoría. Yo veía que sola ante el peligro, y siendo solo la propietaria de la mitad de la empresa, tenía una responsabilidad brutal y me encontraba muy sola y muy triste.
«Otro hito importante fue el fallecimiento de mi socia: esa sensación de que te falta la mitad de todo».
Otro hito fue superar esta situación, con ayuda. Un buen apoyo psicológico, de coach y de formación. ¿Cómo podemos progresar en esta situación tan difícil? Así, con mucha determinación, con mucha fuerza y utilizando todas estas herramientas.
Hubo un momento en el que tuvimos una oferta por la empresa, para tener el apoyo internacional decisivo en un momento de crisis económica. Después de estar muy aconsejada por mucha gente, lo hicimos. Y durante seis años este acuerdo ha funcionado bien, hasta octubre del año pasado, en el que mis socios deciden prescindir de mis servicios. Otro hito importante. Cuando tú creas una empresa y tiene 17 años, para ti es casi un hijo. Pero hay que salvar las distancias. Es como un hijo desde el punto de vista de que le has mimado, has invertido en él los días y las noches, has dejado tu salud y toda tu ilusión y conocimiento. Las primeras semanas estaba bloqueada. Pero después pensé: lo importante en la vida es la salud y la gente que quieres, y si lo he hecho dos veces, también lo puedo hacer tres. Ahora todavía soy más experta, no voy a llorar.
Durante todos estos años, sucede como con la jubilación, había que prepararse. ¿Cómo te preparas? Buscándote redes de apoyo importantes, como son mis asociaciones. Aquí es donde entra este tema.
«Las primeras semanas estaba bloqueada. Pero después pensé: lo importante en la vida es la salud y la gente que quieres, y si lo he hecho dos veces, también lo puedo hacer tres. Ahora todavía soy más experta, no voy a llorar».
¿Qué valor le otorga a las asociaciones a las que pertenece y que han significado en su vida?
Un valor impresionante. En primer lugar, de apoyo personal, de visibilidad en el mundo. Gracias a mi asociación de Mujeres Empresarias, ASEME, estoy en las Comisiones de Ética Transparencia e Igualdad de CEIM, Y por mi otra asociación, AEEPP, Asociación de Editores de Publicaciones Periódicas, estoy en la misma Comisión de CEOE. Implica mucho sacrificio, porque hay que trabajar mucho, es un trabajo paralelo. Pero lo que te aporta es de un alto calibre. También nosotros aportamos muchísimo a las asociaciones y eso es muy potente: cuando tú das, también recibes. Es una retroalimentación impresionante, encuentras ‘iguales’ a ti, personas que tienen tus mismas inquietudes, tus mismas preocupaciones, tus mismas ilusiones… Es muy motivador.
Las asociaciones te ayudan y te dan esa red de protección ante cosas que te pueden pasar en la vida de cualquier tipo: desde preguntar dónde estaría el mejor proveedor para la limpieza de mi oficina, para la Ley de Propiedad Intelectual, para contratar un catering de cara a la celebración de un evento, incluso para contactar con algún especialista médico. Es un apoyo impresionante y también haces negocios. No se nos puede olvidar nunca que nuestro objetivo como empresarios es ganar dinero para que la empresa tenga futuro.Cuando he montado una empresa siempre ha sido pensando en un futuro a largo plazo.
Es importante también la red de networking, el valor que aporta a las ventas y la importancia de de las nuevas tendencias empresariales. Por ejemplo, la RSC es mucho más que una tendencia, es una forma de vivir en el siglo XXI.
«Las asociaciones te ayudan y te dan esa red de protección ante cosas que te pueden pasar en la vida de cualquier tipo».
¿Cuáles son esas nuevas tendencias empresariales que usted identifica?
Llevo muchos años trabajando en temas de RSC. Al principio, veníamos de la responsabilidad social inconsciente: hacíamos cosas sin saber que era responsabilidad social. Por ejemplo, el reciclaje, la flexibilidad horaria de los trabajadores, etc. Sobre todo las PYMES, hacíamos una responsabilidad social inconsciente. Y, de repente, llega la responsabilidad social consciente y las formas de organizarla. Para las PYMES siempre es muy complicado, porque las formas de organizar la responsabilidad social siempre son muy estrictas. Por ejemplo, la flexibilidad horaria en una oficina es bastante fácil, pero, ¿y en una peluquería? ¿O en una pequeña tienda con dos empleados?
La RSC, que conlleva todos los temas de conciliación, hay que adaptarla a cada sector y a cada empresa. En una tienda se pueden hacer cosas fantásticas pero, a lo mejor, la flexibilidad horaria no es el punto más potente en el que se puede trabajar. Este es el caso del 70% de las empresa españolas, PYMES y micropymes.
Para mí, una empresa que no sea responsable no tiene futuro, porque nos lo van a penalizar nuestros consumidores, nuestro público interno, la gente que trabaja con nosotros y el propio sector. Vivimos en el mundo de las redes sociales y no nos pueden pillar en un renuncio; todo lo contrario, tenemos que ser promotores del cambio. Esto para mí es mucho más que una tendencia: es una nueva forma de vivir el mundo empresarial. He creído siempre en ello y tengo que decir que, en todos los años de mi carrera como empresaria, no he tenido ningún conflicto importante, ni ninguna reclamación importante. Por eso creo que es el buen camino. Siempre hemos estado es la senda de los pequeños beneficios, pero constantes y sostenibles, para hacer una empresa sostenible.
«Para mí, una empresa que no sea responsable no tiene futuro, porque nos lo van a penalizar nuestros consumidores, nuestro público interno, la gente que trabaja con nosotros y el propio sector».
Otras tendencias que mencionaría son todas las que tienen que ver con el crecimiento de nuestros públicos, que también tienen mucho que ver con la RSC. El crecimiento de nuestra gente y de todos los stakeholders que nos rodean. Tenemos que hacer que nuestros clientes crezcan con nuestro servicio, porque es la forma de que ellos y nosotros sigamos adelante.
¿Qué le atrae particularmente del mundo empresarial en el que se desenvuelve?
El mundo empresarial me gusta mucho porque es un mundo que te permite hacer cosas y quejarte menos: si no te gusta algo, lo cambias. Tienes la posibilidad de hacerlo. Cuando la gente me dice que está fuera de mercado, siempre les digo que hay pequeñas cosas que pueden hacer. Todo el mundo no es empresario, pero sí un pequeño emprendedor, y hay muchas cosas que se pueden hacer, desde dentro.
También destaco el tema de la formación. Hoy en día, a la velocidad que va el mundo, o te formas o estás fuera. Cada vez que oigo a algún adulto que dice que no quiere saber nada de las redes sociales, le digo que está fuera. Soy así de dura pero es la realidad. No tienes que implicarte personalmente si no te gusta, pero tu negocio no pude estar fuera, porque ahí es donde está ahora la conversación, es el actual patio de vecinos, es el actual foro donde se están haciendo los negocios. Los negocios ya no se hacen en otros sitios, se hacen ahí, en las redes sociales y en el mundo paralelo que tenemos ahora mismo, que es Internet. Si no puedes entender esto, es este momento estás fuera del mercado.
«El mundo empresarial me gusta mucho porque es un mundo que te permite hacer cosas y quejarte menos: si no te gusta algo, lo cambias».
¿Cómo valora el panorama de las redes sociales en la actualidad?
Verdaderamente, tú puedes ir a las redes sociales y al mundo digital de muchas maneras, no hace falta que seas una influencer. Es un mundo que está en plena evolución. Cuando empezaron, me pareció que era fantástico, porque nos sacaba de la ‘tiranía’ de los medios tradicionales. En aquella época, que una persona independiente te dijera que utilizaba este maquillaje porque era muy bueno, era muy creíble, porque esa persona no recibía ningún ingreso publicitario y no tenía ningún interés nada más que contar a sus amistades que utilizaba ese producto. Fue un soplo de aire fresco y la forma de darle voz a mucha gente interesante que no la tenía.
Pero eso ha ido evolucionando y, en la evolución, todo esto se ha ido profesionalizando. Y todos aquellos defectos que veíamos entonces en los medios tradicionales, ahora los tienen las redes sociales, pero sin las ventajas que te da la profesionalidad: contrastar la información, que se sepa claramente lo que es publicidad y lo que no lo es, etc. Ahora, realmente, sabemos que las personas influyentes sí que estás recibiendo algún tipo de pago por lo que están haciendo: económico, en productos, en experiencias, en influencia, etc.
Yo soy Publicista de formación. La Publicidad, hasta ahora, era muy honesta desde el punto de vista de que tú sabías que eso era un espacio pagado por una persona interesada en que eso estuviera ahí. Y está regulado por unas normas muy duras, el Autocontrol de Publicidad es muy serio. De hecho, todo lo que está en espacios publicitarios tiene carácter contractual. Lo que sucede es que en las redes sociales este espacio se ha descolocado y, ahora mismo, tenemos un serio problema con estas dos cosas.
«Todos aquellos defectos que veíamos entonces en los medios tradicionales, ahora los tienen las redes sociales, pero sin las ventajas que te da la profesionalidad: contrastar la información, que se sepa claramente lo que es publicidad y lo que no lo es, etc».
¿Cómo podemos resolver este problema?
Es muy difícil porque esto lleva a las fake news, que para mí no son noticias falsas, sino que son noticias ‘chungas’: a lo mejor son noticias verdaderas pero de hace dos años. No son falsas, son verdaderas, pero tienen ese gap temporal. Cuando hablo de noticias ‘chungas’, me refiero a las medias verdades: cuando pones un titular y cuando pinchas en la información la noticia es otra. Eso pasa muchísimo por la guerra de los clicks, porque queremos clicks como sea. Es un tema muy complicado.
En mayo pasado, tuve la suerte de tener una experiencia bastante interesante, que fue que la Reina Letizia nos recibió a la junta directiva de la AEEPP en el Palacio de la Zarzuela. Estuvo hablando con nosotros más de 20 minutos. Su mayor preocupación era qué hacemos con las fake. Ella decía: yo conozco mi casa y el 80% de lo que se publica no es verdad. Ella es periodista y su preocupación era enorme, porque para un país es demoledor que se estén publicando tantas noticias que no son buenas.
Nosotros no sabemos dar una respuesta. Surgen iniciativas como maldita.es, los medios están empezando a tener detectores de mentiras, etc. ¿Cuál es la solución para mí? La profesionalidad de un medio que sí va a la fuente y que sí verifica. Volvemos otra vez a la profesionalidad.
«Cuando hablo de noticias ‘chungas’, me refiero a las medias verdades: cuando pones un titular y cuando pinchas en la información la noticia es otra».
Por otro lado, quiero poner a la vista que hay grandes youtubers que se han convertido en medios. Tal es el caso de Altozano. Habla de música, publica una vez a la semana un vídeo de unos 20 minutos y le sigo con pasión. Para mí es un medio más. También mencionaría a Isasaweis. Es una señora que empezó en el salón de su casa recomendando las cosas que a ella le gustaban, y se ha convertido en un medio de comunicación y en un canal, incluso publica libros. De este mundo de los youtubers y de los influencers está saliendo gente que, por su valía y por lo que aporta, se van profesionalizando y se van convirtiendo en verdaderos medios. Son cosas muy divertidas que están pasando. También está el caso de la gente que comenta las partidas de gaming, de videojuegos. Son admirables, son nuevos medios.
En cualquier caso, el mundo de las redes sociales es un bebé, es un mundo que acaba de empezar. Los medios tradicionales llevan más de 200 años, está todo muy trabajado, muy consensuado y muy legislado. El mundo de Internet y de las redes sociales es un bebé que está dando sus primeros pasos.
«De este mundo de los youtubers y de los influencers está saliendo gente que, por su valía y por lo que aporta, se van profesionalizando y se van convirtiendo en verdaderos medios».
¿Cuándo cree que podrá ‘ordenarse’ el mundo de Internet y las redes sociales?
No se puede ordenar. A la velocidad que vamos, saldrán nuevas cosas y morirán otras antes de terminar de madurar. Estoy convencida de que vivimos en un mundo de muchísima incertidumbre, de mucha inquietud y muy rico. La persona que esté interesada se lo está pasando fenomenal, porque es un mundo sorprendente.
¿Usted cómo se lo está pasando dentro de este mundo? ¿Cómo se siente dentro de este sector del que forma parte?
Yo estoy disfrutando. Me siento encantada. Primero porque estoy bien acompañada, estoy cerca de gente muy inteligente, que te ilumina muchísimo y que te ayuda a pensar. Es un mundo de mucha incertidumbre, de mucha volatilidad, pero a la vez hay miles de posibilidades.
Durante este último año, usted ha estado haciendo muchísimas cosas antes de dar este nuevo salto a Auditmedia. ¿Cuáles son las sensaciones que se lleva?
El primer golpe es duro. Pero fue en octubre, vino en seguida la Navidad y yo acababa de tener un nieto. Estas dos cosas, teniendo en cuenta que mi familia estaba bien y no atravesábamos ninguna crisis, hicieron que yo relativizara. Y pensé: vamos a disfrutar. Destaco el apoyo de mis asociaciones, el apoyo de salir y hacer cosas diferentes. Como ponía en mi carta de ‘regreso’, he hecho cosas que me apasionan, como aproximarme y disfrutar del Arte.
A la vez, no me he perdido conferencias y ponencias de cosas que me interesaban para mi propio crecimiento personal. No he abandonado mi agenda, he ido a todos los actos que he podido de networking. Es importante estar siempre ahí, cerca de las cosas. He participado en iniciativas muy interesante, como ha sido Mentes Brillantes. Ha sido un evento interesantísimo que ha habido en Madrid esta primavera; este año ha puesto el foco en las Mentes Brillantes Femeninas.
He hecho muchísimas cosas y ha habido una cosa adicional, que yo la he percibido solo a final del año, y es que de repente he vivido un año sin estrés y con una creatividad increíble. Eso te restaura por dentro. Las personas que tenemos vidas muy inquietas, generalmente tenemos mucho estrés y agendas complejas. En mi caso, este año ha sido un remanso de restauración personal. Por lo tanto, creo que sacar de la crisis una oportunidad, es la mejor sensación que tengo.
«He hecho muchísimas cosas y ha habido una cosa adicional, que yo la he percibido solo a final del año, y es que de repente he vivido un año sin estrés y con una creatividad increíble».
He tenido bastantes ofertas profesionales que me han sorprendido mucho. Todo el tiempo te repiten que a partir de determinada edad te vuelves invisible. No es mi experiencia. Mi experiencia es que cuando la edad para ti no es una característica, tampoco lo es para los demás. Para mí la edad es como el color del pelo: no te van a contratar por ser morena o rubia. La edad es lo mismo, salvo que tú lo hagas presente con tu actitud negativa: no me van las redes sociales, no me va viajar, etc. Son claros ejemplos de autolimitaciones que a veces nos imponemos nosotras mismas. Justamente a esta edad puedo hacer más cosas que cuando era más joven no podía, porque tenia hijos pequeños, porque tenía muchísima presión presencial de mi empresa, etc.
Tienes presiones a unas edades y el gran descubrimiento es que a otras, que sigues estando estupendamente bien, ya no tienes esas presiones.
«Todo el tiempo te repiten que a partir de determinada edad te vuelves invisible. No es mi experiencia. Mi experiencia es que cuando la edad para ti no es una característica, tampoco lo es para los demás».
Creo que se refiere a una madurez, en el sentido de alcanzar la plenitud…
Eso es y, a no ser que tengas una dolencia grave o enfermedad que te incapacite, porque dolencias pequeñas tiene incluso la gente más joven, somos perfectamente capaces. Sobre todo los que hacemos trabajo intelectual.
Este año ha sido para mí un año fantástico. Estoy encantada y ahora estoy empezando.
¿Puede hablarnos de su proyecto actual en Grupo Auditmedia, tras su reciente nombramiento?
Tengo ante mí un futuro muy ilusionante y por eso estoy muy contenta. Con la empresa que ha tenido la generosidad de ofrecerme esta posibilidad, yo tenía una relación desde hace trece años. Es una empresa de mi sector con la que yo tenía mucha colaboración, porque trabaja de una forma filosóficamente parecida a la que trabajaba yo, y porque tienen unos criterios de seriedad y de ética que para mí son muy importantes, además de dar un buen servicio.
Ellos me han propuesto integrarme en su organización, aportando lo que yo puedo. En primer lugar, aportando mi experiencia y mis contactos, pero luego queremos ser mucho más ambiciosos. Queremos crear unidades de innovación para hacer cosas que no se están haciendo todavía y que hacen falta.
Vengo de una generación donde había un lema: sean realistas, pidan lo imposible. Esa generación me impregnó mucho. Los límites te los pones tú, salvando los temas de salud que uno no puede controlar.
Tengo por delante un mundo de innovación, un mundo de crecimiento muy ilusionante. Me encuentro muy a gusto con la gente con la que estoy ahora y estoy muy contenta.
«Auditmedia es una empresa de mi sector con la que yo tenía mucha colaboración, porque trabaja de una forma filosóficamente parecida a la que trabajaba yo, y porque tienen unos criterios de seriedad y de ética que para mí son muy importantes, además de dar un buen servicio».
Hablemos de seguro: ¿cuál es su opinión y vínculo con el sector?
Aquí puedo hablar nuevamente del mundo consciente y del inconsciente. El mundo inconsciente es que yo siempre he utilizado los seguros y me ha parecido fundamental estar cubierto en los casos en los que la vida te da un ‘zarpazo’, que es para lo que tenemos un seguro. Siempre, de forma intuitiva, hemos tenido seguro de casa, de coche y todos los seguros que atañen al mundo empresarial.
Pero era un conocimiento muy limitado del mundo de los seguros. Tú casi no los comprabas, sino que te los vendían a ti. A través de mi conocimiento de Cristina Llorens, y a través de ASEME, en la Asociación se ha organizado hace poco una formación buenísima acerca del mundo de la correduría de seguros. Desde ese momento tengo una percepción consciente del mundo del seguro, y sé perfectamente que en este momento hay que tener un ‘médico de cabecera’ en el mundo del seguro. Un ‘consultor de cabecera’ que te diga, en cada área que tú quieres estar protegido, cuál es la opción ideal. Y, como todo en la vida, tener buenos consultores el clave.
He sido consciente hace muy poco, esta formación de la que te estoy hablando ha sido después del verano. Fue un almuerzo maravilloso en el Club Financiero. Hubo una parte de charla distendida, una parte de formación pura y una parte de preguntas. Ahí fui consciente de lo importantísimo que es tener una correduría como la de Cristina, Addares, que te informe y te asesore. Saber que tu cobertura no se va a duplicar, que no vas a estar ni sobre-asegurada ni infra-asegurada, y que te va a cubrir en aquellas cuestiones que, a lo mejor, ni siquiera tú estás detectando que son necesarias.
Me parece que un mundo sin seguros es un mundo sin seguridad. Y un mundo sin seguridad, es un mundo sin negocios. Soy una convencida del valor del seguro, antes un poco inconsciente, y ahora mucho más consciente a través de la formación. Es otra de las grandes ventajas de una asociación como ASEME: que te hace consciente de cosas que, como no son tu mundo, desconoces.
«Un mundo sin seguros es un mundo sin seguridad. Y un mundo sin seguridad, es un mundo sin negocios».